11. (Parte 2)

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—Todo lo que tienes que hacer es separar los pies a la altura de los hombros, mirar al objetivo y tirar de la cuerda. Sí, así.

Tiré de la cuerda del arco como me indicó Kyle. Y forcé la vista e hice lo mejor que pude para traer paz a mis brazos, que temblaban como álamos.

Por supuesto, el resultado fue un fracaso.

Me acabo de convertir en un álamo temblón.

[~(>—<~)]

Qué. Por qué. ¿Es la primera vez que ves un álamo?

—¿Estás prestando atención?

Refunfuñé en respuesta a la estricta pregunta de Kyle.

—No es cuestión de concentración. No importa cuánto lo intente, no funcionará.

¿No es esto defectuoso?

Mientras murmuraba, Kyle se rió bajo.

—De ninguna manera.

El hombre que estaba a mi lado se acercó un poco más a mí. Luego, apretó ligeramente mi muñeca sosteniendo el arco, y con la otra mano apretó el hombro opuesto y le puso más fuerza.

—Mantén la espalda recta. Los hombros rectos.

La mano que estaba arreglando mi hombro bajó hasta mi codo. Mientras la parte superior de mi cuerpo volvía a temblar con inquietud, él frunció el ceño y se acercó, sosteniendo mi espalda con la parte superior de su cuerpo.

Espera un momento, esta postura...

—...Aquí.

Levanté un poco la cabeza. Quizás porque su voz era baja, Kyle se inclinó ligeramente y acercó su rostro.

Nuestros rostros estaban tan cerca que de hecho perdí las ganas de hablar. Se siente como si me abrazaran por detrás.

—¿Puedes enseñarme con un poco de distancia?

Me sentí avergonzado sin motivo alguno, así que me aclaré la garganta y pregunté. Sin embargo, Kyle respondió claramente, como si no tuviera idea.

—¿Ni siquiera pudo lanzar bien hace un rato?

—Sí, bueno… fue así.

—No hables demasiado y mira hacia adelante. Mantén la mirada al frente. Respira lentamente. Es mejor contener la respiración justo antes de soltar el brazo derecho con la sensación de que la fuerza va directo a la punta de tus dedos.

El temblor de mis brazos, que habían estado temblando sin piedad, cesó como si fuera mentira. A medida que su fuerza aumentaba, las protestas aumentaban constantemente y, en la atmósfera tensa, la punta de la flecha apuntaba al punto exacto.

La flecha que disparé por primera vez en mi vida voló maravillosamente hacia el centro del objetivo.

—Ah.

Sabía que era posible gracias a la ayuda de Kyle, pero no podría estar más feliz.

Cuando lo miré con una sonrisa, Kyle también me miraba con las comisuras de la boca levantadas.

—Bien hecho.

En el entorno tranquilo, sólo se transmitía su alegría... Espera. ¿Todo está tranquilo?

Sólo entonces me di cuenta de que la gente había dejado suficiente espacio para nosotros dos.

Dicen que es cómodo no tener que recibir aplausos cada vez que mueves los brazos como un jefe de golf... pero parece que te han preparado cuidadosamente un espacio para que puedas tener una cita.

El hámster del Gran Duque del Norte [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora