El hámster del Gran Duque del Norte [Traducción]

03. (Parte 3)

Ha llegado el primer día del Festival del Norte.

Hay mucho ruido por todas partes. Me desperté temprano en la mañana y me senté sobre el aserrín, con el cabello desigual.

Quería dormir más, pero tenía mucho trabajo que hacer. En primer lugar, para aumentar aunque sea un poco el tiempo de "carga", era necesario aumentar aún más el valor milagroso.

No sé cómo llenar las cifras restantes, pero al menos sé que no puedo llenarlas en este maldito lugar infestado de gusanos y grillos.

Bien. Salgamos de aquí.

Sería una buena idea salir y comprender la atmósfera del castillo, comprobar qué sucede en <Heart of Winter> durante este período y, si es posible, jugar un poco de ese evento para aumentar el valor del milagro.

La oportunidad es de sólo 30 minutos al día. Úselo sabiamente....

[Utilizamos "cargar" (｡❛ ᴗ ❛｡)]

'¡No!'

¡No! ¡Ahora no es el momento! ¡No tengo ropa!

Pero no hay mejor momento para salir que ahora. Hace sólo 10 minutos que Kyle salió a explorar el castillo para el festival. Incluso si sólo echas un vistazo alrededor del castillo, te llevará aproximadamente una hora.

Entonces, si tan solo pudiera usar algo más que la ropa que los magos tomaron...

¡Ah! ¡Cierto!

En ese momento, de repente tuve un pensamiento sorprendente.

El espacio visto detrás de donde Sen y las otras sirvientas hablaban ayer. Al parecer había una montaña de ropa amontonada. ¡Eso significa que habrá ropa para que los sirvientes usen mientras comen y duermen!

Saquemos sólo un traje de ahí. Es un poco incómodo saber quién usó la ropa, pero cuando piensas en la persona que no tiene ropa que usar, es un poco triste.

Nunca se sabe... quizás puedas usar un uniforme de mayordomo bien lavado, brillante y suave... ¿No quedará bien en una cara coreana?

Imaginé algo agradable a mi manera y lo "llevé" al rincón de la habitación que recordaba.

[¡Buena suerte! (ᰔ'꒳´ᰔ)]

●●●

Sin embargo, surgió otro problema.

—Realmente vive, vive...

Dicen que la vida es algo que hay que vivir para conocerla, pero si voy a hacer algo como esto, creo que al menos debería dar un adelanto.

Me senté en los escalones de piedra de la esquina con las piernas abiertas y apoyé los codos en las rodillas. Y con una expresión extremadamente sombría, me quedé mirando el uniforme de sirvienta que llevaba.

—...

Debería haber esperado esto ya que todas las personas reunidas ayer en la lavandería eran sirvientas.

No había nada como el uniforme de mayordomo imaginario. Camisas, chalecos, pantalones y zapatos no se encuentran por ningún lado...

Lo mejor que pude encontrar fue una falda negra que me llegaba hasta los tobillos y un delantal blanco liso, y por ahora, esa era la única ropa que podía elegir.

Me enredé el pelo con ambas manos y grité en silencio. ¿Cómo puedo caminar así? ¡Un uniforme de sirvienta! ¡Soy un hombre!

—¡Cuál es la diferencia entre estar desnudo!