Aegon miró a Daella con curiosidad y seriedad, sabiendo que lo que ella había mencionado antes sobre los enemigos en Essos no era un simple comentario pasajero. "Eso que mencionaste antes, sobre enemigos poderosos en Essos... ¿quiénes eran?" preguntó, observando cómo la expresión de Daella se oscurecía.
Daella suspiró, como si lo que iba a contarle le pesara en el alma. "¿Conoces a IIIyrio Mopatis?" preguntó, casi con una ironía amarga en su voz.
Aegon asintió, con una leve sonrisa que no alcanzaba sus ojos. "Sí, últimamente nos vemos a menudo." Su tono era sarcástico, una referencia clara a la guerra en curso entre Daenerys y IIIyrio, el magister que había conspirado en las sombras durante tanto tiempo.
Daella esbozó una sonrisa tensa. "Mi familia era poderosa... demasiado poderosa para ciertos gustos. IIIyrio vio una oportunidad en nuestra caída."
Aegon frunció el ceño, recordando su infancia. "Me acuerdo cuando éramos pequeños. Vivías con tu madre en la Muralla Negra," dijo, mencionando el nombre de la estructura fortificada de Volantis donde se ubicaban las casas nobles. "Creo que tu madre se llamaba... ¿Elyria?"
"Sí," respondió Daella, con un brillo triste en sus ojos. "Mi madre, Elyria. Era fuerte, pero no lo suficiente para enfrentar lo que venía."
Aegon continuó, hilando los recuerdos. "Hasta que murió por la peste. Luego te fuiste con tu tío a Pentos, ¿verdad? Estuviste allí un tiempo, y luego volviste a Volantis..."
Daella asintió, pero sus ojos se oscurecieron aún más. "Sí, pero cuando volví, las cosas ya no eran las mismas."
"¿Qué ocurrió realmente en aquel barco?" preguntó Aegon, su voz baja, como si temiera desenterrar algo más oscuro de lo que imaginaba.
Daella tomó aire, como preparándose para revivir una pesadilla. "Después de que mi madre muriera, mi tío me llevó a Pentos. Pensé que estaría a salvo, pero fue una trampa desde el principio. IIIyrio sabía que éramos vulnerables. Él... él organizó todo, quería sacar provecho de lo que quedaba de mi familia. Se acercó a nosotros bajo la apariencia de un aliado, un hombre dispuesto a ayudarnos a recuperar nuestra posición."
Aegon observaba a Daella con creciente inquietud. El nombre de IIIyrio resonaba con una malicia que había experimentado de primera mano.
"Cuando volví a Volantis, IIIyrio lo orquestó todo. Nos invitó a un viaje por mar, prometiendo que quería que hiciera tratos con las ciudades libres... pero era una trampa." Su voz temblaba ligeramente mientras recordaba. "El barco fue atacado en mitad de la noche. Piratas, nos dijeron... pero nunca fueron piratas. Eran asesinos enviados por él."
Aegon sentía la piel erizarse ante la historia. "Pero... ¿cómo sobreviviste?"
"Me arrojaron al agua," continuó Daella, bajando la mirada como si reviviera el pánico de aquel momento. "Casi me ahogo, pero una embarcación cercana me rescató... o eso pensé. Eran hombres de Lys. Me vendieron como esclava."
Aegon apretó la mandíbula, la furia encendiendo su interior. "¿IIIyrio te vendió?"
"Sí," respondió ella, con una mezcla de amargura y resignación. "Él había planeado todo. Sabía que yo era un estorbo para sus planes en Volantis. El barco se hundió, y todos dieron por hecho que había muerto. Fue la forma perfecta de desaparecerme del tablero sin hacer demasiado ruido."
Aegon la miraba, asimilando lo que le contaba. Pero había algo en la historia, un detalle que no encajaba del todo, algo en la forma en que lo relataba que parecía... incompleto. Aegon, sin embargo, no percibía la mentira o la omisión. Solo veía a la Daella que había conocido, la que había creído perdida para siempre.
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THE FIRST OF HIS NAME
FanfictionEn las profundidades de los misteriosos confines de Volantis, donde la magia y el misterio se funden en un torbellino de poderes antiguos, un sacerdotisa roja en trance vislumbra una visión: una figura envuelta en llamas, con cabellos de plata ondea...