Me desperté con los ojos hinchados y rojos, me costaba ver con claridad. Cogí el móvil como pude y miré los mensajes.
<<Buenos días>> Lucas 11:36
<<Me voy con María a dar una vuelta, luego terminamos un par de cosas>> Lucas 11:40
<<Ven a verme en cuanto te despiertes, tenemos que hablar>> Lucas 12:32
El último mensaje me despertó sin ayuda de un café. Me incorporé de golpe y sin cambiarme ni desayunar salí corriendo hacia su puerta.
-¡Lucas! -dije aporreando la puerta- ¡Lucas abre!
La puerta se abrió de golpe y la expresión de Lucas hizo que retrocediera un paso. Me esperaba lo peor. Hizo un gesto con la cabeza para que me sentara en el sofá. Pasé con miedo y me senté con cuidado.
-Con que solo por dinero, ¿eh?
-¿Has hablado con María?
-María me ha contado todo -un rayo de esperanza apareció ante mí, ¿lo habrían dejado?- ¿Cómo puedes ser así?
-¿Perdón? -Lucas no contestó- ¿Qué leches te ha contado?
-Que te acercas a mí solo por el dinero, que soy un pelele y que me tratas como te da la gana para conseguir lo que quieres.
-¿Cómo? -dije incorporándome-¡¿Qué te ha dicho eso?! ¡Hija de puta! ¿Y de verdad la crees?
-¡Claro que la creo!
-¡Pero si la que se aprovecha de ti es ella! ¿No ves cómo disfruta con las cámaras? ¿Cómo te besa y grita para que la miren? ¡Que fue a una entrevista sólo porque la pagaban! Te recuerdo que yo, hasta hace poco, no sabía nada de esto, Lucas.
-No voy a consentir que hables así de ella -dijo serio-. No quiero que me mientas más.
-Lucas ¡Ella no te quiere! Créeme a mí.
-¡PARA! -se levantó del sofá con furia- ¡¿Cómo puedes decir eso?!
-¡Te lo digo porque es la verdad! -las lágrimas empezaron a escurrirse de mis ojos- No me puedo creer esto...
-Yo sí que no puedo creérmelo, Helena -se acercó a mí-. Nunca has sentido nada, ¿verdad? Nunca me has querido.
Se me cayó el mundo en aquel instante, su expresión me derrumbó por completo. No entendía nada, no me entraba en la cabeza como podía creerla a ella en vez de a mí.
-¿Que no te quiero? -di un paso hacia él mientras una lagrima me recorría la mejilla y caía al suelo- ¡¿Que no te quiero?! Si no te quisiera no te habría puesto por delante de todos y de todo. Si no te quisiera no te habría besado ¡Si no te quisiera, ahora mismo no estaría aquí, Lucas! ¿no lo entiendes?
Lucas se quedó mirándome mientras yo lloraba, no tenía expresión en la cara.
-Vete -dijo de repente-, vete por favor -se le quebró la voz-.
Tardé un segundo en reaccionar. Lo miré por última vez antes de irme de allí.
Entré en mi piso casi sin ver, con los ojos inundados en lágrimas. Mi cuerpo se movía solo. Cogí una mochila grande que usaba años atrás para ir al gimnasio y comencé a meter ropa en ella. Metí más de diez camisetas y cinco pantalones, no sabía que aquella mochila era tan grande. Metí un par de zapatos más y cerré la bolsa con dificultad. Guardé todo lo necesario en el bolso y, tras cambiarme de ropa, cogí mi bolso y salí de allí con los ojos todavía húmedos.
Nada más salir del edificio una periodista se acercó a mí, menos mal que ya llevaba las gafas puestas y no pudo verme los ojos irritados.
-¡Hola Helena! -la chica comenzó a andar a mi lado- ¿a dónde vas?
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El amor no existe
عاطفيةLa gente dice que cuando se cierra una puerta se abre otra. Y Helena abrió la suya sin mirar. Un clavo saca a otro clavo, según Lucas. Y Stefan no mira nunca de donde viene, sino a donde va. Helena, Lucas y Stefan verán sus vidas entrelazadas, crear...