En las profundidades de los misteriosos confines de Volantis, donde la magia y el misterio se funden en un torbellino de poderes antiguos, un sacerdotisa roja en trance vislumbra una visión: una figura envuelta en llamas, con cabellos de plata ondea...
La mañana siguiente, Daenerys se levantó en la pequeña casa de Aegon, sintiendo una extraña mezcla de nostalgia y esperanza. Bajó las escaleras y encontró a Aegon sentado en una mesa, sosteniendo un colgante que brillaba tenuemente con la luz del amanecer.
Daenerys se acercó curiosa. "¿Qué es eso?" preguntó, señalando el colgante en las manos de Aegon.
Aegon levantó la vista, una sombra de melancolía en sus ojos. "Era de mi padre," respondió suavemente. "Jon Connington me lo dio."
Daenerys se acercó más y tomó el colgante delicadamente. Era el emblema de la Casa Targaryen: un dragón con tres cabezas, cada una representando una rama de su linaje. Al girarlo, vio que había algo escrito en alto valyrio en la parte trasera: Canción de Hielo y Fuego.
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"¿Qué significa esta frase?" preguntó, mirando a Aegon con curiosidad.
Aegon suspiró, mirando el colgante con ojos llenos de recuerdos. "No estoy seguro. Jon Connington cree que podría referirse a la historia de Rhaegar y Lyanna Stark. Mi padre siempre fue un hombre en busca de respuestas, de significados profundos. Tal vez esta frase era parte de sus búsquedas."
Daenerys acarició el colgante, sintiendo el peso de la historia y el legado en su mano. "Rhaegar siempre fue un enigma para mí. Lo conocía solo a través de las historias y las canciones."
Aegon asintió, sus pensamientos igualmente cargados con el peso del pasado. "Sí, nuestra familia tiene una historia complicada. Pero creo que esa frase, 'Canción de Hielo y Fuego', tiene un significado mayor que aún no comprendemos del todo."
Daenerys miró el colgante una vez más antes de devolvérselo a Aegon. "Tal vez. Pero ahora debemos concentrarnos en lo que está delante de nosotros. Tenemos que reunir a nuestros aliados y prepararnos para lo que venga."
Aegon asintió, guardando el colgante cuidadosamente en una pequeña bolsa de cuero que llevaba al cuello. "Tienes razón, Daenerys. Hoy comienza nuestra verdadera lucha."
Después de desayunar juntos, Aegon y Daenerys comenzaron a planificar su día.
"Si conseguimos reunir a nuestros antiguos aliados y combinarlos con los que podamos encontrar aquí en Volantis, tendremos una fuerza considerable." dijo Daenerys con determinación.
Aegon sonrió. "Vamos a lograrlo, Daenerys."
Mientras se preparaban para salir, Daenerys no pudo evitar sentir un renovado sentido de propósito.
Aegon y Daenerys salieron de la pequeña casa, con Daenerys encapuchada para evitar ser reconocida en las bulliciosas calles de Volantis. Mientras caminaban, Daenerys aprovechó para conocer más sobre las personas que Aegon mencionó.
"Cuéntame sobre Rose y Ghysa," dijo Daenerys, mientras se ajustaba la capucha.
Aegon sonrió al recordar. "Rose es una mercader y ladrona muy hábil. La conocí hace algunos años cuando Arela intentó robarle. Rose la pilló en el acto y casi le corta la mano. Afortunadamente, todo se pudo solucionar sin violencia. Desde entonces, hemos trabajado juntos en varias ocasiones. Rose es astuta y tiene un gran corazón, aunque no lo muestra fácilmente."
