Unas horas antes.
Pasear por Edimburgo estaba siendo bastante complicado, entre la cantidad de gente que había, algunas personas que paraban a la banda para hacerse fotos, el frío que hacía y que parecía que en cualquier momento iba a estallar una gran tormenta...
Tan solo habíamos visto la zona que estaba más cerca de nuestro hotel, pero eso bastó para que me enamorara de aquella ciudad, sobre todo del castillo que se alzaba sobre una roca de origen volcánico. Desde el balcón de mi habitación, se podía ver el castillo y era muy impresionante; pero verlo desde la calle, era muchísimo más extraordinario.
Ya estaba oscureciendo, así que decidimos volver hacia el hotel por si estallaba la tormenta. Keyla y yo íbamos andando más lentas que los demás, así que ellos iban muchísimo más adelantados que nosotras. En esos días me había unido mucho a ella y la verdad es que era muy agradable poder tener a una amiga al lado.
—¿Después vas a venir de fiesta? —me preguntó.
—No sé, si va a venir Andrew, prefiero quedarme en el hotel.
—Quién lo diría, tú, diciendo que no vas a venir si viene él. Joder, que ya no tenéis cinco años. Aunque estos días parecíais dos niños pequeños.
—No te quejes que tú disfrutabas como una cría al ver cómo nos hacíamos putadas.
Se rio mientras asentía con la cabeza.
—Deberíais seguir, es muy divertido. Pero volviendo a lo de la fiesta... seguro que no va a venir, está demasiado amargado.
—A ver si se le pasa la amargura, que está insoportable.
Aunque para ser justa, yo también estaba bastante insoportable esos días. Al principio me daba pena hablarle mal y hacerle putadas, pero poco a poco fue gustándome más y la verdad es que me divertía joderlo.
—Eso se soluciona follando, darling.
Rodé los ojos a la vez que soltaba una sonora carcajada. Keyla era casi tan elegante como Miriam.
—Pues que se busque a una cualquiera...
—A la que quiere es a ti, bonita. Lleva deseando besarte desde el primer día de la gira.
—¡Qué va! —exclamé notando el rubor bañando mis mejillas.
—Te digo yo que sí, pero ya sabes cómo es.
Asentí con un leve movimiento de cabeza. Sabía como era Andrew, le costaba dar el primer paso por miedo a cagarla. También sabía que él deseaba tanto besarme como yo deseaba besarle a él. La verdad es que me frustraba bastante que no fuese capaz de dar un paso adelante porque yo lo deseaba tanto como él, pero yo no podía dar el primer paso; solo por respeto a Marc. Pero si era Andrew quién se lanzaba... eso sería diferente.
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Siempre nos quedará Edimburgo #2
Novela JuvenilATENCIÓN!!!! Esta es una segunda parte. Si no has leído Siempre nos quedará Londres te vas a comer unos cuantos spoilers y no entenderás nada. Sinopsis en el interior para evitar spoilers :)