Capítulo 10: mamá Mer

83 7 0
                                    


- ¿Cómo estas, pequeña? –le digo a la pequeña pelirroja, que intenta subir a mi cama sin éxito.

-Bien –me dice ella con una sonrisa - ¿me ayudas a subir papá? –le dice ella a mi hermano, con tono frustrado, el solo niega - ¿Por qué? –le pregunta ella.

-Porque tu tía Addie, necesita descansar y esa cama es muy pequeña, para que quepan las dos – le dice con una sonrisa, pero claramente se ve un poco molesto.

-Está bien –dice ella resignada - ¿y qué te paso? – me dice acariciando mi cara, con sus pequeñas manos y parándose de puntitas, para alcanzarme.

-Me caí al mar -le digo cuidando mis palabras, ella me ve sorprendida.

- ¿Querias ser como la sirenita? -me dice emocionada y yo quiero reir

-No tanto asi, ahora dime -le digo cambiando de tema -¿quién es esa niña que viene con ustedes? –ella voltea a ver a la pelinegra, que se aferra a la pierna de mi hermano.

-Es mi amiga Eliza.

-Es su amiga de la escuela –comenta mi hermano –solo que Bea no quería venir sola y convenció a la mamá de ella, para que viniera con nosotros.

-Hola Eliza –le digo yo y ella me da una sonrisa tímida.

-Hola –contesta ella.

- ¿Cómo te sientes? –me pregunta, por fin mi hermano.

-Bien, un poco cansada, pero ya me siento mejor – le digo con una sonrisa, poco convincente, pero él no dice nada.

Mi sobrina, presa de la curiosidad, comienza a hacer preguntas, sobre todo lo que observa en el cuarto, desde por qué tengo un suero conectado a mi brazo, hasta porque las paredes son blancas y no hay ningún cuadro bonito en ellas.

Seguimos platicando de cosas triviales y escuchando a mi sobrina, hablar y hablar.

- ¿Y mi mama Mer? –Pregunta ella, pero es interrumpida, cuando la puerta se abre, lentamente, y por ella entra Mer, empujando un carrito, con lo que claramente era mi comida.

Ella se sorprende, cuando ve que no estaba sola y se sorprende más, cuando la pequeña pelirroja, se lanza a sus brazos de forma alegre.

-Mamá Mer –le dice emocionada y ella la recibe con una sonrisa.

Beatriz es hija de mi hermano, pero hace casi dos años, mi mejor amiga y esposa de Archer, falleció en un accidente, así que esta pequeña, paso a ser como mi hija, aunque el apodo de mamás, surgió desde que comenzó a hablar.

Para ella, Mer y yo, éramos como sus segundas madres y sus madrinas.

-Princesa -le dice ella, abrazándola.

-Te extrañe, mucho, mucho.

-Yo te extrañe más –le dice ella, haciéndole cosquillas y desviando su vista a la pequeña, que sigue junto a mi hermano - ¿y está niña quién es?

-Mi amiga Eliza –dice ella, separándose de la rubia y tomando la mano de su amiga –Eliza, ella es mi mamá Mer.

-Hola hermosa.

-Hola -le dice ella.

-Archer -le dice a mi hermano, esperando la reacción de él, pero para su sorpresa y la mía también, él se acerca a ella y la abraza.

-Cuñada, te extrañe.

Ella le corresponde el abrazo todavía sorprendida y le susurra algo, pero que logro escuchar -no me odias.

- ¿Porque debería hacerlo? –le dice el, separándose de ella.

-Por haber provocado toda esta situación – le dice ella, señalándome a mí, recostada en la camilla.

-No es tu culpa –le dice el con calma –tu no provocaste esto –mi hermano tiene razón.

Ella solo niega y me voltea a ver a mí, otra vez.

-Te traje comida, necesitas recuperar fuerzas –me dice acercándose a mi cama y colocando enfrente de mí, la bandeja con comida.

Yo pongo cara de disgusto, realmente no tengo apetito.

-Ella tiene razón, Addison – me regaña mi hermano, cuando descubre mi cara –tienes que comer, aunque no quieras.

-Si papá –le digo yo en respuesta, mientras tomo un poco de gelatina, que ahí había y el solo niega –oye Mer –le digo yo llamando su atención, mientras ella esta con mi sobrina.

- ¿Qué paso?

- ¿Estás ocupada? -le pregunto yo.

-No, realmente no, ¿necesitas algo?  

-Podrías cuidar a las niñas un rato, necesito hablar con mi hermano

-Claro, yo las cuido –les estira la mano y las niñas la toman con alegría –iremos por un helado, pueden hablar tranquilos.

- ¿Helado?, ni se te ocurra Grey.

- ¿Quién quiere helado? –les dice ella, ignorando lo que dijo mi hermano.

- Yooo -gritan las dos al unísono.

- Tú las harás dormir hoy, estás advertida- le dice mi hermano y ella le sonríe mostrando sus dientes y se aleja con una risa divertida. Extrañaba verlos juntos, con esa complicidad que siempre han tenido.

- ¿De chocolate o de vainilla? – escuchamos que les pregunta a las niñas, mientras salen de la habitación.

-Es un peligro para esas niñas –dice mi hermano, negando con una sonrisa en su rostro.

-Pero, aun así, le confiarías a tu hija.

-Siempre –me dice el, sentándose a un lado de mi cama.

Yo solo lo observo, mientras agacha su cabeza, de forma pensativa, mientras juega con mis dedos, esperando que alguno de los dos comience a hablar.

- ¿Porque lo hiciste Addison? –dice el de repente y de forma directa, sacándome de mis pensamientos.

- ¿Porque todos asumen que yo lo hice al propósito? –le contesto yo a cambio y un poco molesta, después de escuchar la misma pregunta, casi todo el día.

-Supongo que por todo lo que viviste ayer, todos asumen que se te acumuló-me dice el y yo lo miro sorprendida –sí, un pajarito rubio, me conto todas las emociones que habías tenido en el día y a demás sabes nadar y lo haces muy bien.

El tiene razón, todo se me acumulo, mi cabeza almaceno, demasiada información y de repente esta hizo que mi mente colapsara y paso lo que paso, aunque en realidad yo no provoque eso.

-No me caí al propósito Archer, una mujer embarazada empezó a convulsionar y en su estado, no mido su fuerza y me aventó, provocando que cayera al mar – el me mira, sorprendido y relajando un poco su gesto, de no creerme nada -te juro que intente nadar, incluso gritar, tanto como me permitió la presión del agua, pero simplemente me rendí y la corriente me llevo –le digo yo, ya con lagrimas en mis ojos y puedo notar que él está igual.

- No lo vuelvas a hacer Addie –me dice el, apunto de llorar -eres mi hermanita y no sé qué haría sin ti.

-No volverá a suceder, puedes estar seguro de eso.

-Eso espero, Addison Adrianne Forbes Montgomery –me dice él y yo entiendo, que realmente está molesto conmigo.

- ¿Estas molesto, ¿verdad?  –pregunto yo, lo que claramente es obvio.

-Digamos que tengo ganas de abrazarte y de contenerte, porque acabas de tener un accidente, y casi te pierdo, pero también quiero darte una gran patada en el traste, por ser tan irresponsable y por ser como un pollito de colores, cada vez que la situación se sale de tu control –yo lo miro con cara de niña regañada –así que tu decide, abrazo o patada.

Yo le abro los brazos, con un puchero en mi rostro, y él me abraza, me siento segura con él y las lágrimas que había estado conteniendo todo este tiempo, por fin son libres.

-Te extrañe tanto...

---------------------------------------------------------------------------
Hola, espero les guste este nuevo capitulo y si es asi denle estrellita y comenten. (⁠.⁠ ⁠❛⁠ ⁠ᴗ⁠ ⁠❛⁠.⁠).

Bonito mes 🏳️‍🌈

No merezco volver segunda parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora