El Ascenso de Aegon y el Lamento de Visenya

10 0 0
                                    

Capítulo: El Ascenso de Aegon y el Lamento de Visenya

Año 129 d.C.

En Desembarco del Rey:

La mañana era gris y sombría cuando el maestre Orwyle se dirigió a los aposentos del rey Viserys con una creciente sensación de urgencia. El rey estaba en un estado crítico, y la reina Alicent Hightower había sido convocada de inmediato. La escena en los aposentos del rey era una de profunda tristeza y anticipación. Viserys yacía en su lecho, debilitado y casi irreconocible, sus facciones demacradas y su respiración entrecortada.

Alicent se acercó al lecho con cautela, intentando esconder su ansiedad detrás de una fachada de calma. El maestre le informó que el rey tenía apenas unos minutos de vida. Con la habitación vacía excepto por ellos, Viserys parecía murmurar palabras apenas audibles, sus ojos vacíos mirando hacia un punto distante. Alicent, inclinándose más cerca, escuchó lo que parecía ser una mención de "la canción de fuego y hielo" y "un heredero".

Viserys, en su último aliento, susurró: —La canción de fuego y hielo... un heredero...— y luego falleció. Alicent, confundida y afligida, interpretó erróneamente estas palabras como una indicación de que su hijo, Aegon II, debía ser el próximo rey. Con el corazón acelerado, Alicent tomó medidas drásticas.

El Consejo Privado:

El consejo privado fue convocado de inmediato bajo un velo de secrecía. Ser Otto Hightower, junto con la reina Alicent, el maestre Orwyle y varios nobles influyentes, se reunieron para discutir la situación. La tensión era palpable.

Ser Otto Hightower, con una expresión de pragmatismo, abrió la discusión. —Debemos manejar esta situación con gran cautela. La noticia de la muerte del rey Viserys debe mantenerse en secreto hasta que podamos asegurar la coronación de Aegon II.

Alicent, con voz temblorosa pero decidida, asintió. —La última voluntad del rey parece indicar que mi hijo debe ser el sucesor. No podemos permitirnos que la noticia se filtre y cause desorden. La coronación debe ser inmediata.

Lord Larys Strong, conocido por su aguda percepción política, intervino. —El secreto es esencial para evitar el caos. Sin embargo, debemos prepararnos para cualquier resistencia de la facción de la princesa Rhaenyra. La transición debe ser fluida y rápida.

Lord Harlan Tyrell, con expresión preocupada, añadió. —¿Cómo manejaremos la posible reacción de los seguidores de Rhaenyra? La noticia de la muerte del rey y la coronación de Aegon podrían causar un gran descontento.

Ser Otto asintió y comentó. —Además, no podemos olvidar que la princesa Rhaenyra tiene una gran influencia y que su hija, la princesa Rhaena, está casada con Aemond, nuestro propio miembro de la familia real. La situación es aún más delicada. Rhaena es conocida por su carácter fuerte y su habilidad con las armas. Si se opone a la coronación de Aegon, debemos estar preparados para manejar la situación con firmeza.

Alicent, con un toque de preocupación en su voz, añadió. —Rhaena es una mujer formidable y complicada de manejar. Su lealtad a su madre, Rhaenyra, podría hacerla una amenaza para nuestra estabilidad. Si en algún momento se muestra en contra de la coronación de Aegon, no dudaremos en tomar medidas drásticas.

Ser Otto asintió con seriedad. —La lealtad de Rhaena es incierta y su influencia podría ser significativa. Si ella se interpone en nuestro camino, no dudaremos en usar cualquier medio necesario para garantizar la estabilidad del reino. Además, debemos considerar la seguridad de la princesa Rhaenys, quien también podría convertirse en un obstáculo.

Lord Larys Strong añadió. —Propongo que se considere la posibilidad de mantener a Rhaena y a Rhaenys bajo custodia hasta que podamos consolidar el poder. Esto garantizaría que no interfieran en los eventos y nos permitiría proceder con la coronación sin problemas adicionales.

