Capítulo 2.7: Guerra de bromas

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Nene, tu novia se puso pegajosa
Venime de frente, arreglamo' las cosa'

bzrp music sessions vol. 13 / Bizarrp, Nathy Peluso.

Hope:

Una cucharada de aceite

Dos litros de miel.

Un litro de agua.

Bicarbonato (al gusto)

- ¿Al gusto? –pregunta mi hermano y yo asiento, observando como deja caer toda la bolsa.

-Revuelva todo el contenido, e infle el globo, utilizando algo con presión.

El me hace caso, yendo al lavabo del baño de la escuela, para inflar el globo, mientras mi cuñada y Lena, colgaban una bolsa, muy grande de plumas de pájaro.

Habían pasado dos semanas, desde el día que vi a Henry, besándose con Sol, y como lo esperaba, el negó todo, por lo que mi reacción fue terminar con él, y darle una fuerte cachetada, al estilo Meredith Grey, que casi le tumba los dientes.

Desde ese dia, una guerra de bromas pesadas, había iniciado en la escuela, mi hermano, que también había visto lo mismo que yo, esa tarde en el pasillo, afortunadamente desde otra perspectiva, estaba muy enojado, mami Mer también lo sabía, y por supuesto, la odiosa de Lena, que debo admitir, que ya no me parecía tan odiosa, como al principio.

Por lo que nosotros tres, con la ayuda de Cara, Scout, Leo, y Alicia, que se habían unido a nosotros, solo por la diversión, sin saber realmente el contexto de la situación, habíamos hecho algunas bromas, hacia Sol, y sus amigas huecas, y a Henry, y al darse cuenta que fuimos nosotros, ellos quisieron revancha.

-Bueno, ahora ayúdenme a colgar esto – Dice mi hermano, volteando, con un gran globo en sus manos, apunto de explotar.

-Ponlo aquí –dijo Leo, señalando la puerta del baño.

-Nos van a regañar –susurra Alicia, la única sensata de nuestro grupo.

-No creo, ellos han hecho cosas peores, y siguen sin ser castigados.

Y era cierto, realmente nuestras bromas eran divertidas, un globo con mucha miel y plumas, jabón en sus pupitres, y algunos regalitos, en el baño de niñas y niños.

En cambio, Sol, había revelado algo que era muy personal para mí, y que solo ella sabía, y lo que más coraje daba, era que ella lo tomaba como broma, también le embarraron pegamento al pelo de mi amiga rubia, y Henry se había vuelto más frio y distante conmigo, realmente no lo reconocía.

Yo me sentía muy culpable por toda esta situación, mi hermano todavía estaba un poco enojado, conmigo, por no contarle lo que me pasaba y con él, al saber que había recibido maltrato físico y psicológico de su parte.

Por otro lado, la noche que me entere de la enfermedad de mi mami, también tome el valor de contarle todo lo que sucedía, y ella me escucho, atenta y sin juzgarme, brindándome esa confianza y protección que necesitaba de ella.

Después de lo que acababa de escuchar, y que ella me confirmo, comencé a hiperventilar, mi pecho se sentía comprimido, y tenía una sensación de no poder respirar, como si me fuera a morir o algo así.

-Mi amor, ¿qué pasa? -dijo mi madre, pero a mí me costaba formular una oración completa –Hope, me estas asustando –podía ver el miedo, reflejado en su mirada, así que le tome la mano con desesperación, y ella entendió todo.

No era la primera vez que esto sucedía, así que ella sabía cómo actuar, me tomo de forma delicada por los hombros, y me guio al interior de la habitación, sentándome en su cama, y tratando de calmarme.

-Respira conmigo –pidió, respirando de forma tranquila, mientras yo intentaba seguirle el ritmo de forma inútil.

En mi mente, esas palabras de que ella tenía Alzheimer, resonaban como si fueran pequeños martillos, pegando en mi cabeza, hasta que intente concentrarme en mi respiración, y logre calmarme.

- ¿Cuándo lo supiste? –pregunto, sin recordar que ella ya me lo había dicho.

-Esta mañana, había tenido varios síntomas, desde hace algunos meses, pero estos han sido más notorios, el último mes, tu tía Amy me hizo algunos análisis, y hoy confirmo que tengo Alzheimer de inicio temprano, igual que tu abuela –dice bajando la mirada, de forma pensativa.

- ¿Pero si a ti no se te olvida nada? –menciono un poco alterada.

-Porque tengo algo que se llama celular –dice tomando su teléfono que descansaba en la cama, como si fuera algo obvio –el me recuerda de todo lo que tengo que hacer, pero últimamente he tenido bastantes lagunas mentales, que me impiden ser funcional.

Y ahora recuerdo varios detalles, el pastel, cuando casi quema la cocina, el olvidar sus llaves o a mi hermana en la escuela.

- ¿Pero por qué morfina? –pregunto, alterada, todavía sin creer que ella quería hacer eso – ¿no hay más opciones?

-Las hay, pero esas opciones solo calmarían mis síntomas, y alargarían mi sufrimiento -menciona –hoy me olvide de tu tío Mark, simplemente no lo recordaba, no me quiero olvidar de tu madre, no quiero que ustedes sufran lo que yo pase con mi madre.

Sé que nos intentaba proteger, pero, aun así, se me hacia una idea muy descabellada, no quería que sufriéramos, pero si se iba, sufriríamos más, maldición, porque no lo entiende.

-Claro que lo entiendo –menciona ella, y yo la veo con los ojos muy abiertos, no solo había pensado eso, lo había dicho –pero no es tan fácil hija, sé que sufrirían, pero sería un poco más fácil.

Yo sigo sin creer de lo que habla, ojalá y el Alzheimer, la haga olvidarse de esa tontería.

- ¿Le dirás a mamá? –pregunto, cambiando el tema.

-No quiero que sufra –dice ella –pero creo que ella se merece la verdad, buscare el momento adecuado, para decirle todo.

- ¿Y si se lo dices de una vez? –dijo tomando su celular, y persuadiéndola para que lo haga, como si eso cambiara todo esto.

-No funciona así de fácil, mi amor –toma el celular de mis manos, y me atrae hacia ella –pero te prometo que todo estará bien.

Ahí en sus brazos me sentía protegida, y cuando me pregunto qué hacía despierta a esas horas, no le pude mentir.

-Paso algo esta tarde, algo que no me dejaba dormir –y mi lengua se soltó, a contarle todo, como una especie de desahogo.

- ¿La besaste? –pregunta, muy sorprendida, como si fuera una adolescente, que se acaba de enterar de un gran chisme, y yo solo asiento tímidamente.

-Pero no le digas a nadie.

-Claro que no mi amor –me vuelve a abrazar.

-No quiero que te mueras –confieso con mucho miedo en mi voz.

- ¿Te vas a morir? –una pequeña voz asustada, se escucha desde la puerta, era Ellis.

-Ven aquí pequeña –ella corre a nuestro lado, acurrucándose en mi mami, yo veo que ya tenía lágrimas en sus ojos –nadie se va a morir, mi amor –susurra ella, viéndome a mí.

Y yo le quería creer, pero a veces aceptar la realidad y cumplir promesas,  no es tan fácil como parece.

-Ahí viene –el grito de Lena, desde la puerta, me hizo salir de mis pensamientos, y todos corrimos al baño a escondernos, esperando que la bomba pegajosa, estallara sobre la cabeza de Sol, y su grupito, del que agradezco ya no ser parte.

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Hola, espero les guste este nuevo capitulo y si es asi denle estrellita y comenten. (⁠.⁠ ⁠❛⁠ ⁠ᴗ⁠ ⁠❛⁠.⁠).

No merezco volver segunda parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora