CAPÍTULO 16 (TORY)

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Tory

Dos semanas han pasado desde aquel día en la playa. Dos semanas en las que he estado ignorando y evitando a Bhiell. Sé que preguntaba por mí a mis amigos, me escribía mensajes, y me buscaba, pero terminó por desistir ante mi cabezonería cuando no obtuvo ningún resultado. Y sé que lo que estoy haciendo es una putada, pero no sé qué me pasa exactamente, por qué lo ignoro. Aun así, debo admitir que extraño como nunca su presencia. Que me esté chinchando a cada rato, las conversaciones profundas que teníamos a veces a la hora de almuerzo, sus ojos vedes, su sonrisa canalla, y su lengua descarada.

Creo que he arruinado nuestra amistad por empeñarme en decirle que dejase de ser un cobarde, por querer que admitiese que, así como él a mí, yo le pongo a él. Pero, quizás no es así, y yo simplemente quise ver lo que me convenía, quise que aceptara algo que tal vez ni sea cierto. Y al final terminé por soltarle toda esa mierda de inseguridad que siempre tengo dentro desde el accidente. Porque sí, soy fuerte, y sí, sigo adelante, pero las inseguridades siempre van conmigo, sobre todo esa. Y es que me cuesta creer que alguien pueda quererme así, tan imperfecta.

Camino fuera de la universidad, ya que por fin es viernes, y por hoy han acabado las clases. Estoy cansada, decepcionada de mí, y triste.

Me acerco a mi coche cuando llego al aparcamiento, pero no puedo evitar ver a quien tanto añoro, algo lejos de donde me encuentro.

Está abrazando a una preciosísima chica delgada, de pelo rubio. Y la forma en que la abraza… hay mucho en ese abrazo.

Bhiell no me ha visto, pero yo no pudo evitar seguir observándolos. Se separan y veo que ella habla animadamente mientras él sonríe encantado. Siento como mi corazón se estruja dentro de mí, como esa ansiedad se posa en la boca de mi estómago. Mierda, esto es horrible. Puede que sea algo de celos lo que siento, pero realmente es, sobre todo, esa incomodidad por haber perdido su amistad, por no ser parte de su vida, todo lo contrario que esa chica, que sea quien sea, se nota que la quiere.

Parece sentir mi mirada porque sus ojos buscan algo, y cuando buscas encuentras, así que no tarda en dar conmigo. La mirada que me lanza tiene tanto de intensa como de compleja, es de esas de las que no sabes que esperar, que no sabes que piden.

Trago fuere y veo que la chica vuelve a llamar su atención por lo que deja de mirarme. Recojo mi dignidad y me marcho.

***
Entro en el cuarto de Hannah, que me espera sentada en su cama con las piernas cruzadas y mirada de “desembucha”.

Hace un rato le mandé un mensaje para saber si no estaba ocupada y podía venir a hablar con ella.

Se lo mandé aun sabiendo que, aunque estuviese muy ocupada dejaría de hacer cualquier cosa para escucharme.

Me tiro sobre su cama y me mira dándome tiempo para que me acomode frente a ella. Cruzo mis piernas y la observo

-Soy un desastre- no dice nada, así que continúo- Llevo ignorando a Bhiell dos semanas ya, pero creo que me estoy haciendo más daño a mí que a él. Y no es que quiera hacerle daño. Ralamente no sé qué me pasa Hannah. Soy una estúpida.

-Sí, lo eres- la miro y ella se encoge de hombros- ¿Qué? No me mires así. Eres estúpida porque sabes que ese chico a pesar de las cosas que le has contado, por las cuales crees que todos se alejarán de ti, aunque no Try, no es así; siguió ahí a tu lado. Eso te aterra. Así que además de estúpida estás siendo cobarde.

-No estoy siendo cobarde, solo me estoy protegiendo, no quiero que me haga daño.

