Capitulo 16: la lista del perdón.

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Addison:

"Tal pareciera, que tu juegas a fingir que el mundo no se acaba, cada vez que pasa algo que la involucra a ella, pero te digo algo, tu mundo si se acaba, cada vez que eso pasa".

Esas eran las palabras que me había dicho mi terapeuta esta mañana y todavía rondaban por mi cabeza, si, al final tuve que seguir con la terapia, si todo va bien, pasado mañana regreso a trabajar, después de varias sesiones, sin querer decir nada, me di cuenta que, si no hablaba, las cosas no se iban a solucionar, así que hoy hable por primera vez, en voz alta, sobre mi miedo de perder a Meredith, cada vez que las cosas se salen de mi control.

Mañana se cumplía un mes desde el accidente, desde entonces vivía junto con mi hermano y mi sobrina, en el departamento, que alguna vez fue mío y de Mer, a ella la veía dos veces por semana, cuando venía a recogerme para mi terapia, me llevaba y traía, a veces íbamos a comer o solamente a platicar por el parque, o como mañana, que me dijo que me llevaría a un lugar especial.

Después de que me dieron el alta, mi hermano, me pregunto que donde me estaba quedando y al saber la respuesta, se le ocurrió una idea.

- ¿Y en donde te estas quedando? –me pregunta el.

-Me creerías si te dijera, que vivimos en un hotel.

- ¿Vivimos?, ¿en un hotel? –me pregunta sorprendido.

-Meredith y yo, y si, en un hotel – respondo sus preguntas.

- ¿Y tú departamento?

Cuando Meredith y yo comenzamos nuestro internado, decidimos venir a Seattle y fue como compramos un departamento, que fue nuestro primer hogar juntas, en el vivimos muchas cosas, pero cuando perdimos nuestro primer bebe, decidimos que lo mejor era mudarnos y primero nos fuimos a la casa de Mark, que, en ese tiempo, era nuestro vecino y ya después terminamos en Boston.

Este departamento guarda muchos recuerdos, hermosos y tristes y desde hace 6 años, ninguna de las dos, se había atrevido a entrar ahí, de hecho, ella no ha querido entrar aquí y yo dormía en el cuarto de invitados, junto con mi sobrina, mientras mi hermano dormía en el sillón, ya que me era difícil entrar al cuarto, donde viví con ella tantas cosas.

-Sigue siendo nuestro, pero sabes que es un poco complicado estar ahí.

-Mmmm – me dice el, de forma pensativa.

- ¿Qué tramas, doctor Frankenstein? –le digo, con el apodo que siempre uso para él, por ser neurocirujano.

-Estaba pensando...porque no vivimos ahí por un tiempo, digo, yo me pienso quedar contigo, mientras regresas al trabajo, podemos remodelarlo si quieres y le podemos preguntar a Mer si, desea vivir con notros, no puedes vivir toda la vida en un hotel, hermana.

-Es complicado, sabes, y Mer no va a vivir con nosotros.

- ¿Por qué? –el me mira dudoso.

-Porque hablamos, antes de que llegaras.

-Al fin –me contesta él y yo ruedo los ojos.

-Me dio la oportunidad de conquistarla, otra vez, de arreglar las cosas, pero...quedamos como amigas y me dijo que se mudaría.

Ese día acepte la propuesta de mi hermano, total, ya no tenía motivos paras seguir viviendo en el hotel, mi hermano consiguió una casa provisional, mientras comprábamos los muebles para el departamento, ya que yo quería cambiar todo lo que me recordara al pasado.

Cuando salimos del hospital, fuimos directo a recoger mis cosas y ya no había rastro de ella, se había llevado todo lo que era de ella y me había dejado una pequeña nota, con una rosa, era su forma de despedirse del lugar donde habíamos vivido por algunos meses.

No merezco volver segunda parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora