Capítulo 57: Vuela pajarito

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Que no volveré, que no volverás.
Que después de un sol, no te veré más.
Dime que es mentira, que me lo soñé, que tú ya no te vas.

+ (MÁS) / Aitana y Cali & el Dandee

-El juez declara al indiciado, inocente de los cargos que se le imputan –todas las personas que están en la sala, miran incrédulos, la resolución del juez.

Meredith y varios testigos, habían declarado en contra de Sam, con pruebas contundentes para declararlo culpable, pero como era de esperarse, una vez más, el tomo la verdad, y la modifico a su modo, para que el juez creyera que ellos mentían, y pensara que lo del ataque, se debió a una simple perdida de la razón.

-Juez no puede declararlo inocente, cuando hay pruebas –dice Carina, llegando con varios documentos, seguida de Archer, que claramente, hervía en enojo.

- ¿Qué es esto?

-Esos son los documentos, de las pruebas de violación, realizadas a la señora Meredith Grey y Naomi Bennett, y las pruebas de que la muerte de la señora, fue un asesinato y no un accidente como se creía al principio.

Todos en la sala, incluyendo Meredith, se veían sorprendidos, la rubia estaba mareada y no sabía cómo reaccionar, cuando sintió que un pequeño liquido rojo, corría por sus piernas, siendo atendida de inmediato.

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Horas después había despertado en una cama de hospital, el sangrado se debió a todo el estrés acumulado, y la impresión de saber que no había sido la única víctima de Sam, que su cuñada, había sufrido el mismo trauma que ella, pero sus bebés estaban bien.

También le dijeron que, a Sam, lo habían declaro culpable, de todos los cargos que se le imputaban, después de revisar otra vez, las pruebas otorgadas, metiéndolo a la cárcel, lo que hizo, sentir un gran alivio a la rubia.

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3 meses después...

-Mamá, mira el dibujo que te hice –le dice Bea emocionada.

Habían pasado 6 meses desde el tiroteo, y Addison todavía no despertaba, ni había tenido ninguna mejoría, por lo que, si seguía así, la desconectarían en unas horas.

Pero la rubia se negaba a aceptar eso, por lo que había llevado a su sobrina, como todas las mañanas, antes de ir a la escuela, para ver si eso ayudaba a Addison, a reaccionar.

-Mami Mer, me sigue llevando al parque, ya se dibujar personas, y ya no me salen tan narizones –Mer que estaba al lado de la pequeña, solo ríe –todos te extrañan, Rick ya aprendió a cantar, y ahora mis primos también me acompañan, Alexander, pinta, muy bonito.

Mer solo sonrió, al parecer, su pequeña sobrina, estaba obsesionada, con su primo, dos años más grande que ella.

-Y mami Mer, nos prepara batidos, después de las clases, y los bebés, ya tienen su cuarto pintado, en la casa...

Una playa hermosa se extendía a sus pies, las palabras que parecían colarse en su mente, poco a poco fueron desapareciendo, ya era algo normal, que, desde hace unos meses, fuera a esa playa, donde todo era tranquilidad.

- ¿Qué haces? –le pregunta Mark, curioso, al verla tirada en la arena, construyendo algo.

-Estoy haciendo un castillo de arena –le dice ella, con toda la tranquilidad del mundo.

- ¿Si sabes que está a punto de subir la marea, y te lo podría tirar?

-Hay hombre, no seas aguafiestas y mejor ayúdame, antes de que el mar se lo lleve.

No merezco volver segunda parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora