Capítulo 45: Corrupción

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Ashoka despertó repentinamente en la camilla de la base imperial instalada en el aeropuerto de Coruscant, lo que la alteró completamente al no encontrar a Anakin, aunque si vio a un apotecario acercarsele

- ¿Se siente mejor señorita? - parecía demasiado amable para ser de las legiones más violentas entre el imperio

- !¿Dónde está Anakin?! - su pregunta exaltada casi le vale un disparo de bólter por parte del apotecario, un reflejo que ya tenía por defecto dado su tiempo en combate, aunque luego de tranquilizarse decidió responderle de manera amable

- El. general Skywalker se encuentra en la sala de reunión junto a los altos mandos -

Ashoka sin pensarlo 2 veces se paró de un salto y comenzó a correr en búsqueda de su ex maestro preocupada por la visión de la fuerza, dejando atónito al apotecario quien siguió su rutina cotidiana, corría através de fortificaciones rudimentarias, observando como llegaban cañoneras tanto imperiales como republicanas con heridos, refuerzos orbitales y suministros, muchos de estos eran desconocidos para su escaso entendimiento sobre el imperio, el lugar parecía ser seguro, pero tras haber visto como una cañonera LAAT llegó en mal estado con heridos supo que la guerra continuaba, muchos la vieron correr pero ninguno la detuvo o interfirio en su camino, para ella los minutos eran horas, debía saber que le había sucedido a su ex maestro, hasta que la fuerza comenzó a guiarla, se abrió paso através de la base hasta encontrar la sala que buscaba, custodiada por la guardia de Angron, creyó que sería tedioso el tener que hablar con ellos, pero la fuerza la acompañaba observando como de esta sala salía Anakin junto a caras reconocidas como Obi wan, Rex, Cody e incluso el propio Canciller.

Al llegar frente a él, Anakin no dudo un segundo en abrazarla con fuerza tratando de romperle los huesos ante su imponente armadura

- !Sabionda, no vuelvas a asustarme así! - Ashoka juraria que vio en los ojos de Anakin la preocupación de su vida, pero decidió obtener respuestas

- !¿Qué sucedió en el templo cuando quedé inconsciente?! - Su angustia por los padawans y miembros de la orden crecía rápidamente mientas esperaba una respuesta de Anakin

-..... - El silencio se hizo presente entre todos a las cercanías, algo le preocupaba a Ashoka

-¿Anakin.... qué sucedió en el templo? - Ashoka comenzó a alejarse de anakin, aquel caluroso abrazo había desaparecido y la situación comenzó a tensarse aún más cuando Kenobi desvío la mirada al suelo de forma repudiante

-¿Anakin...? - Fue la última pregunta de Ashoka a su ex maestro antes de ver sus ojos con seriedad, algo estaba mal

-Yo..... yo hice lo que pude por ellos - la voz de Anakin parecía dolida y llena de impotencia, no ayudaba el hecho de que desviase su mirada a otro lado tratando de encontrar consuelo en algún lado

-¿Qué? - fue lo primero que preguntó Ashoka antes de sentir por unos breves momentos el lado oscuro en Anakin, algo que también sintió el propio Obi wan y el canciller a la lejanía, marcando una sutil y breve sonrisa mientras veía informes de la República

-Paso.... paso muy rápido, estaba oscuro y... y luego esos gritos.... - sus palabras comenzaban a pesar en el aire, un leve temblor en sus manos lo obligó a cerrar los puños - de verdad trate de ayudarlos, pero... pero.... pero no llegué a tiempo.... hice lo mejor para ellos - una mirada de odio e impotencia se veía reflejada en sus ojos, ojos que había recordado haberse tornado color amarillo semi dorado brillante, ojos de un sith

-¿Qué hicistes Anakin? - aquella pregunta se clavo en el corazón de Anakin como si fuese un cuchillo, pronto volvió al pasado.

Horas antes, cuando Anakin logró asegurar un perímetro al usar el odio y miedo de que Ashoka fuese herida de muerte por Grievus frente a él, no recordaba mucho, pero según sus hombres, parecía una bestia que usaba la fuerza para acabar con todos a su paso, al punto de que sus propios hombres se retiraron del combate a un área segura mientras el jedi se encargaba de lo demás, no quizo tener más detalles de lo ocurrido al saber que esas prácticas eran del lado oscuro, un lado al cual comenzaba a acercarse lentamente.

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