Capitulo 39-El Regreso

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Daenerys se encontraba en la sala del mapa pintado de Rocadragón, de pie frente a uno de los grandes ventanales que daban al mar embravecido. El viento de la isla azotaba con fuerza, y las olas se estrellaban contra las rocas negras de la costa. El sonido del agua golpeando las piedras era constante, pero no lograba distraerla de sus pensamientos. Su mirada, perdida en el horizonte, reflejaba una mezcla de dolor, frustración y anhelo.

 Su mirada, perdida en el horizonte, reflejaba una mezcla de dolor, frustración y anhelo

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A su espalda, en la sala, estaban Arianne Martell, Ghysa, y Arela. La atmósfera era tensa, como si todas estuvieran conteniendo sus palabras, conscientes del estado emocional de su reina.

Arela, con su habitual tono suave y respetuoso, rompió el silencio. "¿Estáis bien, mi reina?" preguntó, su voz apenas audible sobre el rugir del viento.

Daenerys no se giró de inmediato. Tomó un momento para responder, cerrando los ojos y respirando profundamente antes de volverse lentamente hacia las tres mujeres. Su rostro estaba endurecido, pero en sus ojos brillaba un cansancio y una tristeza profunda.

"Te lo juro," dijo con un tono que denotaba agotamiento, "sentarse en un trono es mil veces más difícil que ganar uno

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"Te lo juro," dijo con un tono que denotaba agotamiento, "sentarse en un trono es mil veces más difícil que ganar uno."

El silencio que siguió fue denso. Arianne, siempre directa y leal, dio un paso al frente. "Lo liberaremos, mi reina," dijo con firmeza, como si con sus palabras pudiera disipar la nube de incertidumbre que pesaba sobre todas.

Daenerys la miró, sus ojos atravesando a Arianne con una intensidad que solo podía surgir de meses de frustración y dolor acumulado. 

 

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THE FIRST OF HIS NAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora