CAPÍTULO 56 (BHIELL)

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Bhiell

Han pasado dos semanas desde la muerte de Effie, dos semanas en las que apenas he sabido algo de Tory más que los vagos está mal que Hannah me dice, pero que está mal ya lo sé, cada vez que me la cruzo por los pasillos, ojerosa, desarreglada, sin un ápice de alegría en sus ojos, cada vez que ignora a cualquiera que se le acerque y se limita a pasearse por la universidad con la mirada perdida como si de un zombi se tratase,  cada vez que se va de la única clase que compartimos sin mirar a nadie pero con la respiración agitada, y seguramente lo hace con las demás, me doy cuenta de lo mal que está y me recrimino el no hacer lo suficiente para estar a su lado en estos momentos. Pero sus palabras aún escuecen en mi interior, y puede que la discusión y lo que dijo estuvieran influenciados por toda la situación, el estrés, el dolor y la tristeza del momento, pero al fin y al cabo lo que uno dice en momentos así es lo que realmente uno piensa ¿no? La quiero, pero no me puedo permitir volver a ser el mismo que fui en mi anterior relación, esta vez le toca a ella buscarme cuando esté lista, puede que le haya dicho que mi espera tiene un límite, no dudo de que sea así todo el tiempo, pero si hay muchas otras veces que me es inevitable pensar que por ella esperaría toda la vida si así ella necesitara, pero las cosas no son así, porque entonces dónde quedo yo. Yo también merezco recibir lo que doy, y si ella no está dispuesta a darme lo mismo, pues cada uno seguirá su propio camino.

Llevo las manos a mi rostro terminado por hundir los dedos en mi pelo antes de apagar el televisor y levantarme del sofá de mi sala luego de fijarme en el reloj que a mi izquierda, en la pared, me indica que ya es ahora de acostar a mi niño.

Camino hacia la cocina en busca de mi renacuajo, pero para mi sorpresa no está, y solo me encuentro con mi padre terminando de secar unos platos.

-¿Y Hope?- Pregunto ya que pensé que estaría aquí

-Tu madre ya se ha encargado de ir a acostarlo porque te ha visto con la vista fija en la televisión pero la cabeza en otro lado y no ha querido molestarte- indica dejando el último plato en su sitio y girándose para mirarme- Hijo mío, tu madre y yo estamos preocupados por ti

-Papá- Intento interrumpirlo, pero él me frena

-No, escúchame. Llevas dos semanas más distraído que nunca y apanes sonríes o te esfuerzas más que para no preocupar a mi nieto, y me alegra saber que al menos su bienestar y su felicidad siguen siendo tu prioridad hijo, pero ¿y la tuya?, ¿dónde está tu felicidad y por qué no vas a buscarla?- mi mente trae consigo el recuerdo de Tory con mi hijo de la mano caminando por el parque y jugando juntos mientras reían como locos y yo simplemente observaba como mis dos amores estaban a mi lado y se adoraban- No sé qué pasó contigo y esa muchacha Bhiell, no sé qué te habrá dicho para que tú en un momento tan duro como este por el que debe de estar pasando, no estés a su lado, y no sé qué le habrás dicho para que ella no haya venido a buscarte aún.

-¿Por qué das par hecho que le dije algo? - Pregunto receloso

-Porque yo te crié, y sé cómo eres. Sé que tu manera de responder ante aquello que te hace daño, es haciendo daño también hijo mío, y me apuesto que con esa chica tu intención nunca fue esa, pero has de ser consciente de que ella quizás aún tenga miedo de buscarte porque no sepa cuál será tu reacción ante su presencia.

-Papá, esta vez no soy yo quien ha de arreglar las cosas, yo ya dejé las cosas claras, y le estoy dando el tiempo que sé que necesita, me está costando horrores no acercarme a ella cada vez que la veo y abrazarla, pero no puedo, no puedo porque la decisión esta vez está en sus manos, es ella quién debe elegir como serán las cosas a partir de ahora en su vida, necesita recuperarse de este golpe tan fuerte, necesita tener las cosa claras, necesita aclarar su mente y decidir cuáles serán sus prioridades a partir de ahora, porque yo tengo las mías claras, y si ella decide que una de las suyas seremos mi hijo y yo, entonces ya hablaremos y veremos que pasa. Pero de momento no puedo hacer más, o más bien, no es justo que yo hago más, es por mi propio bienestar- mi padre suspira con pesar por lo que me acerco y lo abrazo dando toquecitos en su espalda- No te preocupes papá, las cosas pasarán poco a poco y mejorarán de seguro.

Cada estrella de tus ojos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora