Aegon se encontraba en la vasta fosa de la Gran Pirámide de Meereen, rodeado por las oscuras paredes de piedra y los ecos de un pasado tenebroso. El lugar, que había albergado a los dragones de Daenerys, ahora se sentía vacío, a excepción de las enormes cadenas que colgaban de las paredes, recordando la vez que esas poderosas criaturas fueron encadenadas aquí. Aegon pasó su mano por una de las cadenas, notando lo gruesas y pesadas que eran, lo suficientemente fuertes como para mantener a un dragón bajo control.
Mientras contemplaba la fosa, escuchó los suaves pasos de Daenerys descendiendo por las escaleras. Ella apareció en la entrada, su figura enmarcada por la tenue luz que provenía de la luz exterior.
Mientras bajaba, comenzó a hablar, su voz resonando en el vasto espacio.
"Esta fosa tiene doce metros de profundidad y es lo suficientemente grande como para albergar a quinientos hombres," dijo Daenerys mientras sus pies tocaban el suelo de la fosa. "Los Grandes Amos la usaban como una gran prisión, un lugar para encerrar y olvidar a aquellos que desobedecían sus mandatos. Cuando llegué, se convirtió en un Pozo Dragón improvisado. Aquí encadené a Viserion y Rhaegal... mis propios hijos."
Aegon la escuchó en silencio, sus ojos viajando desde las cadenas hasta las enormes puertas de hierro al fondo de la fosa. Las bisagras oxidadas y las cadenas que cerraban esas puertas eran testigos mudos de los sacrificios que Daenerys había hecho.
"Ningún dragón criado y mantenido en cautividad jamás alcanzó el tamaño de los dragones salvajes," comentó Aegon, su tono reflexivo.
"Lo sé," respondió Daenerys, acercándose a él. "Pero yo me debo a mi pueblo. Para protegerlos, tuve que encerrar a mis propios hijos... Fue uno de los sacrificios que hice como reina."
Aegon asintió lentamente, reconociendo el peso de las decisiones que Daenerys había tomado. "Ser la reina exige grandes sacrificios," admitió, con un tono de respeto y comprensión.
Daenerys lo observó un momento, evaluando su expresión, antes de cambiar de tema. "¿Qué va a pasar con Janei?" preguntó Aegon, su voz teñida de incertidumbre.
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THE FIRST OF HIS NAME
FanficEn las profundidades de los misteriosos confines de Volantis, donde la magia y el misterio se funden en un torbellino de poderes antiguos, un sacerdotisa roja en trance vislumbra una visión: una figura envuelta en llamas, con cabellos de plata ondea...