Tory
La tensión es palpable en el ambiente, mientras camino al lado de Bhiell hacia la pista.
El tal Gordon vuelve a acercarse a nosotros, con la malicia haciéndose notar en su mirada y en su repulsiva sonrisa.
-Espero que corras con tu chica Taylor- El mencionado niega con la cabeza con una expresión jodidamente seria, que haría temblar a cualquiera.
-Ella no correrá, no tiene experiencia, y además no pienso meterla en esto- Gordon ladea la cabeza y sonríe con más maldad aún al mirarme.
-Oh, ¿no correrás bonita?- pregunta, pero sin esperar respuesta- Es una pena, porque entonces tu chico tendrá que correr con alguna de mis putas. Y aquí todos conocen las reglas, si ganas te llevas a la damita y te la follas- dice damita con un cinismo atroz, y la forma en que se refiere a esas chicas que como mucho tendrán dieciséis años y solo ellas saben por qué se encuentran aquí, es tan asquerosa, que me dan ganas de vomitar- Tu chico tendrá que elegir entre perder para no perderte, o ganar para pagar la apuesta.
-Eres un cabrón hijo de puta, no pienso acostarme con ninguna de esas niñas- Espeta Bhiell inclinándose con furia hacia Gordon, pero lo retengo antes de que siga acercándose.
Lo entiendo por completo, no lo está haciendo por mí, sino por ellas, porque estoy segura de que muchas de esas niñas ni siquiera han perdido la virginidad y ya se encuentran aquí metidas, aceptando ser violadas por cabrones insensibles, todo por una mísera y asquerosa paga, por la maldita necesidad que deben de tener.
-Correré- digo bajito por lo que carraspeo- yo correré con él- concluyo llenándome de valor, hablando alto y claro
-No, tú no vas a ninguna parte- La respuesta de Bhiell es instantánea.
Ni siquiera me mira solo mira a Gordon como si quisiera asesinarlo. Este último solo sonríe con descaro.
Tomo el rostro de Bhiell entre mis manos para que me mire
-Voy a correr contigo quieras tú o no, y me importa una mierda todo ahora mismo porque no dejaré que hagas nada que no quieras hacer, y mucho menos permitiré que pierdas esta puta carrera y dejes que tu vida se vuelva un infierno, así que sí, Bhiell, correré, y esta vez tengo yo la última palabra. Porque sabes lo cabezona que soy así que no lograrás hacerme cambiar de opinión- Nos miramos fijamente de forma retadora, y Bhiell aprieta fuerte los puños haciendo que sus nudillos se pongan blancos, hasta que termina por asentir a regañadientes.
Gordon ríe triunfante y se marcha.
Veo el miedo en los ojos de Bhiell cuando nos encontramos junto a su moto, lo que me lleva a tomar su cara entre mis manos nuevamente y hacer que me mire otra vez
-Ey, todo va a estar bien Bhiell, te lo prometo- Tanto él como yo sabemos que es una promesa que quizás no pueda cumplir, pero ambos estamos aterrados, así que asiente y besa mi frente antes de montar en la moto.
Veo a nuestros contrincantes. Un chico un poco mayor que Bhiell, fuerte y con un brazo completamente tatuado, pelo rapado y aro en la nariz, su mirada es la del mismísimo diablo. Desborda charlatanería, confianza y egocentrismo.
Veo como agarra a la chica que lo acompaña, que también parece mayor que yo, y la besa sin ningún pudor agarrándole las nalgas que mantiene al descubierto por el short minúsculo que lleva; su blusa tampoco deja mucho a la imaginación. Parece tragársela, y no es más que asquerosa esa escena. Al separarse de esta, mira a mi acompañante con burla, y la chica me mira a mí de forma despectiva, con la grandeza que no tiene. No me corto un pelo en devolverle la mirada con burla y sonreírle para luego mandarle un beso que noto como la cabrea
En estas carreras por lo que veo el casco no es un complemento ni nada por el estilo, monto tras Bhiell luego de que este arranque, y comienzo a sentir la presión, el nerviosismo en la boca del estómago. Mi cuerpo se estremece repentinamente, mientras escucho el conteo y observo las gradas llenas de personas que vociferan la cuenta atrás
5…4…3…2…1… ¡Ya!
