El hámster del Gran Duque del Norte [Traducción]

06. (Parte 3)

Después de que pasó la atmósfera pesada, Sen sonrió y dijo que era agradable estar juntos durante mucho tiempo estos días.

[Nivel actual de milagro: 20.0%]

Como fue un evento bastante grande, la recompensa también fue buena. Por supuesto, para una espalda que llegó hasta este punto, no parece que sea un poco malo.

Aún así, gracias a esto, la duración de la “carga” es de dos horas.

Eso significa que puedo comer pastel de nueces durante dos horas a mi gusto. Agarré otro trozo de pastel con una expresión emocionada en mi rostro.

En el momento en que abrí mucho la boca con una expresión feliz y le di un mordisco…

Pampam.

El rostro de Sen se iluminó ante el sonido de un fuerte golpe.

—Supongo que viniste.

¿Quién vino? ¿Quién?

Cerré la boca sin poder morder nada. Un escalofrío recorrió mi espalda... Vaya, de ninguna manera...

—Encontré a Su Alteza Kyle antes cuando estaba trayendo el pastel y le dije que estabas aquí.

—Porque...

—¿Cómo puedes salvar a Su Alteza y ni siquiera saludar? ¿Sabes lo preocupado que estaba Su Alteza porque desapareciste sin decir una palabra?

—...

Ah, estoy jodido.

A pesar de mi vergüenza, Sen gritó alegremente.

—¡Su Alteza!

La puerta se abrió y Kyle entró.

Un hombre guapo con una expresión de emoción en la brisa... No hay nada parecido. Sólo hay un hombre temible que conquistó el accidentado y desolado Norte sólo mediante la fuerza. Por supuesto, todavía era guapo...

¡Sus ojos son tan espeluznantes!

Me encogí de hombros y traté de dar un pequeño paso atrás, pero luego mi cuerpo se puso rígido. Las cosas están mucho mejor que ayer, pero eso no significa que mi espalda esté mejor.

No había espacio para moverme más, así que me senté torpemente y lo miré. Para empeorar las cosas, Sen dijo—: Bueno, entonces, ¡siéntanse libres de hablar! —Con esas palabras abandonó el lugar.

¡Hey! ¡A dónde vas! ¡No nos dejes solos! ¡¿Cómo puedo solucionar esto?!

—...

Kyle entró en la sala de descanso con los ojos fijos en mí. El sonido de pasos pesados ​​sonaba aterrador hoy.

Con solo mirarlo a los ojos, parecía como si me estuviera masticando de la cabeza a los pies. Hizo una mueca y se acerco un poco más al sofá.

Aterrizó justo a mi lado, no frente a mí. Por reflejo me aparté un poco más de el. ¿...Que te pasa? ¿Que estamos haciendo?

—Estas vivo.

Se acercó un poco más a mi lado.

¿Qué, tienes un problema con esto? ¿Lamentas qué no haya muerto? Fue una época en la que yo, que me había vuelto muy torcido, cargué mis ojos irreverentes en lugar de balas.

—Pensé que habías muerto...

Su sinceridad era evidente en su voz grave y profunda. Me quedé en silencio, sin poder decir nada. De alguna manera sentí pena.

'...Estabas preocupado'.

Estaba tan herido que no hubo tiempo de hacer nada al respecto, y cayó sangrando, y tan pronto como lo movieron, desapareció.