➤ Terrores Nocturnos | Jake Lockley***

356 26 0
                                    

Jake Lockley x Reader

Advertencia: Estrés, Smut casi al final.

Este capítulo me quedo más largo de lo que debería haber estado, pero da igual, ¿No?

Este capítulo me quedo más largo de lo que debería haber estado, pero da igual, ¿No?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Otra vez había pasado.
Ese sueño, tan real y tan aterrador, se había colado en tu mente una vez más, como una sombra oscura acechando en la noche.
No es que tuvieras miedo, nunca lo tenías. Pero esta vez era diferente.

Despertaste con desesperación, el corazón martilleándote en el pecho, como si estuvieras tratando de escapar de algo invisible pero opresivo. Buscaste frenéticamente a tu alrededor en la oscuridad de la habitación, esperando encontrar una figura reconfortante que disipara tus temores.
Pero nadie estaba allí, ni Steven, ni Marc, ni Jake. Estabas sola en la oscuridad, atrapada en tus propios pensamientos tormentosos.

Con manos temblorosas, te sentaste en el borde de la cama, luchando por recuperar el aliento y calmar los latidos frenéticos de tu corazón.
La sensación de angustia persistía, envolviéndote como una manta fría y opresiva.

Te aferraste a la esperanza de que pronto amanecería, disipando las sombras de la noche y llevándote de vuelta a la seguridad de la realidad.

Decidiste mirar hacia abajo, hacia tus pies que colgaban del borde de la cama.
No sabías por qué lo hacías, pero aun así lo hiciste.
Tu mirada se posó en la cicatriz en tu tobillo, un recordatorio constante de aquella noche oscura que seguía atormentándote.

Estabas en la calle, la lluvia golpeando con fuerza contra tu piel empapada de sangre. Habías cumplido tu trabajo para el "Jardín de Edén", pero todo lo que ansiabas era descansar.

Tú Tobillo dolía.

Miraste hacia abajo, encontrándote con una cortada algo profunda, que de ahí, emergia sangre de apoco.

Sin embargo, algo captó tu atención de repente.

A tu derecha, un niño te observaba con una mezcla de miedo y curiosidad en sus ojos inocentes.

Sabías que no podía haber testigos de lo que habías hecho esa noche.
Pero cuando viste las lágrimas corriendo por las mejillas del niño, supiste que no podías hacerle daño. Tu conciencia se negaba a permitirlo.

Con tristeza en el corazón y lágrimas amenazando con brotar de tus ojos, te acercaste al niño con pasos lentos y vacilantes.
Él estaba paralizado por el miedo, incapaz de moverse mientras te enfrentaba con la realidad de tus acciones.

Frunciste el ceño con pesar mientras levantabas tu stiletto, la única salida que veías en ese momento.
Ya cuando estuviste cerca de aquel infante, pudiste ver su miedo en sus ojos.
Ese miedo que conocías bien, pero nunca pudiste alejar de ti.
Apretaste el hombro del niño.
Pero antes de poder concretar tu recuerdo, el sonido de la puerta del baño se abrió, sacandote del trace doloroso de tu pasado.

𝙈𝙊𝙊𝙉𝙆𝙉𝙄𝙂𝙃𝙏-𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora