Guantes

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Thomas se encontraba en su cuarto leyendo y estudiando pues al día siguiente seria su primer día en la preparatoria de Auradon al igual que el de su hermana, pero no es algo que realmente le interesaba.

Elsa entro al cuarto y suspiro al ver como su hijo se centraba demasiado en sus estudios que no comió las galletas que Ana le había hecho.

Hijo deberías tomar un descanso, ni siquiera comiste las galletas que tu tía te dio – hablo Elsa acercándose a su hijo haciendo que cerrara el libro

Thomas asintió y agarro las galletas para comenzar a comer claro que no pudo hacerlo cuando congelo estas mismas.

¡¿Es, es enserio?! – grito Thomas mientras su otra mano terminaba por congelar su libro.

Esa fue la primera vez que su madre lo volvió a ver mostrando un sentimiento, aunque le hubiera gustado que mostrara el sentimiento de felicidad no el de enojo.

Tengo una solución para que no termines congelando todo especialmente si vas a ir a Auradon – hablo Elsa para agarrar la bandeja y acomodarla en la mesa y luego sentarse enfrente de su hijo

Thomas la miro curioso por lo cual se quedo callado para poder seguir escuchando a su madre.

Te los iba a dar mañana, pero veo que los necesitas más que nada – hablo Elsa para mostrarle un par de guantes lo cual dejo más confundido a su hijo.

Madre para que me servirían unos guantes – hablo Thomas seriamente pues ya había logrado calmar su enojo

Te ayudaran a que no congeles todo a tu paso – hablo Elsa para ir poniéndole los guantes a su hijo – Siempre recuerda esconder tu magia, usa estos guantes siempre – agrego Elsa mirándolo fijamente

Thomas asintió y se repitió lo mismo, cuando agarro una galleta sonrió un poco al ver como esta misma no se congelaba. 

UN CHICO DE CORAZON HELADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora