La galaxia en llamas

Capítulo 46: La llegada del Dios insecto

Los arácnidos, una raza evolucionada exclusivamente para la colonización y conquista de planetas, no sienten dolor, miedo o hambre, están diseñados para combatir cual máquinas imparables ante amenazas cercanas a su dominios, cada vez evolucionaban en nuevas formas de combate qué ponían en riesgo instalaciones de la federación, nuevas variantes capaces de hacerle frente a las tecnologías más avanzadas destinadas a su liquidación, imparables y superando en números a los efectivos de la federación, todos bajo mandato de un insecto superior a cualquier reina o cerebro en Klendathu, conocido únicamente como el god bug, del tamaño de un continente bajo la corteza planetaria con inmensos poderes psíquicos, se creía muerto cuando la federación envió una bomba P al planeta donde se encontraba incrustado, el problema fue que no era 1 solo, había otro aún más antiguo y poderoso en el planeta original de los arácnidos, Klendathu.

Tras haber recobrado conexión con múltiples colonias arácnidas alrededor de sus territorios, el god bug encontró sin saberlo un mundo que podría ser de utilidad, un tal Zerus que emanaba una fuerte conexión psíquica diferente a la suya, parecía ser un llamado, una invitación a este planeta, una llamada que atrajo su atención, por lo que envió una espora con un cerebro y guardias reales listos para su protección, aunque lo malo fue saber que este planeta se encontraba a 1500 años luz de Klendathu, por lo que tendría que esperar bastante y eso si es que su espora no caía en algún otro planeta, pero grande fue su sorpresa cuando un portal de vacío se abrió ante aquella espora tragándosela por completo, rápidamente el god bug trato de conectarse psíquicamente con el cerebro ante aquel imprevisto, trato múltiples veces de establecer contacto, pero fue después de horas que sus intentos dieron resultados, aquella espora había llegado a lo que parecían ser restos planetarios o meteoritos en el vacío, no había pasado mucho desde que tuvieron contacto con seres inteligentes nativos de este vacío, parecían ser similares a ellos, insectoides de grandes dimensiones con múltiples apéndices listos para el combate.

Pero antes de que siquiera pudiese continuar, una voz, la misma voz que lo había llamado para lanzar esta espora se contacto con el god bug por medio de su insecto cerebro, había usado a su pequeño insecto como una antena para comunicarse psíquicamente ante este coloso continental.

- Vaya, asi que mis sospechas sobre tu origen eran ciertas - aquella voz parecía interesada en el god bug como si de un extraño se tratase

- ¿Quién osa usar a uno de mis hijos como rehén? - respondió con un tono amenazante ante aquella voz afirmando su autoridad

- ¿Tu hijo, estos son tus hijos?, pensé que tendrías un mayor poder como los míos - mentalmente se mostraron ante él múltiples bioformas de combate zerg, sombras y constructos del vacío en cantidades abismales

- ¿Te estas atreviendo a retarme? - comenzaba a cansarse de esta voz algo molesta, aun peor fue cuando esta misma comenzó a reírse de manera arrogante ante aquella pregunta

- Nl eres digno de centrar mis esfuerzos en contra tuya insecto, pero tus hijos tienen un potencial similar a los míos, ambos queremos la paz y prosperidad para nuestras razas, pero los humanos se interponen en nuestro camino - decía verdades a medias con mentiras leves y sutiles, después de todo, ¿Qué no podía hacer bien el asesino de Xel'naga más antiguo de la galaxia?

El god bug no se fiaba para nada de esta presencia, pero sabía que era cierto, los humanos habían hecho alianza con otros de mayor poder y estaban acabando con muchas de sus colonias rápidamente, los nuevos insectos ya no tenían el mismo impacto que antes, sus fuerzas decaian cada vez más, era cuestión de tiempo que llegasen contra el propio Klendathu y acabasen con su raza, la paz no era opción para los humanos ahora, la guerra acabaría con ellos, por lo que si este ser decía la verdad podría hacerles frente nuevamente, pero necesitaba saber más de esta entidad