Bhiell sale tan fuerte y rápido que manda mi cuerpo un poco hacia atrás, y de no ser por mi fuerte agarre en su cintura habría caído.
Comenzamos a alejarnos del público, pero noto que somos seguidos por un dron que transmite la carrera en una pantalla para que los espectadores y apostantes la vean. La pista es enorme y está llena de curvas y alguna que otras complicaciones por el pasar de los años.
Rikko nos lleva un tramo de adelanto, pero Bhiell no tarda en acortar la distancia aprovechando una curva cerrándose hacia la izquierda. Siento como la moto se inclina al punto de parecer que caeremos; hace que mi corazón lata más rápido de lo normal, pareciera que quisiera salirse de mi pecho. El viento pega tan fuerte que mis manos las siento entumecidas alrededor de la cintura de Bhiell.
Llegamos justo al lado de nuestros contrincantes y al pasar una línea roja que hay en la carretera veo como la chica que va detrás de Rikko se para y en una rara artimaña se sienta a horcajadas sobre el regazo de él.
Aumentan la velocidad, pero no sin antes sacarnos ambos el dedo corazón.
Sé que se supone que yo debo de hacer lo mismo, pero ¡joder! estoy aterrada.
Trago saliva fuerte y encontrando el valor que ni siquiera sabía que tenía me paro tras Bhiell con la moto en movimiento, y paso mi cabeza por debajo de su brazo izquierdo, ya que con el derecho tiene que acelerar la moto, para luego dejar mi pierna derecha flexionada sobre el asiento e intento pasar la izquierda sobre la parte delantera de la moto. Todo mi cuerpo está en tensión y el de Bhiell parce una piedra, trata de no mirarme. Por mi falta de experiencia estamos perdiendo un poco de terreno, pero también noto que Bhiell ha reducido un poco la velocidad; sé que no quiere que nada malo me pase. Logro sentarme sobre su regazo dejándome caer cuando ya estoy asegurada, agarrándome fuertemente de sus hombros. Abro y cierro un poco las manos para liberar la tensión de ellas, antes de gritarle a Bhiell, para que me escuche atreves del ruido.
-Corre, quiero ver hundido a ese hijo de puta- Me dirige la mirada más corta del mundo, pero me es suficiente para notar el brillo y la rápida confianza que pasa por sus ojos.
No tarda en aumentar la velocidad a tal punto que siento como mi cuerpo se acopla al suyo a la perfección, rodeo su espalda con mis brazos, y veo como de un momento para otro recorremos la pista que nos faltaba, y comenzamos a dejar a atrás a quienes osaron burlarse de nosotros.
Mientras me aferro cada vez más al cuerpo de Bhiell
-Falta un tramo, enana, pero ese tramo se supone que ha de correrlo la chica, si no puedes no pasa nada, no dejaré que algo malo te pase- escucho su voz sobre el ruido
Pese a tener el corazón en la boca por la puta adrenalina, lo miro con la rabia acumulada que siento hacia nuestros contrincantes, Gordon y todos los que observan
-Quiero ver a esos cabrones morder el polvo, así que, Bhiell, ¿confías en mí? - Solo necesito su respuesta.
Un sí, y haré que comience la acción.
Si a sentir que en cualquier instante puedes morir, se le llama vivir. Pues venga, a vivir se ha dicho.
Y el que tenga miedo a morir que no nazca.
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Cada estrella de tus ojos
Fiksi RemajaNo puedo seguir engañándome así, fingiendo que no te miro, mientras siento las mismas mariposas que aquel día; que no se me contagia tu sonrisa, cuando en realidad solo intento ocultar la mía. No puedo seguir forzándome a creer que no siento nada, c...