...ready for it?

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Some boys are trying too hard, he don't try at all, though

No era odio.

Decir que era odio, sonaba muy exagerado e infantil.

Lo que Gaia sentía por ese idiota, era mucho más que eso, era rencor.

Porque desde que se habían conocido, chocaron de manera inevitable, parecían estar destinados a ser rivales de alguna manera, porque aunque su padre lo adoraba, la chica Horner lo despreciaba con todo su corazón. Había sido algo inmediato.

No sabía si era por derramar su bebida en su vestido.

O porque ni siquiera se disculpó por eso.

O era su descortés comportamiento hacia ella, y como ni siquiera la saludaba en el paddock, ni en los entrenamientos, o en cualquier evento social.

Dónde parecía que ella era insignificante y ni siquiera le devolvía la palabra cuando estaban en grupo. Quizás era eso.

O el hecho de que era un idiota de pies a cabeza.

-¿Que te vas a poner hoy?- preguntó Francesa, acostada en la cama, mirando su móvil, mientras Gaia continuaba caminando de un lado al otro en su walking closet- debe ser algo muy sexy.

Había una fiesta muy exclusiva de pilotos de carreras esa noche, comenzaría la temporada y se encontraban en Mónaco, la vida social de los corredores era bastante variada, pero si te invitaban a un evento, debías asistir.

Gaia no era corredora, ni nada por el estilo, pero era hija de Christian Horner, y por lógica, recibía dichas invitaciones. Gaia era conocida por su exceso, por sus apariciones a las fiestas que venían acompañadas de alcohol, bailes, y alguna que otra conducta que no la hacía ver bien.

Pero digamos que a Gaia ya no le importaba.

Terminó usando jeans y un top color crema, que dejaba su abdomen trabajado al descubierto, Francesca y ella subieron al auto de Gaia, entonces la chica condujo por las lujosas calles de Mónaco.

Llegaron al club nocturno a eso de las diez, los periodistas tomaron fotos y ella se movió como pudo hacia la entrada. Una vez ahí, lejos de las cámaras, pudo suspirar y mirar a su mejor amiga, quien trataba de encontrar a alguno de sus conocidos o en su defecto, a los corredores que eran sus amigos.

Cómo Charles Leclerc, el castaño había jurado que las vería ahí y que está vez si estaría con ellas la mayor parte de la fiesta.

-¿Dónde estará Charles?- preguntó Francesca, aún sobre sus pies, intentando ver algo en la pobre iluminación.

Aunque el club era lujoso y la mayoría de las personas eran adineradas, cualquier cosa podía pasar ahí, por lo que se mantenían con las manos juntas y atentas a su alrededor.

-Vamos a buscar algo de beber mientras- pidió Gaia, arrastrando a Francesca a la barra, el bartender que ya conocia a Horner, se acercó rápidamente al dúo- hola bebé.

Se apoyó de la barra y se inclinó para darle un beso sonoro en la mejilla.

-Cerveza, mucha, por favor- pidió con una sonrisa- tráeme una Stella, me harías la más feliz.

-Gaia- saludó- en seguida te la traigo, ¿Francesca?

-Yo quiero un cóctel- dijo mirando el menú- el de coco se ve excelente.

REPUTATION || max verstappen. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora