Capitulo 41: Addilandia

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Addison:

Me había levantado temprano, mi hermano seguía con cara de pocos amigos, mi padre ya había fallecido, y yo, todavía no caía en la realidad, de que él había muerto en mis brazos, y ni siquiera pudimos solucionar nuestros problemas.

Mer había estado estos días difíciles, ahí conmigo, cuidándome y mimándome, tratando de que no cayera en ese lugar oscuro, otra vez, por lo que me había propuesto una misión, quería sorprender a Mer con un bonito regalo de navidad, por lo que tuve que manejar por toda la ciudad, para conseguir mi objetivo: adoptar un gatito.

Cuando llegue a la tienda, la empleada me ayudo a conseguir el gatito perfecto para ella, una sphynx blanco, ya que estos gatos no tenían pelo y eso ayudaba en la alergia de Mer, que nunca pudo tener uno cuando era niña, debido a su asma y alergias, y yo quería cumplir ese sueño.

Mientras la empleada me hacia la ficha de adopción, yo compre algunas cosas para la nueva, miembro de la familia, ya que era niña, una camita, ropita, su coso para comida y agua, así como varios juguetes y una cestita para transportarla, creo que todo lo que llevo, puede funcionar por ahora.

Después de pagar y de que me entregaran a la gatita, maneje otras dos horas de regreso al hospital, hoy tenía la junta con Bailey, lo que me tenía muy nerviosa, así que solo necesitaría conseguir a alguien que cuide del animalito, mientras yo me como las uñas, averiguando quien será el nuevo jefe.

Entre al hospital, procurando no encontrarme a Mer por lo pasillo, y afortunadamente no la vi, pero si choqué con mi linda cuñada, que venía distraída, mirando su celular.

-Perdón, perdón –me dice ella –Addie, ¿qué es eso? –pregunta, haciendo una cara extraña.

-Es una gatita –digo, acariciando su cabecita de forma tierna –es mi segundo bebé –digo en broma y ella me vuelve a ver extraño –no me mires así, es un regalo para Mer.

-Hahah, es muy bonita –dice tomando a la gatita en sus brazos –aunque se ve un poco extraña –lo dice, mientras la carga como si fuera simba del rey león y la examina.

-Es que es un gatito ideal para su alergia.

-Ella estará muy feliz Addie, su sueño siempre fue tener un gatito, pero mi mamá nunca nos cumplió ese deseo.

-Lo sé, ella a estado para mí los últimos días, y quería recompensarle eso.

- ¿Qué hacen? –dice Mark, llegando de repente a donde estábamos - ¿qué es eso? –hace una cara de horror.

-Es una gatita, y quita esa cara, que es muy hermosa.

-Parece mazacuata, esa cosa.

- ¿Que es la mazacuata? -pregunto inocente, mientras mi cuñada no para de reír.

-Pero díganme –ruego yo, viéndolos reírse y sin que resuelvan mi duda.

-Eres muy inocente, cuñada.

-Es que en Addilandia, no existe la palabra mazacuata, Lex, y a ella no le gusta, de todas formas -y ahí empiezo a captar de que hablan.

-Cochinos –los regaño –hay una niña presente –digo, mientras le tapo las orejas a la gatita y ellos no paran de reír a carcajada limpia.

-Doctoras –llega una interna corriendo, de forma apresurada, parando sus risas de repente –las necesitan en emergencia...

- ¿Paso algo? –pregunta Lexie, sospechando que algo no iba bien.

-Es la doctora Grey –cuando dice eso, algo en mi pecho se oprime, Lexie sale corriendo y yo atino a darle la cesta con la gatita a Mark, y salgo corriendo a donde va mi cuñada.

No merezco volver segunda parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora