➤ Baby Doll | Steven Grant*

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Steven Grant x Reader
Advertencia: Escenas explícitas, sexo sin protección, etc.

Te miraste al espejo con una sonrisa mientras tus manos se posaban en tu cintura, viendo cómo aquel vestido corto de tela transparente color rosa te resaltaba bastante

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Te miraste al espejo con una sonrisa mientras tus manos se posaban en tu cintura, viendo cómo aquel vestido corto de tela transparente color rosa te resaltaba bastante. Te fijaste en tu escote; la prenda resaltaba bastante esa parte de tu cuerpo. Con cuidado de no hacer ruido, tomaste la remera de Steven que tenías puesta antes y te la colocaste encima del baby doll.

Abriste la puerta y te asomaste para encontrar a Steven en su escritorio, leyendo uno de los libros que le habías regalado hace algunos días.

Con una sonrisa maliciosa, saliste del baño y te acercaste a él. Luego te pusiste a su lado, tomando su hombro con suavidad.

—¿Qué estás haciendo, Mon Cheri?

Steven levantó la vista de su libro y sus ojos se iluminaron al verte.

¡Oh! Estoy leyendo el libro que me regalaste —dijo emocionado—. Es realmente fascinante, ¿sabías que la historia de la piedra Rosetta es más complicada de lo que parece? Hay tantos detalles que nunca había considerado.

Mientras Steven hablaba, acariciabas su brazo con suavidad, dejando que tus dedos rozaran su piel. Te concentrabas en sus labios, observando cada movimiento que hacía al hablar, cada curva que se formaba cuando sonreía.

—Sí, claro... fascinante —murmuraste, sin dejar de mirarlo.

Steven continuaba hablando, sin darse cuenta de tu atención desviada. Te acercaste más, deslizando tus dedos por su mano. No sabías que tenía el que te calentaba bastante. Más de lo que podías aceptar. Finalmente, luego de tener una lucha interna por aguantar más tiempo, te subiste a la mesa con un movimiento ágil, dejando tus piernas colgando al borde, justo frente a él. Con un gesto provocativo, te quitaste la remera de él, revelando el baby doll de encaje delicado con transparencias que sabías que era su debilidad.

—¿Te he dicho alguna vez cuánto me gusta verte concentrado? —dijiste con una voz suave, cargada de insinuación.

Steven se quedó sin palabras por un momento y sus ojos recorrieron tu figura. Miró tu cintura que se dejaba ver entre la transparencia de la tela, pero lo que realmente le llamó la atención fueron tus pechos, que resaltaban debido a la forma del escote de la prenda. Tragó saliva, tratando de mantener la compostura.

Ehm... bueno, gracias —respondió, nervioso—. Por cierto...lindo vestido, Mon...Mon amour...

Sin responder a su halago, te inclinaste hacia él, haciendo que tus labios rozaran con los suyos.

—¿Sabes? —susurraste, tomando el libro de sus manos para dejarlo a tu lado—. Creo que este libro puede esperar un poco más.

Steven no pudo evitar sonrojarse, tampoco pudo evitar que su respiración se acelerara al sentir tu cercanía. Sus manos temblaron ligeramente mientras te miraba, a la vez que tragó saliva con fuerza.

𝙈𝙊𝙊𝙉𝙆𝙉𝙄𝙂𝙃𝙏-𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora