Jeon JungKook es un chico de 13 años que se encuentra cursando el segundo año de Secundaria, vive sin ninguna motivación hasta que se enamora a primera vista del estudiante más guapo de último año de Preparatoria y que, desde ese momento, comienza a...
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*5 años después*
JK P.O.V
Puedo escuchar la alarma sonar en medio del silencio que inunda la casa.
Me encuentro entre los brazos de mi amado esposo. El calor de su cuerpo contra el mío, escuchando y sintiendo su respiración tranquila debido al sueño.
Al igual que todos los días desde que nos casamos, la sonrisa en mi rostro aparece desde que despierto, al sentirlo a mi lado.
Me remuevo ligeramente para apagar la alarma, que perturba la tranquilidad de nuestra habitación.
Pero es demasiado tarde, ya ha escuchado el sonido, así que antes de que pueda volver a acurrucarme entre sus brazos, él ya se ha levantado de la cama. Suelto un quejido, colocandome de rodillas sobre la cama y abrazándolo por detrás antes de que se aleje.
-Nooooo -Exclamo con dramatismo. Se ríe con fuerza.
-Ya no aplicaré la de 5 minutos más porque siempre se nos hace tarde por eso -Dice, negando.
Beso repetidas veces su espalda desnuda, amando el calor de su piel.
-Pero ésta vez si iban a ser 5 minutos -Me quejo, soltandolo cuando casi me obliga a hacerlo.
-Mañana es Sábado, podemos dormir hasta tarde, cielo -Susurra, caminando hacía él cuarto de baño-. ¿No tomas un baño conmigo? -Pregunta desde adentro y aunque no quiero levantarme del todo, salgo corriendo de la cama para alcanzarlo.
Primero nos cepillados los dientes juntos, frente al espejo.
Luego nos peleamos porque yo quiero baño en tina y el en ducha, jugamos piedra papel o tijera y gana él, así que nos duchamos juntos bajo el agua tibia. Me hace el amor un poco apresurado por el tiempo.
Pero, en realidad es parte de nuestra rutina, no tan rutina, ya que no todos los días son iguales.
Hay días buenos, días malos. Nos amamos, a veces discutimos. En ocasiones estamos ocupados y en otros días, no hacemos nada más que disfrutar el tiempo juntos.
Pero siento que todo es perfecto, todo es incluso mejor que cuando éramos novios.
Él termina de ducharse primero, como usualmente. Y me deja bajo el agua, mientras se apresura a vestirse para bajar a preparar el desayuno.
Lo alcanzo 20 minutos después, mirándolo cocinar tan inmerso en lo que hace.
Aunque llevamos 5 años casados, todavía no termino de acostumbrarme a mirarlo y decir; este hombre que me ha encantado desde adolescente, es mi esposo.
Me acerco a tomar asiento sobre la barra de la cocina, sonriéndole mientras me mira con sus hermosos ojos iluminados por ese brillo que no ha cambiado desde que dijo que me ama por primera vez. Incluso, quizá desde antes.
