Después de la reunión con Stephanie me sentía como si todo fuese una pesadilla. Me iba de gira con Supernova. Iba a convivir durante tres meses con Andrew, con Mara, con Keyla... por suerte tendría a Lío que parecía que no me tuviese ningún rencor y bueno, Rick... que nunca me había terminado de caer bien con esa actitud de chulito de playa.
Margaret, su mánager, me pareció una mujer muy amable cuando me llamó para decirme que a finales de semana tendríamos una reunión con los del grupo para conocerme. No quise decirle que en realidad nos conocíamos bastante bien, no quería estropear más las cosas. Iba a ser una situación complicada pero pensaba comportarme con toda la profesionalidad posible.
El viernes llegó y no podía estar más nerviosa. No sabía cómo vestirme, con traje, con vestido... formal o informal... no tenía ni idea y estaba hecha un lío, empezaba a pensar que aquello no era buena idea, que no podría soportar estar con ellos durante tanto tiempo. Pero era mi sueño, siempre había querido ser una fotógrafa profesional y ahora tenía la oportunidad de serlo. Tenía que ser fuerte.
Al final opté por una falda de tubo y una blusa blanca que me quedaban bastante bien. Cómo hacía bastante fresco me puse la blazer encima de la blusa y salí de casa dispuesta a ser toda una profesional. Al llegar al edificio de la discográfica, que casualmente estaba al lado de mi agencia, avisé a Margaret de que ya estaba allí y la esperé en los sofás que había en el hall.
Pronto apareció una mujer sonriente ataviada con ropa ancha que cuando me vio se lanzó a abrazarme como si me conociese de toda la vida.
—¡Bienvenida a nuestro hogar! De aquí en adelante este también será tu hogar, espero que te sientas muy a gusto con todos.
—Gracias —contesté intentando esbozar una sonrisa mientras nos encaminábamos hacia el ascensor.
Faltaban minutos, o segundos, para volver a reencontrarme con ellos. No sabía cómo reaccionarían pero me imaginaba que a Mara no le haría ni pizca de gracia. Solo esperaba que los demás no me miraran con odio y me aceptaran.
Al salir del ascensor, Margaret me guió por un pasillo largo hasta llegar a su despacho, me sonrió al abrir la puerta y entonces entró. Se apartó de la puerta para que entrase y saludase al grupo, me armé de valor y di unos pasos hasta entrar en la sala. Baje la mirada al suelo porque me daba miedo levantarla y ver sus ojos llenos de odio. Había un silencio sepulcral en el despacho que se vio interrumpido por la voz tosca de Mara.
—Tiene que ser una puta broma.
Entonces levanté la mirada algo temerosa y la paseé por la sala. No me miraban con odio pero se notaba que no era bien recibida allí. ¿Y qué esperaba? ¿Una pancarta y fuegos artificiales? Se me secó la garganta a la vez que los ojos empezaron a escocerme, me iba a echar a llorar y eso no podía hacerlo allí dentro. Tenía que ser profesional, tenía que...
Me mordí el labio inferior para controlar el sollozo y salí de allí corriendo sin mirar atrás. No estaba siendo nada profesional pero no podía más. Ya era lo suficiente difícil la situación como para tener que aguantar las miradas vacías de los demás. Corrí por el pasillo hasta toparme con la puerta de los baños y entré sin dudar ni un segundo. Me encerré en uno de los cubículos, bajé la tapa y me senté encima para entonces echarme a llorar. Sabía que no me iban a dar una gran bienvenida pero al ver sus caras, serias, sin expresión ninguna... al menos me esperaba que Lío se levantara y me abrazara pero no, se había quedado sentado en su silla con la cara pálida.
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Siempre nos quedará Edimburgo #2
Teen FictionATENCIÓN!!!! Esta es una segunda parte. Si no has leído Siempre nos quedará Londres te vas a comer unos cuantos spoilers y no entenderás nada. Sinopsis en el interior para evitar spoilers :)