En un soleado sábado por la mañana, Shinichiro decidió llevar a su hijo Shinji, de seis años, a la tienda de motos que él mismo dirigía. Quería compartir con él su pasión por las motocicletas y, tal vez, enseñarle algunos trucos del oficio. La tienda estaba repleta de motos relucientes y herramientas especializadas que resonaban con el distintivo aroma a aceite y gasolina.
Shinichiro: ¿Listo para aprender algo nuevo, Shinji?
Shinji: ¡Sí, papá! ¡Quiero ser tan genial como tú!
Shinichiro llevó a Shinji a la parte trasera de la tienda, donde se encontraban las motos en proceso de reparación. El olor a metal y el sonido de las herramientas llenaban el aire mientras padre e hijo se sumergían en el mundo de las motocicletas.
Shinichiro: Mira, Shinji, esta es una clásica. Vamos a arreglarla juntos.
Shinji: ¡Es increíble, papá!
Shinichiro explicó cada parte de la moto a Shinji, desde el motor hasta las ruedas, deteniéndose para asegurarse de que entendiera cada componente.
Shinichiro: - señalando-Esto es el motor, aquí están los cilindros y aquí las bujías. ¿Lo sigues hasta ahora?
Shinji: Sí, papá. ¡Lo estoy entendiendo!
Shinichiro: Perfecto. Ahora, pasemos a la siguiente fase.
Shinichiro tomó algunas herramientas y comenzó a desmontar cuidadosamente la moto, explicando cada paso a medida que avanzaba.
Shinichiro: Aquí, Shinji, es importante tener cuidado al desmontar las partes. Cada pieza tiene su función y debemos tratarlas con respeto.
Shinji: Entendido, papá. ¡Lo haré con cuidado!
A medida que padre e hijo trabajaban juntos, Shinichiro compartía historias sobre su amor por las motocicletas y cómo aprendió a repararlas desde joven. Shinji escuchaba con admiración, absorbiendo cada palabra como una esponja.
Shinichiro: Verás, Shinji, las motocicletas no son solo máquinas. Tienen historia y alma. Cada vez que las arreglamos, les damos una nueva vida.
Shinichiro: Muy bien, Shinji. Ahora, vamos a reemplazar esta pieza.
Padre e hijo trabajaron juntos para poner en práctica lo aprendido. Shinji, con una mezcla de concentración y alegría, tomó las riendas mientras su padre lo guiaba.
Shinji: ¡Lo estoy haciendo, papá!
Shinichiro: Eso es, Shinji. Estás haciendo un trabajo excepcional.
A medida que la moto tomaba forma, Shinichiro compartió más secretos del oficio con Shinji, desde ajustar la cadena hasta la importancia de la alineación perfecta.
Shinichiro: La alineación es crucial, Shinji. Una moto bien alineada no solo es más segura, sino que también brinda una experiencia de conducción mucho mejor.
Shinji: Entiendo, papá. La seguridad primero.
Shinichiro: Buen trabajo, Shinji. Has hecho un gran trabajo hoy.
Shinji: Gracias, papá. Esto fue increíble.
Shinji observaba con ojos curiosos una motocicleta desmontada. La pregunta no tardó en salir de su boca:
Shinji: Papá, ¿para quién es esta moto en pedazos?
Shinichiro: Es para tu tío Manjiro, Shinji. Su cumpleaños está a la vuelta de la esquina, y pensé que sería un regalo perfecto.
Shinji: ¡Oh, para el tío Manjiro! Debe estar muy feliz.
Shinichiro: Seguro que lo estará. Además, tiene un significado especial.
Shinji: ¿Por qué?
Shinichiro: Bueno, encontré el motor de esta motocicleta, junto con otros dos iguales, cuando estaba de luna de miel con tu mamá en Filipinas.
Shinji: ¿Encontraste tres motores?
Shinichiro: Así es. Uno es para tu tío Manjiro, otro será para tu motocicleta cuando seas lo suficientemente mayor, y el tercero será para tu tío Izana.
Shinji: ¡¿Para mi propia motocicleta?!
Shinichiro: Sí, pero aún eres muy pequeño, hijo. Tendrás que esperar al menos diez años.
Shinji: ¡Pero quiero mi motocicleta ahora!
Shinichiro: Paciencia, pequeño. Diez años pasarán volando. Mientras tanto, podemos seguir aprendiendo y disfrutando de las motos juntos.
Shinji: ¿De verdad?
Shinichiro: - acariciando la cabeza de Shinji- Por supuesto. Aprenderemos todo sobre las motos, y cuando llegue el momento, esa motocicleta será tuya.
Shinji se iluminó con la idea de tener su propia motocicleta en el futuro. Shinichiro continuó explicándole cómo cada parte de la moto tenía su función y cómo se ensamblaban todas para crear la poderosa máquina.
Shinichiro: Esto aquí es el motor, y estas son las llantas. Y aquí, los frenos. Cada parte es esencial.
Shinji: Lo entiendo, papá. Quiero aprender todo sobre motocicletas.
Shinichiro: Eso es genial, Shinji. Será nuestra tradición familiar.
Padre e hijo pasaron el día inmersos en el mundo de las motocicletas, desmontando y reconstruyendo piezas, compartiendo risas y aprendizajes.
Shinichiro: Verás, Shinji, las motocicletas no son solo máquinas. Son una mezcla de pasión, habilidad y paciencia.
Shinji: Quiero ser tan bueno como tú, papá.
Shinichiro: Y lo serás, Shinji. Con el tiempo y la práctica, te convertirás en un verdadero experto.
El día concluyó con la moto de Manjiro tomando forma lentamente. Shinji, lleno de entusiasmo, se comprometió a aprender todo lo posible sobre el fascinante mundo de las motocicletas.
Shinji: Papá, ¿crees que algún día podré conducir tan bien como tú?
Shinichiro: No tengo dudas, Shinji. Con tu dedicación, estoy seguro de que superarás mis habilidades.
Shinji: ¡Lo haré, papá! Y cuando tenga mi propia motocicleta, será la mejor.
Shinichiro: Eso es lo que quiero escuchar, hijo. Por ahora, sigamos construyendo juntos esta motocicleta para tu tío. Y recuerda, cada moto tiene su historia y alma.
Shinji: Lo recordaré, papá. ¡Gracias por enseñarme tanto hoy!
Hola espero que les guste este capítulo.
Gracias por leer.
Pueden dejar sus pedidos.
Bye bye 💋💋
ESTÁS LEYENDO
Siendo padres - Tokyo revengers #2
Fanficsegundo libro con los personajes de Tokyo revengers