Aegon, Rolly y Franklyn estaban sentados frente a Gorys Edoryen, el tesorero de la Compañía Dorada. El ambiente en la sala se había vuelto tenso, con los hombres de la Compañía observando cada movimiento de los recién llegados con desconfianza. Aegon, manteniendo la calma, inició la conversación sobre la Compañía Dorada y su nuevo comandante.
"Escuchamos que la Compañía Dorada tiene un nuevo comandante," comentó Aegon, manteniendo su voz firme pero neutral.
Gorys se rio, un sonido seco y algo burlón. "Así que habéis venido porque queréis conocer al Bastardo de Bondadivina," dijo, refiriéndose a Daemon Arena, el nuevo comandante de la Compañía Dorada. "¿Y qué esperáis de esa reunión?"
Aegon lo miró directamente a los ojos. "Tenemos un plan que Daenerys Targaryen quiere compartir con él."
Uno de los hombres que estaba junto a Gorys intervino con una risa sarcástica. "El comandante no aceptará reunirse con tres simples pobres y sucios mercenarios. A no ser que queráis uniros a la Compañía... van de farol, Gorys. Es mentira lo de Daenerys Targaryen. ¿En serio vas a confiar en un Tyroshi?" El hombre escupió, mirando con desprecio a Aegon, quien seguía tiñendo su cabello de azul para ocultar su identidad. "Un herrero y un bastardo que sirvieron a la Compañía para luego dejarla... Si fuera tú, Gorys, yo los mataría donde están."
Pero Gorys levantó una mano para callar al hombre. "Cállate. Franklyn y Rolly sirvieron bien a la Compañía, al igual que el padre de Griff. Merecen respeto." Giró su atención nuevamente hacia Aegon. "Pero si queréis nuestra ayuda, queremos que Daenerys Targaryen venga en persona, se arrodille ante nosotros y pida perdón por masacrarnos en Desembarco del Rey."
Aegon se tensó ante la petición. "Estabais en el bando enemigo. Es normal que os masacrara."
Gorys asintió, pero su expresión era fría. "Lo sé. Pero ahora queréis nuestra ayuda, y esa es nuestra condición. Podéis iros."
Aegon se levantó lentamente, su mano descansando en la empuñadura de su espada. "Me vas a decir dónde está tu comandante o esta sala se llenará de cadáveres."
Gorys soltó una carcajada, pero no había humor en ella. "¿Un Tyroshi y dos mercenarios? ¿Qué vais a hacer? Somos más que vosotros."
En ese momento, Aegon decidió que era el momento de desvelar su verdadera identidad. Se quitó la capa, dejando a la vista su armadura con el emblema Targaryen. "No soy un Tyroshi. Soy Aegon Targaryen, hijo de Rhaegar Targaryen y Elia Martell. Y no tengo intención de permitir que un puñado de mercenarios de mierda me impida reunirme con vuestro comandante."
La sala estalló en caos. Los hombres de la Compañía Dorada intentaron atacar, pero Aegon, Rolly y Franklyn respondieron con una ferocidad que superó las expectativas de sus oponentes. Aegon se movía con la gracia y la precisión de un guerrero entrenado, su espada cortando a través de la armadura y la carne con una facilidad aterradora. Rolly, con su espadón, destrozaba a cualquiera que se acercara demasiado, mientras que Franklyn utilizaba su agilidad y fuerza para derribar a los enemigos más grandes.
El sonido de espadas chocando y gritos de dolor llenó la habitación, y pronto el suelo estaba cubierto de cadáveres. Al final, sólo Gorys Edoryen quedó con vida, arrodillado y jadeando, con los ojos llenos de terror mientras miraba a Aegon.
"¿Dónde está vuestro comandante bastardo?" exigió Aegon, su voz dura.
Gorys, temblando de miedo, no dudó en responder. "Está en un campamento... a las afueras de Volantis. Por favor, no me mates..."
Aegon lo miró con desdén antes de limpiar su espada en la capa de uno de los muertos. "Vete de aquí. Y no vuelvas a cruzarte en nuestro camino."
Gorys no esperó a que se lo repitieran. Se levantó tambaleándose y salió corriendo de la sala, dejando atrás a los tres hombres que acababan de desatar un infierno en cuestión de minutos.
ESTÁS LEYENDO
THE FIRST OF HIS NAME
ФанфікиEn las profundidades de los misteriosos confines de Volantis, donde la magia y el misterio se funden en un torbellino de poderes antiguos, un sacerdotisa roja en trance vislumbra una visión: una figura envuelta en llamas, con cabellos de plata ondea...