La tensión y el temor se apoderan del momento cuando Aiko regresa a casa con signos evidentes de haber sido maltratado en la escuela. Sanzu, preocupado, intenta obtener respuestas.
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Sanzu: Aiko, ¿qué te pasó? ¿Por qué estás cubriéndote la boca?
Aiko: No es nada, papá.
Ante la negativa de Aiko, Sanzu, decidido a descubrir la verdad, toma la mano de su hijo y le pide que le muestre.
Sanzu: Aiko, necesito verlo. ¿Qué te hicieron?
A regañadientes, Aiko permite que Sanzu vea la herida en forma de rombo cerca de su boca, desatando en Sanzu una mezcla de emociones.
Sanzu: ¿Quién te hizo esto, Aiko?
Aiko: No quiero hablar de eso.
La visión de la herida despierta en Sanzu recuerdos dolorosos de su propio pasado, cuando él también fue víctima de violencia.
Sanzu: Aiko, sé lo que es pasar por algo así. Pero quiero que sepas que aquí estoy para ti.
A pesar de sus intentos de tranquilizar a su hijo, Sanzu es consciente de que las heridas físicas no son las únicas que deben sanar.
Sanzu: Vamos a cuidar de esto juntos, ¿de acuerdo? No estás solo.
Aiko: Gracias, papá.
En la oscuridad de esa situación, Sanzu busca ser el apoyo que Aiko necesita, consciente de que la verdadera batalla es enfrentar las cicatrices emocionales que trae consigo el dolor.
Con la determinación de cuidar a su hijo, Sanzu lleva a Aiko al hospital, donde la realidad de la situación se revela con una conversación difícil.
Sanzu: Aiko, necesitamos que un médico vea eso. Puede dejarte una cicatriz, pero haremos todo lo posible para que sane bien.
Aiko: Está bien, papá.
En la sala de emergencias, el médico examina la herida y explica la situación a Sanzu y Aiko.
Médico: La herida es profunda y podría dejar una cicatriz. Haremos lo posible para minimizarla, pero es importante seguir las indicaciones de cuidado.
Sanzu: Haré todo lo que sea necesario.
Mientras el médico trabaja en tratar la herida, Sanzu busca consolar a Aiko, cuya expresión refleja preocupación y resignación.
Sanzu: Aiko, las cicatrices pueden ser recordatorios de nuestras experiencias, pero también demuestran nuestra fortaleza y capacidad para superarlas.
Aiko: Lo sé, papá.
La realidad de la situación se asienta mientras Sanzu y Aiko enfrentan la posibilidad de una cicatriz física y emocional. La historia destaca la importancia del apoyo familiar en momentos difíciles.
Espero que les aya gustado leerlo como a mi escribirlo.
Pueden dejar sus pedidos.
Bye bye 💋💋
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Siendo padres - Tokyo revengers #2
Fanfictionsegundo libro con los personajes de Tokyo revengers