Alicent asintió con decisión. —Si es necesario, tomaremos medidas para asegurar que tanto Rhaena como Rhaenys permanezcan bajo control. No podemos permitir que ninguna de ellas ponga en peligro nuestra causa.

El Encierro de las Princesas Rhaenys y Rhaena:

Con la decisión tomada, se ordenó el arresto de las dos princesas. La princesa Rhaenys Targaryen, tía de Rhaenyra y una figura de considerable prestigio, fue mantenida en sus aposentos bajo el pretexto de que se encontraba enferma. Sin embargo, la verdad era que los guardias del palacio, leales a los verdes, habían recibido instrucciones de mantenerla aislada para evitar cualquier interferencia en los eventos que se estaban desarrollando.

Rhaenys, con su característico sentido de dignidad y su conocimiento de las intrigas palaciegas, pronto se dio cuenta de que su confinamiento no era por razones de salud. A pesar de sus protestas y súplicas, fue mantenida bajo estricta vigilancia, y sus intentos de comunicarse con el exterior fueron bloqueados.

Simultáneamente, la princesa Rhaena fue también retenida bajo la custodia de los verdes. Su fuerte carácter y su habilidad con las armas la hacían una amenaza potencial para los planes de Aegon II. La custodia de Rhaena fue más estricta, con guardias adicionales para asegurar que no pudiera intervenir en los eventos.

La Coronación de Aegon II:

La ceremonia de coronación se organizó con la máxima urgencia. El Gran Salón fue decorado con estandartes verdes y se preparó para el evento. Aegon II, vestido con una túnica dorada, fue ungido con el aceite de la coronación y se le colocó la corona de los Targaryen. Los nobles y miembros de la corte asistieron a la ceremonia, algunos sin conocimiento de la verdad completa, y Aegon II fue proclamado rey.

La ceremonia se desarrolló con solemnidad, y el trono de hierro, imponente y lleno de historia, se convirtió en el símbolo del nuevo reinado. El evento fue marcado por una pomposidad y formalidad que ocultaba las tensiones subyacentes y la verdad sobre la muerte del rey Viserys. La población de Desembarco del Rey observó la ceremonia con una mezcla de asombro y confusión, sin entender del todo las intrigas políticas que se ocultaban tras el evento.

En Rocadragon:

La noticia de la muerte de Viserys aún no había llegado a Rocadragon. La familia Targaryen en el refugio de Rhaenyra se mantenía en un estado de anticipación y luto por el fallecimiento del rey. Sin embargo, el silencio de Desembarco del Rey se rompió cuando un mensajero real llegó con una carta urgente. La misiva, redactada con un tono oficial y sombrío, informaba a Rhaenyra de la muerte de Viserys y de la reciente coronación de Aegon II.

Rhaenyra, al leer la carta, sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. La traición y el dolor se reflejaron en sus ojos. La noticia fue un golpe devastador, añadiendo una capa de desesperanza al ya agitado clima en Rocadragon.

El Parto de Visenya:

La recepción de la noticia de la muerte de Viserys y la coronación de Aegon II llegó en un momento de gran angustia para Rhaenyra, quien estaba a punto de dar a luz. El estrés y la tristeza influyeron en el curso del parto, que se adelantó prematuramente. La pequeña Visenya nació con severas deformidades: su cabeza era desproporcionadamente grande, sus extremidades estaban torcidas y su piel estaba pálida y arrugada. Las deformidades eran tan severas que la niña tenía una apariencia casi grotesca. Sus brazos y piernas estaban notoriamente distorsionados, y su rostro, asimétrico y lleno de imperfecciones, reflejaba el sufrimiento del parto prematuro.

Los maestres, con gran desesperación, intentaron estabilizarla, pero la niña, extremadamente débil y prematura, no pudo sobrevivir. La tragedia de la muerte de Visenya se sintió profundamente en Rocadragon, intensificando el dolor y la desesperanza de Rhaenyra y su familia. La pérdida de la pequeña Visenya fue un golpe devastador, añadiendo un nuevo nivel de sufrimiento en un momento ya lleno de traición y desilusión.

El último dragón: La casa del dragónWhere stories live. Discover now