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El día había llegado. TN y Kazutora se encontraban en la sala de espera del juzgado, listos para finalizar lo que una vez fue un matrimonio lleno de amor y esperanza. El ambiente estaba cargado de tensión y tristeza. Ambos sabían que esta decisión era lo mejor para ellos y, sobre todo, para su hijo Hiroshi, pero eso no hacía que fuera más fácil.
Kazutora miraba a TN con ojos llenos de dolor y arrepentimiento. Mientras esperaban ser llamados, no podía evitar recordar todos los momentos felices que habían compartido. Sin embargo, las discusiones constantes y los problemas irresolubles los habían llevado a este punto.
Kazutora. TN. -comenzó Kazutora, con voz temblorosa.- Sé que las cosas no han sido fáciles entre nosotros. Hemos tenido muchos problemas y hemos dicho cosas que no podemos retirar. Pero... ¿no podemos intentarlo una vez más? Por Hiroshi, por nosotros.
TN lo miró, sus ojos reflejaban el cansancio de meses de tensión.
TN. Kazutora, hemos intentado tantas veces arreglarlo. Pero siempre volvemos al mismo punto. No podemos seguir así, no es justo para nosotros ni para Hiroshi.
Kazutora tomó aire, buscando las palabras correctas.
Kazutora. Sé que he cometido muchos errores, y lamento cada uno de ellos. Pero estoy dispuesto a cambiar, a hacer todo lo que sea necesario para que esto funcione. Te amo, TN. No quiero perderte.
TN cerró los ojos por un momento, tratando de contener las lágrimas. Abrió los ojos y miró a Kazutora con una mezcla de tristeza y determinación.
TN. Kazutora, también te amo. Siempre lo haré. Pero el amor no siempre es suficiente. Hemos intentado y fallado demasiadas veces. Necesitamos pensar en lo que es mejor para Hiroshi y para nosotros mismos.
Kazutora sintió un nudo en la garganta, pero asintió lentamente.
Kazutora. Entiendo, TN. Solo quería una última oportunidad para decirte cómo me siento.
El oficial del juzgado los llamó, y ambos se levantaron para entrar en la sala. El proceso fue rápido y profesional, con ambos acordando compartir la custodia de Hiroshi. Mientras firmaban los papeles, Kazutora no podía evitar sentir un profundo vacío en su interior. Sabía que esto era lo mejor, pero eso no aliviaba el dolor de perder a la persona que amaba.
