El hámster del Gran Duque del Norte [Traducción]

10. Hasta los hámsters vienen cuando los llamas (2) (Parte 1)

—Uf… Ugh. Me estoy, muriendo…

Después de salir del estudio, literalmente comencé a correr como loco. Incluso cogí fuerzas y corrí muy desesperado.

Me alegro de que no estuviera lejos de mi habitación. Si no fuera rápido, el tiempo de 'carga' se acabaría y desaparecería dejando solo mi ropa en el pasillo, o perdería el aliento por falta de resistencia y casi acabaría con mi segunda vida.

De todos modos, después de correr a toda velocidad, me fui a la cama, me cubrí con la manta e inmediatamente apagué la 'carga'. Y fui convocado sin ningún problema bajo el aserrín que se había designado de antemano.

—Hiic. (Uf.)

Si sigo así, moriré joven antes de poder volver a la vida...

Me tambaleé y caminé hasta el centro de la casa de hámster y me estiré. El cielo es amarillo, canté.

—¿Has estado haciendo ejercicio? Parece que te sientes mejor.

Kyle se acercó, me levantó mientras jadeaba y empezó a besarme. No tenía fuerzas ni para levantar una pata, así que simplemente me quedé esperando y recibí impotente todos sus gestos afectuosos.

—Hiic... (Bebé cómodo...)

—Sí, sí. Tú también me gustas.

—Hiic... (Bastardo despistado...)

—Te haré un regalo hoy.

Kyle, que me dejó en el suelo, puso un puñado de plumón de pato en el pañuelo que me había preparado anoche. Luego, con manos muy delicadas, empezó a tejer la colcha.

Aunque era un poco incómodo y los hilos sobresalían, se veía mejor que el estropajo de lana que había hecho antes. ¿Has estado practicando recientemente?

Abrí mis párpados apenas cerrados y miré su rostro. Había una cálida sonrisa que no coincidía con el interminable invierno.

¿Qué tiene de bueno?

Es sólo una bestia demoníaca.

Lentamente cerré los ojos, sintiendo el pañuelo cuidadosamente colocado sobre mí como si estuviera manipulando algo precioso.

—Hiic... (Chico descuidado, falto de tacto y amigable...)

Si regreso vivo, ¿algún día recordaré este día?

Bueno, definitivamente será un recuerdo feliz.

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—...

—...

—...

Fue un silencio sofocante.

Miré alternativamente a Kyle y al brujo, quienes me miraban mientras sostenían una nuez como escudo.

Han pasado treinta minutos desde que entró al estudio. Me observaban constantemente como si fuera una rata de laboratorio. Realmente dejen de mirar. Se hace un agujero muy grande.

Tragar.

Se escuchó el sonido de tragar fuertemente.

El culpable fue el brujo al lado de Kyle que estaba más nervioso que yo.

—Bueno, aquí vamos.

Como si finalmente hubiera tomado una decisión, el brujo que parecía ser de mediana edad me levantó con manos cuidadosas.

El viaje no fue nada bueno. Esto se debía a que la palma de la mano donde estaba sentado temblaba como loca, como si hubiera ocurrido un terremoto.