Un grito, un rugido y un relincho se escucharon en el campamento. Todos al mismo tiempo.
En la hoguera, todos los presentes miraron el cielo buscando la fuente de aquellos sonidos que en un principio fueron tan confusos.
Jakhis se levantó y corrió hacia los establos, reconocía el relincho de kyllin y el grito de Erin. Encontró al pegaso desesperado por salir del corral pateando y golpeando y Sabina muy cerca, tratando de tranquilizarlo.
El pegaso, al estar tan desesperado estuvo a punto de patear a la pelirroja de no ser por el emperador quien la apartó de un tirón.
-¿Estas loca? Alejate de él... Kyllin... Kyllin ¡basta!
El animal relinchaba al cielo como clamando y Jakhis comenzaba a desesperarse también.
-¿Que ocurrió? ¿Dónde está Erin? - le pregunto a la Qudo.
-No lo sé, la dejé aquí con Tamed... Creo... Creo que se la llevó.
Jakhis comenzó a caminar pero la Qudo lo detuvo.
-No podrías alcanzarlos jamás... Creo que se la llevó... Volando...
El emperador soltó una maldición.
-Descuida, Erin. Estará bien... Está con Tamed, él la protegerá...
-¿El que la secuestro?
Sabina hizo una mueca.
-Tal vez... Fueron a algún lado y...
Jakhis se dió la vuelta dejandola ahí junto a un pegaso aún desesperado por escapar pero Sabina ya estaba cansada. Había aceptado su rechazó y sus insultos porque sabía que se los merecía pero había un límite hasta para una bruja culpable.
-¡Imbecil! Solo estoy tratando de ayudarte.
Jakhis soltó una carcajada.
-Ahorratelo - soltó mientras se alejaba pero la Qudo corrió hasta ponerse frente a él.
-Oye, se que esto es... Complicado pero...
-¿Complicado? ¡Me embrujaste!
-¡Y lo lamento! No quise hacerlo, creeme que lo que menos quería era que me aprisionaras.
Jakhis rio.
-Bien, si, yo te hechice pero no te hice hacer todo eso.
Jakhis se cruzó de brazos. Su mirada era abrasadora, de odio.
-No Jakhis. Hiciste que me aprisionaran, me metiste a un calabozo luego me encerrarte en una torre y...
-¿Y? ¿Te obligue a coger conmigo, acaso? ¿Te deshonre? - soltó Jakhis con la mandíbula tensa.
-No... No pero...
-En todo caso sería al revés ¿no lo crees? Ese maldito hechizo de lujuria que pusiste en mi, me obligó a mi a acostarme contigo Qudo, porque creeme, que de no ser por eso, jamás te habría tocado, una bruja como tú, lo único que me provoca es asco.
Sabina dió un paso atrás sintiendo su corazón partirse. Sabía que Jakhis la odiaba pero escuchar esas palabras de sus labios la hirió.
-Alejate de mi. Estoy aquí porque no tengo otra opción pero tú y yo, no somos amigos, no seremos jamás algo como eso. Y cuando esto termine te echaré de mi reino viva o muerta. ¿Te queda claro?
Sabina asíntio y se hizo a un lado. Jakhis se alejo dejando sus palabras en el aire y la mente de Sabina.
"Viva o muerta"
¿Sería capaz de matarla? ¿Era tanto su odio?
Ella había pensado que lo que habían tenido... En aquella torre... Había sido... De alguna manera... Hermoso. Que había despertado sentimientos en ellos aún más grandes que cualquier hechizo. Pero se había equivocado. Jakhis la odiaba, le tenía asco y jamás la perdonaría.
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La prisión del emperador
FantasíaJakhis gobernaba el desierto infinito de Kumora. Era un emperador. Un gran emperador. Podía tener a cualquier mujer que él quisiera. Todas y cada una de ellas estarían a su merced y disposición y no se revelarían como esta. ¿Por qué no podía tomar a...