Capitulo 27-La Reunion

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El viento salado del mar golpeaba el rostro de Daenerys mientras se apoyaba en la barandilla de Rocadragón, mirando al horizonte. El sol comenzaba a caer, tiñendo el cielo de tonos dorados y rojizos, reflejándose en las aguas turbulentas. Tras un rato en silencio, sus ojos se desviaron hacia un pequeño acantilado cercano, donde vio a Aegon sentado, su silueta solitaria contra el paisaje. Sin dudarlo, bajó hacia él.

Aegon estaba pensativo, mirando el horizonte, cuando Daenerys se acercó lentamente y se detuvo a su lado

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Aegon estaba pensativo, mirando el horizonte, cuando Daenerys se acercó lentamente y se detuvo a su lado.

"¿Cómo está la herida?," le preguntó suavemente, refiriéndose al corte que le había hecho Robin Arryn durante el enfrentamiento en el Nido de Águilas.

Aegon se encogió de hombros, con una pequeña sonrisa irónica. "Solo una cicatriz más. Nada de qué preocuparse."

Daenerys lo observó por un momento, evaluando su expresión, pero en lugar de insistir, cambió de tema. "Quiero que me acompañes a la reunión."

Aegon la miró con sorpresa. "¿Estás segura de que es lo mejor?," preguntó, su voz llena de cautela. "¿Mostrar todas nuestras cartas de una vez?"

Daenerys asintió, su tono firme pero tranquilo. "Sí. Que vean que somos más fuertes que nunca. Que sientan que no estamos divididos ni debilitados."

Aegon la miró durante un largo momento, asimilando sus palabras. "¿Cuándo es la reunión?," preguntó finalmente.

"Llegó un cuervo hace unas horas," respondió Daenerys. "Será mañana, en Pozo Dragón."

El silencio cayó sobre ellos por un instante, mientras ambos contemplaban lo que estaba por venir. Aegon, pensativo, finalmente habló. "¿Cuál es tu plan para la reunión? Ellos buscarán la paz, intentar convencerte de que cedas."

Daenerys respiró hondo, sus ojos fijos en las olas que chocaban contra las rocas. "No puedo retroceder ahora. Lo sabes. Nunca me aceptarán como su reina, por más que lo intente. Si vuelvo atrás, estaré perdida."

Aegon se inclinó hacia adelante, sus ojos serios y llenos de resolución. "Los dragones no se arrodillan. Y nosotros tampoco, Daenerys." Su voz era baja, pero intensa. "Si intentan algo contra ti...," comenzó a decir, pero se calló, como si las palabras fueran demasiado para ser dichas en voz alta.

Daenerys lo miró, su corazón latiendo con fuerza. Sabía lo que Aegon quería decir, sentía la protección y el afecto en sus palabras, pero en ese momento, un torrente de emociones la invadió. 

extendió sus brazos y le dio un abrazo. Fue un gesto cálido, lleno de gratitud y compañerismo. Aegon se quedó inmóvil por un momento, sorprendido por el gesto, pero pronto correspondió, envolviendo a Daenerys en sus brazos. Ambos se quedaron así, en silencio, escuchando solo el sonido de las olas y el viento. Era un momento de calma antes de la tormenta que sabían que se avecinaba.

Finalmente, Daenerys se apartó, sus manos aún apoyadas en los brazos de Aegon. Le dio una última mirada, llena de promesas silenciosas, y se giró para regresar al castillo, sabiendo que juntos enfrentarían lo que vendría en Pozo Dragón.

THE FIRST OF HIS NAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora