Capitulo 44: 1800

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-Querida comisión médica, no, respetable comisión médica, médicos y población en general, sean bienvenidos, bayl... ciruja... ahhaha -grita Addison, por enésima vez, frustrada, dejando caer sus tarjetas de estudio sobre el tablero del carro.

Habían pasado dos días, desde que Mark y ella habían asumido el puesto de jefe interino y hoy se inauguraba la clínica de la que Addison, era parte fundamental.

Íbamos todos en el coche, ella y yo en la parte de adelante y Archer y Bea atrás, tratando de animarla y brindándole la seguridad que necesita, mientras mi sobrina dormía.

-Lo vas a hacer genial hermana.

-Eso no es cierto, soy un desastre y mi fobia social no ayuda.

-Addie, diriges un hospital, literal eres la dueña de él, no tienes fobia social, solo muchos nervios, relájate, tu hermano tiene razón, todo saldrá genial.

-Eso espero -murmura ella, volviendo a repasar su discurso, y volviendo a fallar en el intento.

Esta clínica era el sueño de Addison, y prácticamente Bailey se lo había cumplido, regalándole esta clínica, que lleva el nombre de su madre (de Bailey).

Cuando llegamos al estacionamiento, Archer baja a Bea, acurrucada en sus brazos y yo me quedo con Addison en el coche, buscando una forma de calmarla.

- ¿Y si mi discurso sale mal?, ¿si no les agrada a las personas?, o que tal que alguno de los manifestantes antiaborto, se presenta, haciendo algún alboroto o algo así.

-Amor, tranquila, nada de eso pasara, ok, cuando estés ahí, lo harás genial, solo veme a mí, piérdete en mis ojos, como siempre lo has hecho o imagina a todos desnudos.

- ¿Desnudos?

Yo me encojo de hombros – puede funcionar.

-Sabes que también puede funcionar –me dice, tomándome de la cara y acercándome más a ella –unos buenos besos tuyos.

Nos comenzamos a besar, como si anoche no hubiéramos estado juntas, hasta que alguien se asoma por la ventana del auto, provocando que nos separemos de sopetón.

-Dejen eso para luego y vamos, que esa clínica no se inaugurara sola –nos dice Bailey, tocándonos la ventana e interrumpiendo nuestra sesión de besos y abrazos.

-Vamos jefa –le dice Addie y ella levanta una ceja –lo siento, la costumbre.

Llegamos a la clínica, la cual antes era la clínica que había financiado Izzie, y que ahora se convertirá, en un centro de reproducción y maternidad, ya hay bastante gente, lo que aumenta los nervios de Addie y provoca que sus manos suden más de lo normal.

La ceremonia comienza y Bailey se acerca a dar unas palabras, mientras Addison se encuentra arriba del escenario y a mi lado esta Lexie, y al otro Maggie, que no deja de hablar y alagar a Addison, sé que le prometí a mi pelirroja, que iba a acercarme a mi hermana, pero algo en ella no me agrada, y me cuesta mucho trabajo simpatizar con ella.

Cuando Bailey termina de hablar, le sede la palabra a Addison, que, con manos temblorosas, toma el micrófono, y voltea a verme, buscando mi mirada, yo le doy una sonrisa tranquilizadora y le susurro un –te amo, mi chica valiente –animándola a comenzar su discurso, que hasta yo me sé de memoria.

-Respetable comisión médica, doctores y público en general... -así continua su discurso, de forma fluida, como si pareciera, que no había pasado dos días repasando lo que diría, al final todos le aplaudimos, ella se merecía esto y más.

Cortaron el listón y la clínica quedo inaugurada oficialmente.

-Esa es mi chica –le dice Mark, abrazándola y dándole vueltas, cuando llega a donde estábamos –te lo mereces hermanita.

No merezco volver segunda parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora