Capitulo 12: perdonar

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Después de su pregunta, me quede pensando un poco antes de responder...

-Me creerías que ni yo lo sé –le contesto con sinceridad –al principio, cuando lo conocí, fue como una forma de regresarle a ella un poco de lo que me hizo, ¿Cómo pagarle con la misma moneda? –le digo yo, en tono de pregunta –pero cuando ella regreso, muchos sentimientos volvieron, ahora que lo veo de otra manera,creo que el estar con Derek, fue como una forma de evadir mis sentimientos por ella, porque a pesar de perseguirlo a él, de mi pequeña obsesión por tenerlo a mi lado, todo seguía girando en torno a ella.

-Entonces, me estas queriendo decir ¿que disfrazaste tu obsesión por él, como amor, solo para no aceptar que todavía sigues amando a Meredith? –me dice el, sorprendentemente, resumiendo todo lo que había pasado en los últimos meses desde que ella volvió, en una simple pregunta.

-Sí, mejor, no lo hubiera dicho yo,

-Creo que después de estos desastrosos días, por lo menos salió algo bueno de ello, ¿no crees?

-Puede que si –le digo yo.

-Ahora que ya sabes la verdad y sabes que no te engaño, ¿vas a intentar arreglar las cosas con ella?, si te pidiera regresar, ¿la aceptarías de vuelta?

-Lo que se perdió entre nosotras fue la confianza, sabes, sé que ella no me engaño, pero tampoco hizo algo porque yo supiera la verdad...ella también debería tratar de arreglar un poco todo esto, no solo yo –me quejo.

-Addison, prácticamente esa mujer te rogo porque la escucharas y tu solo la ignorabas, creo que sí, tienes razón, ella también se equivocó al no decirte a tiempo las cosas, pero comprende que para ella no es tan fácil todo esto, creo que, si ella toma la iniciativa de volver a intentar recuperarte, lo mínimo que puedes hacer, es escucharla y no juzgarla.

-Es que ese es el problema, ella es la que siempre soluciona todo, ella es la que siempre me perdona o me pide perdón, ella es la que me acepta de nuevo, e intenta arreglar lo que ni siquiera rompió.

-Entonces, ¿no crees que es momento de que, por esta ocasión, seas tú la que tome la iniciativa y arregle todo esto?, si es que así lo quieres.

-Es que no sé cómo –le confieso yo, siendo sincera –como se repara una herida que yo misma hice, y que cuando ya estaba sanando, yo misma abrí – ella siempre hacia eso, ella era la que me reparaba a mí, no yo a ella.

-Utiliza tu ingenio hermana – me dice el –tienes mucha materia gris en ese cerebro –me dice, alborotando tiernamente mi cabello –así que sabrás como hacerlo, solo piensa con esto –señala mi corazón –y con esto – señala su propia cabeza –y veras que ella volverá.

Tal vez él tenga razón, y por esta ocasión, sea yo la que tenga que reparar lo que rompí.

Iba a decir algo más, cuando escuchamos la puerta abrirse con un poco de dificultad, revelando una imagen muy tierna... era Mer con las dos niñas de seis años dormidas en su regazo.

-Ya regresamos –dice en un susurro, intentando no hacer tanto ruido -y si pude hacerlas dormir -le dice a mi hermano como si para ella fuera un triunfo lo que hizo.

-Ya veo que si -le dice el quitándole de inmediato a la niña más pequeña y colocándola en el sillón, dejándole a mi sobrina, que estaba aferrada a su cuello.

-Ponla aquí conmigo -le digo yo, cuando noto, que hace un esfuerzo, para sentarse, evitando que mi sobrina se despierte.

- ¿Segura? –me pregunta ella – esa cama es muy pequeña y tú necesitas descansar.

-Lo sé, pero aquí cabemos las dos –le digo yo, mientras me hago a un lado para que la deposite en la camilla –y tu también necesitas descansar y con ella en tu regazo, no creo que puedas –le digo, casi como un regaño, se ve cansada y sé que no ha dormido bien.

-Está bien – dice depositando a la pequeña, en la cama.

- ¿Cómo le hiciste, para que se durmieran? –le pregunta mi hermano, todavía sin creerlo.

-Tengo mis técnicas –le dice ella, con superioridad.

- ¿Que les diste Meredith? –le pregunta el, dudando de las "técnicas" de la rubia.

-Nada, nada –le dice ella, defendiéndose -fuimos por helado y después las llevé a mi oficina y les puse una película y a la mitad se quedaron dormidas.

-Adivino que vieron la sirenita – le digo yo, interrumpiendo su plática.

-Y no te equivocas –me dice ella, tomando asiento al lado de mi cama, sé que es su película favorita de Disney y aunque se la sepa de memoria, la vería mil veces, si pudiera.

- ¿No te quieres ir a vivir con nosotros y hacer dormir a Beatriz todas las noches? –le dice mi hermano, casi en una súplica, y yo solo quiero reír.

-No gracias –le contesta ella, acomodándose más en la silla, al parecer con la intención de quedarse ahí, por un tiempo.

- ¿No has descansado verdad? –la regaño y ella solo se encoje de hombros.

-Sé que te prometí dormir un poco –dice soltando un suspiro – pero he estado un poco ocupada y estas niñas necesitaban mi atención – me dice ella.

-Deberías dormir un poco –le dice mi hermano.

-Creo que puedo descansar aquí –dice ella, aceptando la manta que le dio mi hermano.

-La cama es más cómoda – le digo yo, con la intención de que, por lo menos por esta ocasión, durmiéramos juntas.

-La silla también lo es – me dice ella en respuesta y acomodando su cabeza en la orilla de mi cama, utilizando como almohada a mi sobrina.

-Bueno, yo las dejo para que descansen –dice mi hermano, despidiéndose de nosotras y saliendo de la habitación.

-Puedes cerrar la puerta al salir por favor -le dice ella, acomodándose de forma tierna al lado de mi cama.

Mi hermano solo se ríe y hace lo que ella le pide, yo observo, como los ojos de Mer se van cerrando poco a poco.

- ¿Me puedes avisar si hay alguna emergencia, por favor? –me dice ella, en un susurro.

-Claro que sí, ahora duerme pequeña.

Acaricio su cabello, hasta que escucho pequeños ronquidos salir de Mer, acompañados de la respiración calmada de mi sobrina.

Ellas dormían profundamente, Mer estaba muy cansada y ahora me siento tranquila que por fin pueda descansar.

Yo cierro los ojos, intentando dormir también, cuando escucho que lentamente se abre la puerta y Derek se asoma en ella, yo le hago una seña para que no haga ruido y no despierte a mis niñas.

-Solo quería saber cómo estabas – me dice el, casi en un susurro.

-Ahora estoy mejor, gracias –le digo con una sonrisa, de todos él era el único que no había venido a verme.

-Me alegra – me contesta el –creo que las dejo, para que descansen – me dice el, viendo a las dos chicas durmiendo profundamente a mi lado.

-Si – yo asiento con la cabeza y cuando está a punto de salir, yo lo detengo – Derek.

- ¿Si?

-Gracias por traerme de vuelta.

-No tienes que agradecer -me dice, con una sonrisa y sale por la puerta.

Yo vuelvo a cerrar los ojos, y el sueño me vence, ahora estoy en mi lugar seguro.

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Hola, espero les guste este nuevo capitulo y si es asi denle estrellita y comenten. (⁠.⁠ ⁠❛⁠ ⁠ᴗ⁠ ⁠❛⁠.⁠).

No merezco volver segunda parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora