Capítulo: Preparativos para la Guerra
137 d.C
El sol de la tarde se filtraba a través de las ventanas de la fortaleza, iluminando las estancias con una cálida luz dorada. Han pasado dos años desde el dramático acuerdo entre Rhaela y Aemond, y la vida en Desembarco del Rey había tomado un giro inesperado. El amor entre Rhaela y Aemond había renacido con una intensidad renovada, y la familia real había crecido con la llegada de un nuevo miembro: Lyanna, la hija menor de la pareja.
Los mellizos Aelor y Alia, ahora con ocho años, y Lyra, de siete, mostraban habilidades excepcionales en el vuelo y la doma de dragones. Estos jóvenes príncipes y princesas ya habían montado en dragones con habilidad, y el vínculo entre ellos y sus bestias era innegable. Lyanna, con solo dos años, era el centro de la atención y adoración de toda la familia.
En el Gran Salón de la Fortaleza, el consejo se reunió para discutir el próximo movimiento en la guerra. La tensión en el aire era palpable, y todos sabían que el asalto a Rocadragón sería un desafío monumental. Los dragones y sus jinetes eran el corazón de la estrategia militar, y la presencia de los hijos de Rhaela en la próxima campaña era un tema candente.
El consejo estaba compuesto por figuras clave, cada una con sus propias opiniones y estrategias. Entre ellos se encontraban Ser Criston Cole, la mano del rey, y otros nobles y estrategas que formaban parte del círculo íntimo de Aemond. La discusión giraba en torno a los detalles del asalto y los recursos necesarios.
—La situación en Rocadragón se vuelve cada vez más crítica —comenzó Ser Criston Cole, su voz grave resonando en la sala—. La fortaleza ha sido un bastión de resistencia durante mucho tiempo, y nuestros enemigos están bien atrincherados. Necesitamos una fuerza formidable para asegurar una victoria definitiva.
Aemond, sentado en el trono con una expresión pensativa, asintió lentamente.
—Nuestros dragones y sus jinetes son nuestra mayor ventaja —dijo Aemond—. Si vamos a llevar a cabo un asalto exitoso, necesitamos utilizar todas nuestras fortalezas. La participación de nuestros hijos puede ser crucial.
Un consejero se inclinó hacia adelante, sus ojos brillando con determinación.
—Propongo que Aelor, Alia y Lyra acompañen a las fuerzas de asalto. Ya han demostrado ser competentes en el vuelo y en la doma de dragones. Su presencia no solo aumentará nuestra fuerza en el campo de batalla, sino que también enviará un mensaje poderoso a nuestros enemigos sobre la unidad y la determinación de los Verdes.
El consejo murmuró en acuerdo, y Aemond miró a Rhaela, que estaba de pie junto a él. Su rostro reflejaba una mezcla de orgullo y preocupación.
—¿Qué opinas, Rhaela? —preguntó Aemond.
Rhaela, con su vestido de terciopelo verde oscuro y un manto de riqueza y sofisticación, miró a sus hijos jugando cerca y luego a su esposo.
—Confío en las habilidades de nuestros hijos y en la fortaleza de sus dragones —dijo Rhaela con voz firme—. Han sido entrenados desde pequeños para enfrentar desafíos y han demostrado ser dignos de confianza. Si esta es la decisión del consejo, entonces estoy de acuerdo. Pero también deseo asegurarme de que estén bien preparados para los peligros que enfrentarán.
Aemond asintió, una expresión de satisfacción en su rostro.
—Entonces así será. Aelor, Alia y Lyra participarán en la próxima campaña, acompañados de sus dragones y de Vhagar —anunció Aemond—. Su presencia será un símbolo de nuestra fuerza y determinación.
Los niños, al enterarse de la noticia, mostraron una mezcla de emoción y nerviosismo. La perspectiva de participar en la guerra y volar en sus dragones les llenaba de orgullo, pero también comprendían la gravedad de la situación.
Mientras el consejo continuaba con la planificación, Rhaela observaba a sus hijos con una mezcla de orgullo y preocupación. Sabía que el futuro estaba lleno de incertidumbres y desafíos, pero confiaba en que su familia y sus aliados estaban listos para enfrentar lo que se avecinaba.
La preparación para el asalto a Rocadragón comenzaba, y la fortaleza de Desembarco del Rey se preparaba para un nuevo capítulo en su historia. La lealtad y el coraje de los Verdes serían puestos a prueba, y el destino de Poniente podría estar a punto de cambiar de manera significativa.
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El último dragón: La casa del dragón
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