Capitulo 42-Reformando La Capital

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A la mañana siguiente, Daenerys despertó para encontrar a Aegon de pie junto al balcón, sosteniendo la daga en su mano. El sol apenas despuntaba, bañando la habitación con una luz suave. Aegon seguía observando la hoja con una expresión seria, pensativo. Daenerys se levantó, aún envuelta en las sábanas, y se acercó a él, posando una mano sobre su hombro.

"Aegon, déjalo ya," le dijo con suavidad, su voz tranquila y consoladora. "Solo fue un sueño, nada más."

Aegon la miró, dudando por un momento, pero terminó suspirando y asintiendo. "Si tú lo dices," respondió, aunque su mente seguía atrapada en las visiones de la noche anterior. Con un movimiento lento, guardó la daga, colocándola en su cinturón, y dirigió su mirada hacia el horizonte, observando el ajetreo que se extendía sobre las colinas que rodeaban la ciudad.

Desde el balcón, Aegon pudo ver las construcciones en la Colina de Visenya y la Colina de Rhaenys. Había obreros trabajando, y el sonido de martillos y sierras llenaba el aire matutino.

"¿Qué están construyendo en la Colina de Visenya y la Colina de Rhaenys?" preguntó Aegon, sin apartar la vista de las obras.

Daenerys se acercó más a él, observando el mismo paisaje con una sonrisa ligera. "En la Colina de Visenya estamos levantando un nuevo septo," explicó. "Y en la Colina de Rhaenys, estamos reformando Pozo Dragón para Drogon y Elianys."

Aegon giró la cabeza para mirarla, con una mezcla de curiosidad y preocupación. "¿Los vas a encerrar? ¿Como hicieron nuestros antepasados?"

Daenerys negó con la cabeza, su mirada volviéndose más seria. "No," contestó con firmeza. "Ese fue nuestro fallo en el pasado, encerrar a los dragones fue lo que debilitó a nuestra casa. El nuevo Pozo Dragón será muy diferente."

Se detuvo por un momento, como si organizara sus pensamientos, y luego continuó explicando. "El nuevo Pozo será un refugio para ellos, pero no una prisión. Será lo suficientemente grande y abierto para que Drogon y Elianys puedan entrar y salir cuando deseen. No habrá techos que los mantengan cautivos. Habrá una enorme apertura que se elevará hacia el cielo, permitiendo que puedan volar libremente en cualquier momento. Tendrán un lugar seguro al que regresar si lo necesitan, pero nunca estarán atrapados."

Aegon asintió, aliviado por sus palabras. "Es una buena idea," comentó. "Los dragones no deben ser enjaulados. Necesitan el cielo."

Daenerys sonrió, complacida por su aprobación. "Exactamente. Los dragones son el corazón de nuestra casa. Y ahora tendrán el espacio que merecen."

Aegon continuó observando las construcciones un rato más, su mirada se desvió hacia el septo que se estaba levantando en la Colina de Visenya. "¿Y el septo?" preguntó entonces. "¿Cómo se va a llamar?"

Daenerys lo miró de reojo, y su expresión se suavizó. "El Septo de Rhaella," dijo con orgullo y un toque de melancolía en la voz. "En honor a mi madre. Quiero que sea un lugar de paz y devoción, un homenaje a su memoria."

Aegon asintió, admirando el gesto. "Es un buen nombre," dijo. "Tu madre merece ser recordada."

Ambos se quedaron en silencio por un momento, contemplando el futuro de Desembarco del Rey mientras el viento suave del amanecer les acariciaba el rostro. Un nuevo septo, un nuevo Pozo Dragón, y un legado que prometía ser diferente al de sus antepasados.

Aegon seguía mirando el horizonte, pensativo. Tras la conversación sobre el septo, giró su mirada hacia Daenerys y le preguntó con curiosidad: "¿Y cómo vas a inaugurar el septo?"

Daenerys lo miró con una sonrisa enigmática y luego, con una chispa de determinación en su mirada, dijo: "Si te parece bien... ¿quieres pasar de príncipe a rey?"

THE FIRST OF HIS NAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora