Tory
Termino de arreglarme en la habitación que alquiló Bhiell. Mi hermana se encargó de echarme hasta el vestido rojo de seda que había elegido Bhiell en mi cumpleaños y unos tacones de plataforma delante también, preciosos.
No sé qué es lo próximo de la sorpresa pero las mariposas en mi panza no dejan de revolotear y revolotear.
Siento que la puerta de la habitación se abre y miro hacia el chico guapísimo que entra.
Madre mía ¿Hay algo más sexy que un hombre con ropa elegante?
Si es que va super simple con su pantalón negro de tela, de traje. Y una camisa blanca sencilla, un poco remangada, y unos tenis blancos que lo haces un poco menos formal. Su típico pelo despeinado y esa sonrisa preciosa en los labios que me hace morderme el labio y recorrerlo con la mirada
-Que sexy- Digo sin cortarme un pelo y él camina hacia mí con las manos en los bolsillos.
Llega a mi costado y me agarra por la cintura quedando detrás de mí y nos gira un poco para vernos en el espejo de cuerpo entero.
Amo la forma en que su mirada se encuentra con la mía y sonríe haciendo que su gesto se dibuje también en mí.
-Tú eres la sexy preciosa. Si es que hasta el espejo se ha enamorado de ti- Sonrío nerviosa y siento el calor en mis mejillas antes de darme vuelta y unir mis labios con los suyos en un corto pico.
-¿Lista? - Pregunta sin dejar de sostener mi cintura, a lo que asiento y sus dedos buscan los míos entrelazando nuestras manos para salir de la habitación.
Subimos en su moto, y aunque llevo vestido no me preocupo porque conozco a Bhiell y sé que cuidará de que no tenga ningún percance con este.
Me pego a su espalda y me aferro a su cintura mientras maneja. Ya es de noche por lo que ha refrescado, y tengo un poco de frío pero es también por ir en moto, lo compruebo porque al aparcar frente un bonito restaurante, cerca de la orilla de la playa. Siento que la temperatura es ideal para la ropa que llevo, ni frío ni calor.
Miro a Bhiell mientras se quita su casco esperando a que me guíe.
Sonríe y saca una bonita venda roja y ya sé para qué es. Hago un poco de puchero porque sé que ahora sentiré el doble de curiosidad.
-Venga date vuelta y deja de hacer puchero preciosa, no te arrepentirás, te lo prometo- Su voz suave llega a mi oído y hago lo que me pide.
Coloca la venda con suma suavidad en mis ojos y tomándome por una de mis manos y la cintura me comienza a llevar.
Escucho la madera sonar bajo mis zapatos hasta que nos detenemos en algún punto y Bhiell vuelve a hablar
-Nos desharemos de esos preciosos tacones que llevas, por esta noche. Hoy solo quiero que estés cómoda y disfrutes- Dice cerca de mi oído
Sé que se agacha porque lo siento moverse a mi lado y luego sus dedos comienzan a zafar la tira de mis plataformas. Las quita y bajo mis pies la madera con granitos de arena se siente bien.
-Quita también los tuyos- Digo
- Es un trato justo- Espero hasta que se dirige nuevamente a mí.
-¿Lista para ver lo que te espera? - Asiento ante su pregunta y sonrío cuando siento sus dedos quitando la venda de mis ojos.
Nada más que mi vista se adapta al entorno me es imposible no abrir la boca impactada.
Un camino de luces pequeñas incrustadas en la arena y pétalos, esperando ser recorrido, me recibe, pero no es solo eso, sino que en las palmeras hay cordeles de los que cuelgan preciosas fotos nuestras.
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Cada estrella de tus ojos
Ficção AdolescenteNo puedo seguir engañándome así, fingiendo que no te miro, mientras siento las mismas mariposas que aquel día; que no se me contagia tu sonrisa, cuando en realidad solo intento ocultar la mía. No puedo seguir forzándome a creer que no siento nada, c...