El concierto fue genial, habíamos hecho llenazo y el público no podía estar más entregado. Lo peor fue lo de después. Margaret, unos días antes, había hecho el sorteo para los meet&greet, los diez fans agraciados estaban esperándonos en el backstage con unas caras de ilusión tremendas. Me gustaba conocer a nuestros seguidores, lo que no me gustaba tanto eran las confianzas que se tomaban siempre.
En total había seis chicas y cuatro chicos que debían tener entre dieciséis y veinte años. Una de ellas se acercó a mí con las mejillas sonrojadas y los ojos vidriosos, me sonrió y de repente noté su cuerpo pegado al mío debido al abrazo que me estaba dando. Me quedé congelado, odiaba ese tipo de actitud, le di unas palmaditas en la espalda y me aparté lo más suave posible para que no notara que me había incomodado.
—¡Te quiero tanto! —exclamó feliz mientras le firmaba el disco.
Sonreí de lado pero por dentro estaba cabreado. ¿Que me quería? ¡Si no me conocía de nada! ¿Y si resultaba ser un asesino de gatitos? Ella no podía saberlo, así que era absurdo que me dijese aquello.
—Gracias por venir —le dije devolviéndole el disco.
—¡Gracias a ti! Madre mía estoy tan emocionada, o sea es que buah mis amigas van a flipar. Nos hacemos un selfie vale, ¿vale? Ya verás se van a morir de envidia porque buah, te lo juro eres súper guapo.
Sonreí y tuve que frenarme muchísimo para no poner los ojos en blanco. También tuve que controlarme para no bufar exasperado cuando colocó un brazo por detrás de mis hombros y juntó demasiado su cara a la mía. Esbocé una sonrisa forzada a la cámara y cuando hizo la foto me aparté para acercarme a los otros fans después de darle las gracias otra vez a la chica pesada.
Antes de saludar a uno de los chicos, desvié la mirada hacia Abril que pululaba por la sala haciéndonos fotos con nuestros fans, cuando se dio cuenta de que la estaba observando me obsequió una preciosa sonrisa y entonces sí que sonreí de verdad, sin esfuerzo, sin falsedad. Entonces levantó la cámara y me hizo una foto en contra de mi voluntad; fingí estar cabreado y me acerqué a ella ignorando a los otros fans que quedaban por saludar.
—¿Te parece bonito hacerme una foto sin mi consentimiento?—pregunté con los brazos en jarra.
—Soy tu fotógrafa personal, así que tengo todo el derecho del mundo.
Maldita. Tenía respuesta para todo. Me reí mientras me enseñaba la foto que me había hecho, y no estaba nada mal. Parecía feliz de estar allí a pesar de que en realidad quería salir huyendo. Me brillaban hasta los ojos, algo que no ocurría des de hacía demasiado tiempo.
Le rodeé los hombros con el brazo y la acerqué a mí para susurrarle al oído:
—Mándamela más tarde, que he salido arrebatador.
Soltó una risita y se apartó de mí un poco, poniendo cierta distancia entre los dos.
—No es para tanto... es la cámara que es muy buena —la miré con la ceja arqueada y ella se echó a reír—. Venga, después te la envío. ¿No deberías estar con tus fans?
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Siempre nos quedará Edimburgo #2
Teen FictionATENCIÓN!!!! Esta es una segunda parte. Si no has leído Siempre nos quedará Londres te vas a comer unos cuantos spoilers y no entenderás nada. Sinopsis en el interior para evitar spoilers :)