-Dime, ¿te ha hecho daño en algún momento desde que lo conociste?, ¿te ha juzgado? - niego con la cabeza- Entonces estás siendo una cobarde. Tienes miedo a que todas esas cosas malas y absurdas que piensas, pasen, y no tienen por qué pasar Try. Y de pasar, tienes que aprender a quedarte con lo que te enseñan, tienes que aprender a hacerte fuerte. O te comes el mundo, o el mundo te come a ti Es simple. Bhiell te ha confiado muchas cosas, Tory, cosas que para él, en su vida, son base, son importantes. Te has preguntado en algún momento ¿por qué entre tantas personas, a ti? Ya te lo dije una vez, le gustas, y tú eres muy buena cariño, y cuando él creyó que huirías por contarte sus verdades, tú te quedaste ahí, a su lado, siendo solo una amiga; y creo que él también tiene miedo de que dejes de ser solo eso, porque tiene responsabilidades mayores que las nuestras, y lo sabe bien. Por eso se limita a tenerte como una buena amiga, antes que como algo más. Creo que le da miedo perderte, le da miedo que dejes de estar Try- No puedo evitar que las lágrimas corran por mi rostro.

-Estás segura de que elegiste la carrera correcta? Porque deberías ser psicóloga- bromeo intentando alejar la tristeza

Hannah me mira seria, y se cruza de brazos.

-Las bromas en estos momentos no funcionan- hago puchero y más lágrimas se desbordan de mis ojos- Ven aquí muñeca- me acurruca entre sus brazos y acaricia mi espalda- no te digo estas cosas para hacerte llorar, solo quiero que abras los ojos y te des cuenta de que estás huyendo, y no de sus problemas, sino de los tuyos propios, a veces toca ser valiente, dejar de tomar el camino fácil- reflexiona sobre algo- ¿Te sigo pareciendo una buena amiga? - Sonrío mentiras la abrazo.

-La mejor. Aunque a veces das muy buenos bofetones sin manos- Esta vez sí ríe

-Solo cuando son necesario- dice mientras se escoge de hombros

Nos quedamos un rato más conversando hasta que me regreso a mi casa.

Me adentro en mi habitación y me recuesto en la cama.

Miro el techo.

Debería hacer algo para cambiar esta absurda situación en que me encuentro con Bhiell.

Aún no anochece, pero tampoco debe faltar mucho para que lo haga. Aun así, tomo mi teléfono y llenándome de valor escribo un mensaje en el chat de ese chico al que tanto extraño.
Tory:
Te espero en el pequeño puente de la fuente que hay en el parque que queda a dos cuadras de mi casa. Ven por favor.

Son las 6:15pm.

Esperé por ti una hora.

Si no llegas en el trascurso de esa hora, me iré.
Espero hasta que ve el mensaje. No responde nada y eso me deja bastante inquieta, pero sin darle importancia me levanto y salgo de mi casa luego de ponerme unos tenis y un suéter blanco corto, hasta un poco más arriba de la cintura, con el chándal que llevo.

Solo unos quince minutos me toma llegar al lugar donde dije que le esperaría. El tiempo está bastante malo, el cielo está completamente gris y hay nubes bastante oscuras. Creo que va a caer una buena.

Me siento en el piso de madera del puente mientras espero. No cogí el teléfono porque no tenía mucha batería así que solo me queda observar lo que tengo alrededor, y comprobar la hora a cada rato en mi reloj de mano.

Han pasado veinte minutos desde que le escribí a Bhiell. Solo quedan veinticinco minutos para que se acabe la hora, y todavía no viene. Quizás ya ni lo haga, pero si he dicho una hora, aquí voy a estar una hora.

No puedo evitar arrepentirme de haber dicho una hora, cuando siento las primeras gotas de lluvia caer sobre mí.

No tardan mucho en seguirle con más fuerza otras tantas más, hasta que terminan por convertirse en un buen aguacero.

Mi ropa se adhiere a mi cuerpo y la frialdad del mes de octubre, del otoño, comienza a hacer de las suyas en mí. No obstante, ya solo quedan diez minutos.

Diez minutos que se me harán eternos. Diez minutos de incertidumbre.

Por favor Bhiell. Aparece.

Cada estrella de tus ojos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora