Capítulo 18: Ella Montgomery Grey (segunda parte)

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Si tú te vieras a través de mis ojitos
Entenderías que pa quererte hay mil motivos
Tú, más que nadie, mereces ser feliz
Sé que quisiste parar, sé que quisiste rendirte
La pasaste fatal, vives con temor a herirte
Pero siento el orgullo en el pecho
Eres fuerte, mi cielo, es un hecho
No temas, te voy a cuidar, ah-ah

Te Juro No Te Miento / Sofía Castro.

Me acerco, inclinándome a donde ella estaba y la abrazo, procurando que no se asuste a mi tacto y brindándole esa seguridad y protección que sé que necesita, que necesito en ese momento y yo no estuve ahí para brindársela. En este momento solo quería meterla a una cajita y que nada la lastimara, me dolía verla sufrir así.

Ella llora con fuerza y sin intención de parar, sus sollozos se mezclan con los míos, ambas éramos las mamas de ese bebe y a las dos nos dolía todo lo que paso.

-Sabes – vuelve a hablar, después de que se calmara un poco –cuando era pequeña, antes de que llegara Lexie, me gustaba mirar las estrellas y pedir deseos, como si realmente estos se fueran a cumplir –me dice con una sonrisa en su rostro.

- ¿Y qué pedias?

–Pedía que me mandara una hermana o un hermano, para que yo no estuviera sola, ya sabes, mis padres estaban separados y mi mamá trabajaba la mayor parte del tiempo y yo estaba sola, y no sé si sería cierto o no, pero después de un tiempo llego Lexie, y yo ya no estaba sola.

Mer tenía dos medias hermanas, Mollie y Lexie, hijas de su padre, Lexie era la menor, pero Ellis la crio como si fuera su hija, y por lo que se, las dos crecieron como hermanas, desde pequeñas.

-Así que cuando Cristina y Carina me dijeron lo que iba a pasar son Ella, una parte de mi estaba aterrada, pero otra parte estaba tranquila, porque sabía que ella estaría con sus hermanos y su abuela y no estaría sola, además que ayudaría para que mas niños pudieran tener una mejor calidad de vida.

Yo la miro sorprendida - ¿Ella donó...?

-Si Addie, ella pudo donar sus órganos, a varios niños que lo necesitaban, ya que la única enfermedad que tenía era cardiaca, sus demás órganos pudieron ser donados.

Yo la veo con una sonrisa en mi rostro, a pesar de la adversidad, sé que mi niña pudo ayudar un poco, en este mundo caótico, a otros niños que lo necesitaban.

-Ella realmente es un ángel.

-Lo es –me dice, acariciando mi mano de forma tierna –después de ese día, las cosas cambiaron demasiado, yo me volví un ratón de laboratorio de día, aunque dentro de un quirófano, no salía de este, me llenaba de cirugías o de pacientes, para no pensar en lo que había pasado y de noche me iba al primer bar que se cruzaba por mi camino y bebía hasta que casi amanecía, o hasta que Lexie iba a buscarme –yo me quiero reír, me imagino a Lexie yendo como si fuera la mamá de Mer, a recogerla al bar –antes mandaba a Mark, pero como él se quedaba tomando conmigo, en vez de llevarme a la casa, prefirió ir ella misma.

Yo ya no aguanto la risa, sé que es algo serio, pero la escena en mi cabeza es muy graciosa.

-No te rías, que es la verdad –yo logro calmar mi risa y ella sigue hablando –después de unos meses conocí a alguien –yo me tenso, cuando ella dice eso –tranquila, que no pasó nada, ella se llama Andrea –es la rubia de la que hablaba mi hermano –ella me ayudo a salir del lugar oscuro donde me encontraba, me gustaba su compañía, porque ella no me juzgaba, me entendía, me sentía segura a su lado –yo siento una pizca de celos dentro de mí –muchas veces intento besarme o yo intentaba convencer a mi corazón que ella podría ser algo más para mí, pero siempre que iba a pasar algo más entre nosotras, tú me llegabas a la mente y me detenía, porque era como si una parte de mi te estuviera traicionando, a pesar de que ya no estábamos juntas, te seguía amando.

Y otra vez, ahí estaba ella, haciéndome saber que a pesar de su dolor y todo lo que paso, siempre seguía pensando en mí, me seguía amando, y yo dudaba de ella, yo si la engañe con Derek.

- ¿Te puedo hacer la misma pregunta que me hiciste a mí?

-Si

- ¿Por qué no ella?, si con ella tenías esa seguridad y esa tranquilidad que conmigo ya no tenías.

-Porque no eras tú Addie – ella me responde, de la misma forma que yo en su momento le respondí –y ella lo sabía, por eso respetaba mi decisión, ella me ayudo demasiado, ahora se, que, si no fuera por ella, no estaría aquí.

Mi corazón se vuelve a hacer pequeño, ante su comentario.

-Ella sigue siendo una gran amiga, pero pues, todo quedo en eso, en una simple amistad, de hecho, fue la primera en animarme a venir aquí, cuando le comenté que Bailey me había hablado para una cirugía, y bueno creo que lo que paso después ya lo conoces.

-Te soy sincera, no sé si estar celosa o agradecida con ella por estar contigo, cuando yo no lo hice.

-Tienes derecho a sentir celos – me contesta ella –y estar agradecida con ella, porque, a pesar de todo, yo si le agradezco a Derek el que te haya cuidado todo este tiempo, a pesar de mis celos.

-Te quiero –es lo único que le puedo decir y ella solo se acurruca más en mis brazos, sin decir nada.

-Si pudieras cambiar algo, de todo esto que paso, ¿Qué seria? –le pregunto yo, después de un tiempo.

-El disfrutar más mi embarazo y no tener tanto miedo – me dice ella –sabes, hasta los 7 meses arme el cuarto para mi bebe, a pesar de la insistencia de mi hermana, cuñado y sobrinos, que casi me obligaron a comprar todas las cosas que la pequeña iba a necesitar, pero yo tenía miedo, tenía miedo de que algo pasara y mira, creo que a veces pensamos tanto algo, que al final sin querer, termina pasando.

-Tu ¿cambiarias algo de todo esto? –me pregunta ella.

-El ser menos testaruda y escuchar a los demás, ahora entiendo porque tanta insistencia de Bailey de Richard, porque te escuchara e intentara arreglar las cosas contigo, incluso de mi hermano, pero no los quise escuchar, mi enojo podía más.

-Tú no tienes la culpa de eso Addie, pero la vida nos da otra oportunidad, siempre, y en esta relación no es la excepción – ella me voltea a ver, con una sonrisa en su rostro –hablando de eso, te quería decir algo.

-Dime.

-Quiero el divorcio –ella suelta esas palabras de forma rápida y yo inmediatamente me tenso, ¿es enserio?

-Pensé que querías intentarlo otra vez – le digo, sin creer lo que me acaba de decir.

-Y lo quiero volver a intentar Addie –me dice, alejándose de mí y poniéndose de pie, invitándome a hacer lo mismo –solo que ya no me siento a gusto dentro de un matrimonio donde no hay confianza, donde las dos nos hemos lastimado tanto, quiero volverlo a intentar contigo, no solo intentarlo, lograrlo, pero haciendo las cosas bien, volviéndonos a conocer, a volver a reconstruir lo que rompimos, pero sin algo de por medio, no dentro de un matrimonio así, no por ahora.

Yo entiendo lo que me dice, pero, aun así, no puedo asimilar que ella se quiera separa de mí.

-Está bien – le contesto, sabiendo que no tengo otra opción –hablare con mi abogado, para que comience el trámite.

-Gracias por entender, Addie.

Unas gotas de agua comienzan a caer del cielo, indicándonos que pronto comenzara a llover, ella levanta su cara al cielo, como niña pequeña, comprobando que iba a empezar a chispear.

-Creo que es momento de irnos – me dice ella.

-Pensé que estabas esperando el momento para proponerme cumplir otra de tus fantasías – le digo jugando y ella me ve con una cara de ofendida, pero ocultando una sonrisa.

-Estamos en un panteón Addison y enfrente de ti, están tu hija y tu suegra, ¿y tú pensando en eso? –yo solo me encojo de hombros y ella niega con una sonrisa –mejor vámonos –me toma de la mano y me saca casi corriendo de ahí, ya que iba a comenzar a llover más fuerte.

-Adiós suegra – grito yo.

-Adiós hija – dice Mer.

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Hola, espero les guste este nuevo capítulo, si es asi denle estrellita y comenten. (⁠.⁠ ⁠❛⁠ ⁠ᴗ⁠ ⁠❛⁠.⁠).

No merezco volver segunda parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora