Capítulo 35: promesas y vicios

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Por algo pasan las desgracias que puedes contar.
Te enseñan a vivir y apreciar a los demás, te dicen:
"Ves, sigues vivo y hasta este dolor se olvidará".
Sabes que a su lado puedes ser mucho mejor.
Empiezas otra vida, aunque nada se olvidó.
Juntos van, tejiendo alegrías a su alrededor.

Dos soledades / Julieta Venegas.

Después de que Meredith intentara encontentarme y casi lograrlo, me pidió permiso para bañarse en mi baño, ella no había entrado a esa habitación, desde que nos fuimos de aquí, así que me sorprendió un poco su propuesta y solo asentí, mientras mi hermano llevaba a bañar a mi sobrina, y yo me quede a esperar que llegaran los invitados, reflexionando toda la información que había recibido en tan poco tiempo.

Mer se había peleado por mí, había arriesgado su trabajo por defenderme, del hombre al que se, aborrece, del hombre que la violo.

Esa mujer es increíble, y todavía no entiendo como fui tan mensa para no confiar en ella, y creerle más a él.

Después de un rato mi sobrina bajo corriendo, llevaba un vestido blanco con detalles rojos, se veía muy bonita, pero se, por su cara, que fue obligada por su papá a ponérselo.

Después cada uno de los invitados comenzaron a llegar, en la sala se encontraban Alex con Jo y su hija, Amelia con Link, Derek con Rose, Richard, Bailey con Ben y su hijo, que a pesar de lo que paso, sé que sabe separar la amistad de lo laboral.

Todos platicaban, cuando se escucharon unos tacones bajar por las escaleras, al voltear, pude ver a Mer, que bajaba con una sonrisa en su rostro, llevaba una blusa azul y un pantalón de vestir negro, junto con unos tacones a juego con su pantalón, a pesar de llevar una férula en su mano, se ve hermosa.

Mer se acerca a mí, y cuando va a decir algo, suena el timbre, mi hermano va a abrir, eran Lexie con Mark, los gemelos y Cali, Arizona y Sofía.

Los pequeños corren a los brazos de Mer, en cuanto entran, mientras observo como la cara de mi sobrina cambia, a una de enfado.

- ¿Esta celosa? –le pregunto a mi hermano.

-Se parece a su tía –yo lo miro ofendida, yo no soy celosa.

Después de un rato, llegan Teddy y Owen, provocando que el ambiente se ponga un poco tenso, ellos ni siquiera se dirigen la palabra, pero eso ya no es novedad.

La cena transcurrió de forma tranquila, entre ocurrencias de los niños y platicas de cosas distintas al hospital, yo estaba muy feliz, a pesar del día que tuve, esto ayudo para relajarme y que por un momento mis problemas se olvidaran, hasta que Bailey hablo.

-Sé que esto es una convivencia familiar, pero ya que estamos todos reunidos, quiero informales que después de navidad, me tomare un año sabático, para enfocarme en mi salud –todos la vemos sorprendidos, eso si no lo esperábamos –así que como imaginaran, necesito buscar a un suplente, por lo que necesito que tú, tu, tú y tu –señala a algunos de los que estamos presentes –se presenten mañana en mi oficina a primera hora, para platicar de esto.

Todos asentimos y después de eso, no se volvió a tocar el tema, aunque sé que todos nos moríamos de curiosidad por su decisión.

Uno por uno se fue retirando, al final solo quedamos Mer, mi hermano y los niños, que esta noche dormirían con nosotros y Mer los llevaría a la escuela, al otro día, ella también dormiría hoy conmigo, todavía se me hacía extraño que estuviéramos otra vez juntas.

Estaba en la cocina tomando la segunda botella de vino de la noche, después de un baño de burbujas junto con Mer, la deje dormida y baje por una copa de vino, una nueva costumbre que había adoptado desde que Sam comenzó con su acoso y amenazas, esta era mi nueva forma de evadir mis problemas, aunque sea por un momento, y hoy había sido demasiado.

Había comenzado con una copa por la noche, lo que poco a poco se convirtió en una botella entera, sé que mi hermano levantaba las botellas vacías, por las mañanas, para que Bea no las viera y también sé que esto no es sano, pero era esto o hacer otra locura, como la del muelle, y prefería esto.

Ya iba como por la mitad de la botella, cuando sentí unas manos que me rodeaban por detrás, alejando la botella de mí.

-Desperté y no te encontré durmiendo a mi lado, así que supuse que estarías aquí.

Lo dice, mientras yo me recargo en su pecho, ella no dice nada de la botella de vino y yo tampoco lo menciono.

-Llegó un caso de una mujer embarazada de 8 meses de embarazo –comienzo a contar -su bebé presentaba cardiopatía congénita, no pude salvar a ninguno de los dos Mer, por eso es que colapsé y me encontraste en el cuarto de suministros.

Ella solo suspira...

-Te trajo muchos recuerdos, verdad.

-Sí, pensé en nuestra niña, en que hubiera pasado si no solamente la hubiera perdido a ella, sino también a ti, cuando fui a esa sala de espera y tuve que darle la noticia a su esposa, que esperaba novedades con emoción, sosteniendo un globo y algunos peluches, el corazón se me partió en dos, pensé en ti y... simplemente fue muy duro para mi.

-Pero aquí estoy Addie, no me perdiste, al contrario, ahora estamos juntas y no me alejare de ti, no otra vez.

-Lo sé, solo que esa situación me llevo a un lugar oscuro, al que no había ido hace mucho.

- ¿Y todavía sigues en ese lugar oscuro? -me da un beso tierno.

-Ya casi salgo de ahí –le doy una sonrisa sincera y ella me rodea más en sus brazos.

-Cuando te vi salir del quirófano, sospeché que algo no andaba bien y después de todo lo que me contaste, quise venir aquí, y hacerte sentir en casa, que olvidarás un poco de este día de mierda que tuviste.

-Y lo lograste pequeña, estar aquí contigo y con la gente que quiero, es el mejor regalo de acción de gracias.

-Te quiero.

-Te quiero –yo le toco su mano de forma delicada - ¿te duele?

-Un poco –menciona ella –pero no me arrepiento de lo que hice, lo volvería hacer mil veces, solo si eso implica que tu estés segura.

-Mer, no quiero que te vuelvas a exponer de esta forma por mí.

-Tranquila, que nada me pasara.

- Solo prométeme que no volverás a hacer otra locura.

-Solo si tú me prometes, no tomar, como si el alcohol fuera agua.

De forma sutil me hizo saber, que estaba enterada de mi nuevo vicio.

-Lo prometo –aunque sé que será difícil mantener mi promesa.

- ¿Vemos una película?, se me quito el sueño –me dice.

-Vamos pequeña –la cargo como si fuera novia, llevándola al sofá, mientras ella solo ríe.

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Hola, espero les guste este nuevo capítulo, si es asi denle estrellita y comenten. (⁠.⁠ ⁠❛⁠ ⁠ᴗ⁠ ⁠❛⁠.⁠).

No merezco volver segunda parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora