big reputation, big reputation
oh, you and me we have big reputations.
🏎️🏆🖤🍷
dónde gaia y max se odian a muerte y casi nadie lo sabe.
o donde gaia y max tienen que dejar sus diferencias atrás para salvar las reputaciones del otro.
o donde gaia...
sometimes i wonder, when you sleep are you ever dreaming of me? sometimes when i look into your eyes i pretend you're mine all the damn time
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Gaia no podía parar de sonreír, sobretodo porque el mesero llegó con cervezas, no con vino, o con champaña, con su cerveza favorita, servida en su botella, no en vasos. Tal y como le gustaba a Gaia.
-No tenías que hacer todo esto- dijo Gaia sentada a su lado- no era necesario.
-Quería hacerlo- respondió Max- has pasado por mucho estos días y los días anteriores.
-¿Yo? si solo me la he pasado viajando.
-Sabes a qué me refiero- Gaia relamió sus labios- a todo el odio en redes sociales, y a la campaña que hicieron en tu contra.
-No es la gran cosa, son solo... pixeles en internet.
-Pero te ha afectado, no tienes que ocultarlo. Estamos solos aquí.
Gaia respiró profundo.
-Lo que me consuela, es saber que la gente que me importa sabe quién soy- dijo soltando sus hombros, mirando el mar ir y venir en pequeñas olas- es raro ver que un grupo grande de desconocidos te odia, pero ya no me afecta tanto como lo hacía al principio.
-¿Segura?
-Si, digo, al menos pude activar los comentarios otra vez- dijo ella en tono de broma, pero la mirada del corredor le hacía saber que no le creia- no se que quieres que te diga, realmente.
-Quiero escuchar la verdad- se encogió de hombros- no escuchar tu versión de Gaia Horner, la que los demás conocen, quiero conocer lo que de verdad sientes.
Gaia tomó un trago largo de cerveza.
-Realmente si fue difícil, no solo por lo que esas personas pensaran de mi, sino porque senti que los demás también lo pensaban- murmuró- mi papá estaba muy decepcionado y molesto conmigo, y eso... eso fue lo más duro. Porque era ver qué efectivamente, no soy más de lo que dicen de mí.
Max la miró.
-Era ver qué mi papá realmente creía que era la decepción de los Horner- trago grueso- y lo peor era pensar que se arrepentía de darme su apellido o que lo había... ya sabes, que lo había decepcionado.
-¿Darte su apellido?- preguntó genuinamente confundido- ¿a qué te refieres?
Gaia lo miró, ni siquiera habían terminado de cenar y ella estaba vomitando su sentimentalismo ahí. La castaña negó con la cabeza.
