Capítulo 2.3: Comida familiar

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Addison:

-Ahora me vas a decir que los compañeros de trabajo, también se abrazan y se dan besos en la mejilla.

-Si Meredith, los compañeros de trabajo también lo hacen.

Desde que el nuevo médico y mi amigo, Jake, llegó a la clínica, las peleas con Mer, y sus celos han aumentado, al parecer la historia se está repitiendo, pero ella no lo ve así.

Primero fue, porque la presente como mi jefa y no como mi esposa, y ahora porque nos despedimos de un beso en la mejilla.

-Eso no es cierto Addison.

- ¿Acaso lo olvidaste? –le digo, y ella me ve sin entender de que hablo –cuando llego Andy, y yo pensaba que tenían algo más, tú me dijiste que los amigos se abrazaban, y se besaban en la mejilla –le aclaro.

-Era diferente –me contesta.

- Diferente, ¿porque?, ¿por qué eras tú la involucrada y no yo?

-Addison, no –dice recogiendo sus cosas –solo no quiero que tengas un trato, mas, intimo con el-creo que mi esposa se volvió loca.

-Somos compañeros de trabajo, solamente eso, por favor, deja tus celos a un lado y comprende que yo solo tengo ojos para ti, confía en mi –le digo, tomándola de los hombros y viéndola a los ojos.

-Confió en ti, pero no en él, Addie –yo suelto un bufido –voy a recoger a Ellis, nos vemos en el restaurant, no llegues tarde, y cierra la puerta cuando salgas.

Me dice ella, dejándome con la palabra en la boca y cuando está a punto de salir, algo se le cae, yo lo levanto y cuando se lo quiero devolver, ella ya se había ido.

Veo esa cajita, que tiro, es una prueba de embarazo, ¿Qué hacia Mer con una prueba de embarazo?, la curiosidad me gana, y la saco cuidadosamente, del empaque ya abierto.

-Positivo –se lee en la pantalla –¿acaso está embarazada? –murmuro.

Últimamente la he notado extraña, sé que la presión de los últimos días, y todos los problemas en el trabajo, la tienen estresada, he notado que está más ansiosa de lo normal, come más, se olvida de cosas simples, y está más irritable, también se marea, y ayer por la mañana la encontré vomitando en el baño, yo pensé que era estrés, pero ahora ya no estoy segura de eso, sus síntomas son casi iguales a cuando tuvo a los gemelos, y esta prueba no miente.

Hope:

Habían pasado dos semanas desde que había conocido a Henry, desde entonces, la mayor parte de mis pensamientos los ocupaba el, ya no dibujaba sus ojos, ahora lo dibujaba a él.

Habíamos salido un par de veces, y me entere de que va a la misma prepa que yo, solo que él va en tercero y yo en segundo, es muy detallista y tierno, me conto que su niñez fue un poco difícil, su madre murió en un accidente, y él fue adoptado por un buen señor, que hace poco había fallecido también, así que ahora vivía con una tía, pero a pesar de eso, es un buen chico.

El único que sabía de mis encuentros con él, era mi hermano, y aunque al principio no le pareció, y su lado de hermano celoso, salió a la superficie, al ver la sonrisa tonta que tengo en el rostro, comenzó a aceptarlo y casi me obligo a contarle a mis mamás, pero lo que él no sabe es que ya no solo somos amigos, a partir de hoy somos novios.

Por lo que decidí que, en la comida, les contaría a todos, pero las cosas están un poco tensas y yo, no me siento muy segura, de lanzar una bomba así.

Y antes de que llegue el postre, me tomo de valor, pero la actitud extraña de mami, me hace cerrar la boca varias veces, mientras 4 pares de ojos de color, la observamos, detenidamente, sin comprender que hace.

Ella comía un pastel de fresa, como si fuera lo mejor del mundo, cuando todos sabemos, que el pastel de fresa no le gusta.

- ¿Qué pasa? –nos contesta con la boca llena?

Ella solo comía pastel cuando estaba... ¿acaso está embarazada?

- ¿Estás embarazada? –le pregunta mamá Addie, con si me leyera el pensamiento.

- ¿Qué? –pregunta sorprendida -no, ¿Por qué?

-Porque, solo cuando estás embarazada comes pastel de fresa.

-Claro que no, si es mi favorito –contesta y nosotros la vemos, más sorprendidos todavía.

Yo le tomo con delicadeza su brazo, notando que poco a poco se pone un poco nerviosa por la situación, y el no entender de qué hablamos.

-Mamá, el pastel de fresa no te gusta, de hecho, no te gusta el pastel –le digo, esperando lo comprenda.

-Eso no es cierto, siempre me ha gustado –me contesta ella, apartando su brazo, y volviendo a comer su pastel, se que algo no anda bien con ella, pero no he querido insistir, y tampoco quiero preocupar a mamá con eso.

Después de que la conversación estuvo olvidada muy rápidamente, bueno al parecer solo en la mente de ella, todos comimos nuestro postre y al terminar, algo me impulso a abrir mi boca, sin pensar en lo que diría.

-Conocí a alguien –digo nerviosa –hace dos semanas –ellos me ven sin entender de que hablo -y hoy me pidió ser su novia –digo de forma rápida, y sin que se entendiera muy bien lo que dije.

-Es increíble –contesta mamá, un poco molesta

- ¿Cuándo paso eso? –pregunta mami con curiosidad.

- ¿Cómo que novios? –pregunta mi hermano, incrédulo –se acaban de conocer, Esperanza.

Mi pequeña hermana, parece ser la única que me apoya, ya que me ve con una pequeña sonrisa de aprobación.

-Yo necesito asimilar esta noticia –dice mami, llamando a un mesero, y pidiendo un tequila.

-En la casa hablamos, Esperanza –me dice mamá.

Mi hermano solo me ve negando, ninguno de los tres está de acuerdo con esto, eso me duele un poco, y creo que estoy en problemas.

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Hola, espero les guste este nuevo capitulo y si es asi denle estrellita y comenten. (⁠.⁠ ⁠❛⁠ ⁠ᴗ⁠ ⁠❛⁠.⁠).

No merezco volver segunda parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora