Tú y yo no estábamos tan mal
Teníamos algo real
Pero de pronto todo nos cambió
Solo sucedió
Yo pensé que esto iba a llegar
Mucho más allá
Y desapareció
Se fue sin avisar
Lo que hubo entre tú y yo, no quiere regresarDesapareció /RBD
Cinco, diez, quince, veinte minutos, es el tiempo que llevamos dentro de este consultorio, casi el mismo tiempo, que lleva Addison observando por la ventana del lugar, mientras la terapeuta nos observa a nosotras, como si fuéramos la peor pareja del mundo y al parecer lo somos.
Si esto realmente fuera una terapia de pareja, apuesto lo que sea, que la misma terapeuta nos hubiera sugerido el divorcio.
Addison está molesta, molesta conmigo por el divorcio, molesta porque abrazo y hablo con otras mujeres, molesta porque se siente dueña de lo que toco, miro o hasta respiro.
Ella ya no confía en mí, tiene un miedo terrible a salir dañada por mí, otra vez, se le ve en su mirada, y su mejor forma de protegerse, es evadiendo la realidad, tratando de evitar las explicaciones y solo encerrarse en sus propios pensamientos e ideas.
La terapeuta espera paciente a que alguna de las dos diga algo, después de que Addison hizo el comentario, insinuando que yo tenía algo con Andrea, y cuando lo negué, se molestó más, y corrió hacia la ventana, encerrándose en sus pensamientos.
Sé que alguna de las dos tiene que dar el primer paso, para solucionar esto, pero esta vez no sería yo, ella tiene que aprender a no desconfiar de las personas, a no dejar que sus celos y enojo la cieguen.
-Tú dijiste que no tenían nada –escuchamos un murmuro salir de ella.
- Y no tenemos nada, Addie, tienes que creerme...
-Ahora entiendo porque quieres el divorcio, para poder estar con ella.
-Addison, eso no es cierto, ya habíamos hablado de eso, ya te había explicado cómo me sentía, los motivos por los que quería separarme, y estuviste de acuerdo... ahora no entiendo porque cambias de opinión.
-Justamente por eso Meredith –me dice ella volteando a verme y con un tono molesto –porque tu decidiste, decidiste por las dos, sin tomar en cuenta lo que yo quería o pensara, yo quería solucionar esto, sin necesidad de llegar al divorcio.
- ¿Solucionar que Addison?, ¿nuestro matrimonio?, ese ya no tiene solución, y no lo tendrá, mientras tu sigas desconfiando de mi...
-Y tú me des motivos para hacerlo – suelta de repente, y yo ruedo los ojos –y no me lo puedes negar, porque lo que vi esta mañana me lo dejo muy claro.
-Ya te expliqué, que lo que viste solo fue a dos amigas que se daban un abrazo, solo eso, estábamos platicando...
- ¿También platicabas con Derek, como amigos? –ahora vamos con eso.
-Sí, el también es mi amigo Addison, ahora ya no puedo platicar ni con mis amigos, porque la señora piensa que ya la estoy engañando.
-Los amigos no se abrazan Meredith...tampoco se dan besos en la frente o caminan por todo el hospital tomados de la mano.
-Si lo hacen – contesta la terapeuta, parando nuestra pelea –lo que sucede aquí, es que tu cerebro esta alerta, buscando alguna explicación que lo lleve a entender porque ella decidió divorciarse, y a pesar de que ya te lo explico, todavía no terminas de asimilarlo –le dice mirándola a los ojos.
-Simplemente no puedo entender – comienza a hablar ella, interrumpiendo a la terapeuta – como se puede acabar algo que era perfectamente imperfecto, algo que era mágico, algo que duro 11 años, 11 cumpleaños, 11 navidades y muchos recuerdos, buenos y malos, éramos Meredith y Addison y de repente ya no lo somos más, ya no lo seremos más – dice, limpiándose una lagrima que se cuela de sus ojos y yo me acerco, de forma delicada a ella.
-Sé que no confías en mí, y sé que te he dado motivos para eso, sé que te oculte muchas cosas, cosas importantes, por eso quiero divorciarme, Addie, no es porque no te amé, porque lo hago con todo mi ser.
-Entonces si me amas, ¿Por qué quieres el divorcio? –pregunta todavía sin comprender nada de lo que yo o la terapeuta le decimos.
-Porque, aunque te amé, ya no es sano esto, no podemos estar bien por un tiempo, utilizando a Bea como pegamento, y de un momento a otro ya no estarlo.
Ella seguía reacia a comprender lo que yo quería, sé que ella quiere lo contrario, pero esto ya no tiene solución.
Ella sigue dando sus motivos, por los cuales esto no tiene que acabar, todavía metiendo en la conversación a Derek y a Andy, mientras yo solo la observo y la terapeuta anota en su libreta...cuando mi busca suena, parando su discurso, curiosa de saber quién era.
-Es una emergencia, me tengo que ir – les digo a las dos.
-Eso, vete –dice ella –sin solucionar nada, porque eso es tu costumbre, venir a revolver todo y no darle solución.
Yo solo la miro, sin creer lo que dice, cuando vuelve a sonar mi localizador, indicando que mi paciente tuvo una caída de presión.
-No quiero pelear más contigo Addison, así que, si me lo permiten, tengo un niño, al que sí puedo salvar – le digo, saliendo por la puerta y alcanzando a verla como se vuelve a dirigir a la ventana.
Yo corro por todo el hospital, en busca de mi paciente, ya que me encontraba en el ala contraria del hospital.
Después de unas 6 horas y de una operación complicada, salgo de quirófano, suspirando, y aguantando mis lágrimas, cuando veo que el pasillo esta vacío, solo me deslizo por la pared y suelto todas las lágrimas que llevo conteniendo, tapando mi cara con mis brazos.
Siento como alguien se sienta a mi lado y me atrae hacia él, dejando que llore en sus brazos, sin buscar ninguna explicación, justo lo que necesito.
-Un pajarito me dijo que corriste por todo el hospital, para salvar a un niño –me dice, cuando me calme.
-Mi matrimonio está roto –le digo –por lo menos a él si lo pude salvar.
-Hay peque, ven vamos por un helado – me dice, como si fuera niña pequeña.
- ¿Podemos pasar por Bea?
-Por supuesto –me ayuda a pararme y me lleva abrazada, en sus brazos me siento segura.
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Hola, espero les guste este nuevo capítulo, si es asi denle estrellita y comenten. (. ❛ ᴗ ❛.).
Addison y Meredith, son tan testarudas, dios.
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No merezco volver segunda parte
FanfictionNos dañamos tanto, que un perdón no es suficiente. Nos mentimos tanto, que un te quiero no arreglara lo nuestro. Nos rompimos tanto, que un te amo no pegara los pedazos de nuestros corazones rotos. Por lo que, yo no merezco volver.