No podía apartar la mirada de él. Y eso era malo, malísimo, catastrófico. Mi piel ardía como si estuviese en el mismísimo infierno, algo dentro de mí me decía que dejara de mirar hacia el otro lado del a piscina, pero no podía. El cuerpo de Andrew actuaba como si fuese un imán. Mis ojos no podían dejar de mirarlo, de viajar por su perfecta anatomía. Me mordí el labio inferior al ver lo rojo que estaba. Él también había sentido ese calor abrasándole la piel cuando me había visto y eso solo podía significar una cosa: problemas.
Problemas porque yo tenía pareja.
Problemas porque él me veía como a una amiga.
Problemas porque quería jugar a ese juego hasta arder.
Problemas porque quería arder con él.
Y eso solo podía acabar mal o fatal. Quizá debería alejarme de Andrew e intentar mantener tan solo una relación cordial de trabajo, sin embargo, sabía que no sería capaz de hacerlo.
Un fuerte pellizco en el brazo me sacó de mis pensamientos. Tenía la zona enrojecida y cuando miré a Keyla se estaba partiendo de risa.
—Joder tía que no me hacías caso, siento haberte hecho daño pero... podrías disimular más, ¿eh? Él al menos ha aprendido a disimular.
—¿Qué dices? —pregunté mirando de reojo a Andrew que seguía tumbado y hablando con Lío y Rick.
—Que llevas como quince minutos observándole, pareces una loca psicópata.
—No es verdad —musité girándome hacia ella para evitar la tentación de mirar hacia Andrew.
Ella enarcó una ceja y se giró hacia mí para quedar cara a cara.
—Darling, llegas a mirarlo más y lo borras, aunque él también te ha hecho un buen repaso. ¿Tan necesitados estáis? Madre mía, el día que os foll...
—¡Calla! —le tapé la boca para que no siguiera hablando—. Solo somos amigos, nada más. No va a pasar nada entre nosotros.
Cuando aparté la mano de su boca, aproveché para echar otro vistacillo hacia dónde estaba Andrew, topándome con su verdosa mirada que no tardó en desviar en cuanto se dio cuenta de que también lo estaba mirando.
—Repítelo hasta que te lo creas —replicó Keyla poniendo los ojos en blanco—. Últimamente hay mucha tensión sexual entre los dos y eso se nota.
—No hay ninguna tensión, solo... pasamos el rato juntos y ya.
—Y os coméis con la mirada, nada más. Solo prométeme que antes de dar cualquier paso lo meditarás todo bien.
—Keyla... entre Andrew y yo no va a pasar nada, es lo único que te puedo prometer.
La escuché suspirar mientras negaba con la cabeza.
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Siempre nos quedará Edimburgo #2
Teen FictionATENCIÓN!!!! Esta es una segunda parte. Si no has leído Siempre nos quedará Londres te vas a comer unos cuantos spoilers y no entenderás nada. Sinopsis en el interior para evitar spoilers :)