LUCAS - CAPÍTULO 3

20 2 0
                                    


Me levanté sobresaltado, había dormido demasiado. Salí de la habitación para avisar a Stefan, pero me quedé paralizado por lo que estaba viendo, Nekane estaba saliendo de su habitación.

Cuando cerró la puerta, Nekane apoyó la espalda en esta y se dejó caer hasta el suelo, escondió su rostro entre las piernas y comenzó a patalear mientras ahogaba un grito.

-Qué asco, joder -se levantó de un salto y se metió en su habitación rápidamente-.

Esperé unos segundos antes de avanzar por el pasillo hasta la habitación de Stefan. Me coloqué en frente y di tres golpes a la puerta.

-¿Qué quieres ahora? -dijo Stefan al abrir la puerta- Ah, eres tú, Lucas.

-¿De quién hablas? -dije haciéndome el loco- seguro que de Eliseo.

Stefano se apartó para dejarme pasar. Me senté en su cama mientras le observaba cogiendo una botella de agua.

-¿Quieres algo?

-Quiero buscar a Helena, así es que mueve el culo.

-No te precipites, no es tan fácil. Primero tenemos que volver a localizar el móvil.

-¿Y la dirección que ya teníamos?

-Que no te precipites. Vamos a ver a Eliseo y ya nos vamos.

Salimos rápidamente hacia la habitación de Eliseo. Stefan llamó más de seis veces antes de que abrieran la puerta.

-¿Si? -la azafata abrió la puerta dejándonos petrificados en frente de ella- Ah, pasad, pasad.

Nos miramos sorprendidos antes de entrar en la habitación. Eliseo estaba en la cama tumbado fumándose un cigarro.

-¿Qué coño haces? -le dije mirándole repugnado- ¿Desde cuándo fumas?

El italiano le tiró el portátil al estómago y este comenzó a toser.

-Ten cuidado, gilipollas.

-Busca el número de Helena.

Eliseo le dio la última calada al cigarro y se puso manos a la obra, mientras, la azafata se acurrucaba a su lado con una manta cubriéndola el cuerpo. Eliseo se incorporó de golpe.

-¡Está aquí en el hotel! -mi cuerpo se puso en tensión- ¡Está saliendo!

No esperé más, salí corriendo de aquella asquerosa habitación que olía a hormonas. Ni siquiera se me pasó por la cabeza coger el ascensor, bajaba las escaleras de tres en tres con tal de ir lo más rápido posible. Por detrás, se oían los pasos de Stefan que cada vez estaban más cerca de mí.

Llegué a la recepción y salí disparado hacia la calle. La vi, la estaba viendo.

-¡Helena! -giró la cabeza hacia mí- ¡HELENA!

Dos hombres la intentaban meter en un coche rojo, estaba demasiado lejos. Ella intentó soltarse.

-¡LUCAS!

Yo corría hacia ella, pero sabía que era en vano. El coche rojo arrancó dejándome atrás en la acera. Me derrumbé en el suelo, la había tenido tan cerca.

-¡LUCAS! -aquel grito hizo que me levantase de golpe- ¡Sube al coche!

Stefan me llamaba desde la carretera. Estaba montado en un coche gris y a su lado estaba Nekane. Me subí corriendo en los asientos de atrás, donde estaban Eliseo y su acompañante, Bárbara creo recordar.

-Se han ido en el coche rojo -señalé el vehículo que poco a poco desapareció entre los coches- ¿Qué hace aquí?

-No podía dejarla en la habitación.

El amor no existeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora