big reputation, big reputation
oh, you and me we have big reputations.
🏎️🏆🖤🍷
dónde gaia y max se odian a muerte y casi nadie lo sabe.
o donde gaia y max tienen que dejar sus diferencias atrás para salvar las reputaciones del otro.
o donde gaia...
you say i'm always leavin' you, when you're sleepin' alone but the, the car's outside but i don't wanna go tonight
i'm not gettin' in the addison lee unless you pack your bags you're comin' with me i'm tired of lovin' from afar and never being where you are close the windows, lock the doors don't wanna leave you anymore
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Gaia está en su casa, la que es su casa desde que se casó y desde que nacieron los mellizos, los niños juegan en el jardín, mientras ella lee un libro en la reposera, de vez en cuando voltea a ver qué todo esté en orden, a pesar de tener gustos distintos, Gia y Max se llevan bien.
Gia ama los autos como su papá y Max es feliz haciendo cualquier otra cosa que no tenga que ver con un auto.
Le gusta ir a carreras, sí. Pero no quiere conducir, no como Gia, que Max se encargó de comprarle un pequeño kart, Gaia no estaba de acuerdo, pues apenas tenía cinco años, no le parecía buena idea. Pero, hacia feliz a Gia.
-Niños, ¿quieren cenar afuera?
-¡Si!- exclamaron al mismo tiempo, aplaudiendo. Gaia sonrió.
-Bueno, entonces vamos a arreglarnos. ¿A donde quieren ir?
Gaia bañó a sus hijos, luego ayudó a cada uno a vestirse y arreglarse para el restaurante elegante que escogieron: McDonald's. La mujer subió a su camioneta, cada uno en su asiento.
La mujer condujo hacia el lugar, inmediatamente, los niños le dieron los zapatos y corrieron al parque. Gaia suspiró, su teléfono vibró, rápidamente abrió su mensaje.
leoncito🤍: hola mi amor ya estoy en el aeropuerto vamos a Australia los extraño mucho
esposa hermosa❤️: te extraño muchísimo avisame cuando llegues los niños te extrañan también :((
Era muy difícil, no iba a negarlo, más de ser un corredor de fórmula uno, Max era un padre y esposo, sus hijos no siempre podían ir a todos los gran premios, y el no podía viajar entre carreras para verlos. No lo veía desde que se fue a Bahréin y aunque su papá juraba que lo cuidaba bien, Gaia aún pensaba en que estaba durmiendo sola en una cama gigante, donde el espacio de Max espera por él.
Gaia disimuló por los niños, quienes comieron gustosos su hamburguesa, luego volvieron a la casa en Montecarlo. La casa era hermosa, no lo iba a negar, espaciosa, llena de color y juguetes, de fotos familiares, de fotos de la pareja y los niños por separado, todo en esa casa gritaba hogar y era lo que más le gustaba a Gaia.
-Mami, ¿cuando va a volver papá?- preguntó Gia, mientras saltaba las piedras de la entrada, Gaia sacó las llaves de su bolso.
