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En la secundaria de Tokyo, el ambiente siempre estaba cargado de energía y rivalidades amistosas

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En la secundaria de Tokyo, el ambiente siempre estaba cargado de energía y rivalidades amistosas. Los mellizos Mizuki y Buntaro, hijos de Angry y TN, se encontraban en el centro de esta vibrante red de relaciones y drama adolescente. Ambos formaban parte de la misma pandilla en la que Angry había sido una figura prominente en sus días de juventud.

Mizuki, la mayor de los dos por apenas unos minutos, estaba rodeada de pretendientes. Cada día era una nueva aventura para ella, llena de mensajes de texto, llamadas y, a veces, hasta serenatas bajo la ventana. Sus pretendientes incluían a Raito, el hijo de Mikey; Mizu, el hijo de Izana; y Aiko, el hijo de Sanzu. Cada uno tenía sus propias formas de mostrar su interés, desde gestos románticos hasta desafíos y competencias amistosas.

Buntaro, en cambio, estaba en una constante batalla con sus propios sentimientos. A pesar de compartir una profunda conexión con su hermano mellizo, no podía evitar sentir celos de la atención que Mizuki recibía, especialmente de los pretendientes que parecían rodearla a todas horas.

Un día, en la cafetería de la secundaria, la situación se volvía cada vez más complicada. Mizuki estaba rodeada de Raito, Mizu y Aiko, quienes competían por su atención mientras Buntaro se encontraba en una esquina, observando con desdén.

Buntaro. ¿Por qué siempre están tan pendientes de Mizuki? -se quejaba Buntaro, casi en un susurro, a su amigo Takeshi. - ¿No tienen nada mejor que hacer que seguirla por todo el colegio?

Takeshi se rió.

Takashi. ¿Qué esperas, Buntaro? Es Mizuki. Todos quieren impresionar a la chica más genial de la secundaria. Además, ¿cuándo has visto a Raito dejar de intentar hacer algo para llamar la atención?

Mientras tanto, Mizuki estaba en medio de una animada conversación con Mizu, que había traído un ramo de flores para ella.

Mizu. Espero que te gusten, Mizuki. - dijo Mizu con una sonrisa amplia.-  Solo pensé que podrían alegrarte el día.

Mizuki. Son preciosas, Mizu. Gracias.

En el rincón opuesto, Buntaro se cruzó de brazos y miró a su hermano.

Siendo padres - Tokyo revengers #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora