Capitulo 22-Venado Contra Dragon

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Después de aquel beso tan profundo, que había sellado una conexión entre ellos, las palabras de Aegon, "Te quiero", resonaron en los oídos de Daenerys. Pero en lugar de sentir el consuelo y la seguridad que aquellas palabras solían traer, un miedo antiguo y familiar comenzó a enredarse en su corazón.

Las memorias de Jon Nieve, el hombre al que también había amado y en quien había confiado, inundaron su mente. Recordó cómo la había traicionado en el último momento, clavándole la daga en el corazón mientras la abrazaba. La sensación de confianza rota, el dolor de la traición y la amargura del amor transformado en muerte se apoderaron de ella.

De repente, Daenerys se apartó de Aegon con un empujón, su rostro lleno de confusión y miedo. "Esto... esto ha sido un error", murmuró, su voz apenas contenida, como si estuviera luchando por no dejar que las lágrimas asomaran a sus ojos.

Aegon, desconcertado por la reacción de Daenerys, intentó acercarse a ella de nuevo. "Dany, ¿por qué ha sido un error? ¿Qué ha pasado?" Preguntó, con genuina preocupación en su voz.

Daenerys lo miró, su mirada llena de tormento interno, pero no pudo encontrar las palabras. Solo una idea dominaba su mente: tenía que alejarse antes de que todo volviera a repetirse. Antes de que volviera a amar a alguien que podría traicionarla. "Debemos... debemos volver a Rocadragón", dijo, evitando el contacto visual con Aegon y caminando hacia el callejón para salir de allí.

Aegon, sin entender lo que estaba sucediendo, intentó hablar con ella mientras comenzaban a caminar hacia la barca que los había traído a Desembarco del Rey. "Dany, por favor, dime qué está mal. No tienes que cargar con esto sola. ¿Es algo que hice? ¿Dije algo que te molestó?" Su tono era desesperado, lleno de una preocupación auténtica por la mujer a la que amaba.

Pero Daenerys no respondía. Mantenía su mirada fija hacia adelante, su mente cerrada en un muro de recuerdos dolorosos y temores que no podía compartir. Cada palabra que Aegon decía solo la hacía sentir más atrapada en una espiral de dolor y confusión. Solo quería volver a la seguridad de Rocadragón, alejarse de cualquier posibilidad de sufrir de nuevo.

El camino de regreso a la barca fue silencioso, el aire lleno de una tensión que ambos podían sentir pero que ninguno sabía cómo romper. Aegon continuaba lanzando miradas preocupadas a Daenerys, intentando comprender lo que había salido mal, mientras que Daenerys seguía avanzando, sus pensamientos en un torbellino incontrolable.

Al llegar a la barca, Aegon ayudó a Daenerys a subir, aunque ella apenas lo miró. Se acomodaron en silencio, el sonido de los remos cortando el agua siendo lo único que llenaba el aire nocturno. Aegon quería decir tantas cosas, quería pedirle que hablara, que confiara en él, pero cada vez que abría la boca, las palabras parecían morir en su garganta ante la evidente angustia de Daenerys.

El viaje de regreso a Rocadragón, que antes había sido emocionante y lleno de anticipación, ahora se sentía interminable y pesado. Aegon no podía sacudirse la sensación de que había hecho algo terrible, aunque no sabía qué. Y Daenerys, atrapada en su propio conflicto interno, solo quería que este tormento terminara.

Cuando finalmente llegaron a la costa de Rocadragón, Daenerys fue la primera en bajar de la barca. Sin decir una palabra, comenzó a caminar hacia la fortaleza, con Aegon siguiéndola a corta distancia, su corazón encogido por la confusión y el dolor de no poder ayudarla.

Rocadragón se alzaba oscuro y majestuoso bajo la luz de la luna, y mientras caminaban hacia sus muros, Aegon lanzó una última mirada a Daenerys, deseando poder encontrar una manera de llegar a ella. Pero sabía que, al menos por ahora, ella había levantado una barrera que no podía atravesar.

Ambos entraron en la fortaleza, y sin decir más, Daenerys se dirigió directamente a sus aposentos, cerrando la puerta suavemente tras de sí. Aegon se quedó en el pasillo, mirando la puerta cerrada, sintiendo un peso en su corazón que no había sentido antes. Había esperado que esa noche los acercara más, pero en lugar de eso, parecía haber creado una nueva distancia entre ellos.

THE FIRST OF HIS NAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora