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La veterinaria de Kazutora, Chifuyu y Baji era un lugar acogedor, repleto de animales y clientes felices

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La veterinaria de Kazutora, Chifuyu y Baji era un lugar acogedor, repleto de animales y clientes felices. Los tres amigos habían decidido abrir la tienda después de que touman se disolviera, y ahora pasaban la mayor parte del tiempo trabajando juntos y criando a sus hijos.

Hiroshi, Nozomi y Mako, los hijos de Kazutora, Chifuyu y Baji respectivamente, tenían personalidades muy diferentes. Desde el momento en que se conocieron, parecía que no se llevaban bien.

Un día, por casualidad, los tres niños terminaron en la veterinaria al mismo tiempo llevados por sus padres.

La atmósfera en la veterinaria era bulliciosa y llena de vida, con el suave murmullo de los animales y el tintineo de los collares resonando en el aire. Hiroshi, Nozomi y Mako estaban fascinados por los diversos animales que llenaban el lugar, pero su atención se centró en un pequeño gatito que jugueteaba en una esquina.

Fue entonces cuando estalló el caos. Todo comenzó cuando el  gatito llamó la atención de los niños y cada uno quería tenerlo para sí mismo.

Hiroshi, con su temperamento enérgico y decidido, fue el primero en notar al gatito. Sus ojos se iluminaron con entusiasmo mientras corría hacia él.

Hiroshi. ¡Miren, un gatito!

exclamó, su voz llena de emoción.

Nozomi, con su carácter vivaz y competitivo, no tardó en seguirlo.

Nozomi. ¡Es mío! ¡Lo vi primero!

gritó, tratando de agarrar al gatito antes que Hiroshi.

Mako, el más reservado de los tres, observaba la escena con curiosidad. Sin embargo, cuando vio la reacción de sus amigos, sintió la necesidad de unirse a la acción.

Mako. ¡También quiero al gatito!

dijo con determinación.

Hiroshi: ¡Ese gatito es mío!

Nozomi: ¡No, es mío! ¡Lo vi primero!

Mako: ¡Yo lo quiero!

La atmósfera pasó de ser alegre y juguetona a tensa y competitiva. Los niños comenzaron a forcejear por el control del gatito, cada uno aferrándose a su posesión con determinación.

La discusión rápidamente se convirtió en una pelea a golpes, con los niños forcejeando por el control del gatito. Chifuyu trató de separarlos, pero la situación se salió de control.

Chifuyu: ¡Deténganse! ¡Dejen de pelear!

Los gritos y las exclamaciones llenaron la sala mientras Hiroshi, Nozomi y Mako luchaban por el gatito. Los empujones y los arañazos se convirtieron en la norma, y la escena se volvió caótica y ruidosa.

Chifuyu, tratando desesperadamente de calmar la situación, se abrió paso entre los niños, instándolos a detenerse. Sin embargo, su voz se perdió en el tumulto de la pelea.

Siendo padres - Tokyo revengers #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora